El presidente Joe Biden viajó a Texas este viernes mientras el estado trabaja para recuperarse de una severa tormenta invernal que causó graves daños a hogares y negocios, dejó a millones sin electricidad ni agua potable durante días, y mató al menos a dos docenas de personas.
Biden y su esposa, la primera dama Jill Biden, aterrizaron en Houston, donde se reunió con el gobernador republicano Greg Abbott y el alcalde de Houston, Sylvester Turner, para discutir la recuperación de la tormenta de la semana pasada.
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Biden tenía programado reunirse con voluntarios en un banco de alimentos de Houston y visitar un centro de salud donde se distribuyen las vacunas contra Covid-19.
La asesora adjunta de Seguridad Nacional, Elizabeth Sherwood-Randall, expuso a los periodistas en el Air Force One durante el viaje que la falta de regulación energética de Texas había afectado durante la tormenta.
“Texas ha optado por no tomar el tipo de decisiones que asegurarían los suministros necesarios para una emergencia, es decir, invertir en un tipo de resiliencia en la que otros estados que están regulados deben invertir”, sostuvo la funcionaria.
“No tienen el respaldo en términos de capacidad de suministro o generación que necesitaban tener en esta crisis”, declaró la asesora, y agregó que el estado tenía la capacidad para cambiar eso.
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Durante 10 días de este mes, Texas se vio afectada por un período inusualmente prolongado de temperaturas bajas. El consumo de electricidad se disparó, mientras que muchas unidades generadoras no se pusieron en marcha debido a la instrumentación congelada, las palas de las turbinas congeladas y el suministro insuficiente de combustible.
Los líderes republicanos del estado han sido criticados por no prestar atención a las advertencias de que la red eléctrica de Texas necesitaba mejoras significativas para defenderse de las heladas profundas.
Si bien gran parte del resto de los Estados Unidos cuenta con sistemas eléctricos que están interconectados, lo que permite que la energía cruce las líneas estatales, Texas se ha destacado durante mucho tiempo por tener su propia red.
El desastre ha sido una prueba del compromiso de Biden de trabajar para todos los estadounidenses para ayudar a unificar el país. Abbott inicialmente no reconoció la victoria electoral de noviembre del demócrata Biden sobre el expresidente republicano Donald Trump. Los funcionarios del estado de Texas perdieron una oferta judicial en diciembre para anular los resultados, que Trump afirmó falsamente que estaban contaminados por un fraude generalizado.
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La semana pasada, Abbott le pidió a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y a Biden que emitieran una declaración de desastre importante para todos los 254 condados del estado. Biden inicialmente firmó una declaración para 77 condados, agregando 31 más el lunes y señalando que estaba abierto a aumentar el número.
La declaración autoriza a FEMA a otorgar subvenciones para viviendas temporales y reparaciones del hogar, préstamos de bajo costo para cubrir pérdidas de propiedad no aseguradas y otros programas para ayudar a individuos y dueños de negocios.
El equipo de Biden dijo que retrasó su visita a Texas para evitar obstaculizar los esfuerzos para salvar a las personas del daño de la tormenta. (Rts)
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