Blindaje a Odegaard en la cuarentena


Igual que el carácter imprevisible del actual Estado de Alarma, era complicado acertar el comportamiento que cada futbolista de la Real se aprestaba a adoptar durante el aislamiento. Por no decir imposible. Hay quien, como Januzaj o Willian
José, se deja ver con insistencia en el mundo de las redes sociales. En el costado opuesto del protagonismo se esconden, aparejados a la discreción, otros como Martin
Odegaard. El noruego está pasando desapercibido, confinado en su hogar de Donostia y dedicado en exclusiva a no perder comba en el capítulo físico. Como ha demostrado desde que recaló en la Real, es un profesional.



Odegaard cumple con formalidad en cada ejercicio que se le ha asignado desde el departamento condicional del club. A rajatabla, tal y como admite su agente, y exfutbolista txuri urdin, Bjorn
Tore
Kvarme, en el medio noruego ‘Nettavisen’. El que fuera central y subcampeón de Liga con la Real confirma asimismo que su compatriota no reviste el más mínimo síntoma de haber incubado el coronavirus.

Exactamente igual que el común de los mortales, Odegaard asiste a la crisis sanitaria recluido en su casa. Sólo sale a la calle para el desempeño de las tareas permitidas, como hacer la compra en su caso, para resguardarse de inmediato entre las cuatro paredes que le cobijan desde que llegó como cedido del Real Madrid. La prensa noruega, interesada en contactar con su hijo pródigo, se ha visto sorprendida con el encontronazo de su blindaje. El futbolista no atiende a los medios de su país desde que estalló el toque de queda.

Odegaard podría jugar con la Real todos los partidos que se diputaran más allá del 30 de junio, fecha en la que expira su primer año de cesión.


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