Bolsonaro impulsa la caída del tercer presidente de Petrobras para frenar el alza de precios y la inflación

Bolsonaro impulsa la caída del tercer presidente de Petrobras para frenar el alza de precios y la inflación


El ahora expresidente de Petrobras, José Mauro Coelho, el pasado 18 de mayo.Rogério Von Krueger (EFE)

El presidente de la petrolera brasileña Petrobras, José Mauro Coelho, ha presentado su dimisión este lunes tras fuertes presiones del presidente Jair Bolsonaro y de sus aliados parlamentarios. El consejo de administración nombró como presidente interino a Fernando Borges, un perfil técnico hasta que el Ejecutivo haga un nombramiento definitivo. Coelho es el tercer presidente de la empresa estatal que deja el cargo durante la gestión de Jair Bolsonaro y el que menos ha durado en el cargo, poco más de dos meses.

Su salida llega tras las crecientes presiones de Bolsonaro y de los aliados del gobierno, que lamentan la política de precios de la empresa, alineada al mercado internacional del petróleo desde hace seis años. El pasado viernes, Petrobras anunció una nueva subida de precios: un 5,2% la gasolina y un 14,2% el diésel. Las acciones llegaron a caer el 7% el viernes y este lunes, más de 1%.

Poco después, Bolsonaro acudía a Twitter a quejarse de la empresa, siguiendo la tónica de los últimos meses: “Petrobras puede sumergir a Brasil en un caos. Su presidente, directores y consejeros saben lo que pasó con la huelga de camioneros en 2018, y las consecuencias nefastas para la economía de Brasil y la vida de nuestro pueblo”, afirmó. También criticó los “exagerados beneficios” de Petrobras en plena crisis mundial, y remarcó que el gobierno es contrario a cualquier aumento de los combustibles.

En 2021, la empresa registró un beneficio récord de más de 19.875 millones de dólares (18.880 millones de euros), un aumento de más del 1.600% respecto al año anterior. Las críticas a Petrobras desde dentro del propio Gobierno fueron a más en los últimos días, hasta el punto de que Bolsonaro propuso una comisión parlamentaria para investigar a los directivos de Petrobras.

De cierta forma, el presidente decidió hacer oposición a su propia gestión, ya que él tiene potestad para cambiar indirectamente la política de precios de la petrolera, que se alineó al precio internacional del petróleo en 2016, durante la gestión del entonces presidente Michel Temer, tras las pérdidas y el daño causado por los escándalos de corrupción destapados por la Operación Lava Jato. Hace unos días, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva criticaba la actitud de Bolsonaro, diciendo que si tuviera valentía podría cambiar la política de precios “a golpe de bolígrafo”. Es decir, nombrar un presidente afín que se plegara a sus exigencias y que el consejo de administración las aprobara.

Como telón de fondo del nuevo terremoto en Petrobras están las elecciones presidenciales de octubre, para las que Lula parte como claro favorito. Bolsonaro sabe que la inflación es a día de hoy su principal foco de desgaste. En los últimos 12 meses, los precios acumulan una subida del 11,73%, según los datos oficiales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Los combustibles están entre los principales culpables y el nerviosismo empieza a calar incluso entre los electores más fieles. El gremio delos camioneros, antiguo reducto bolsonarista, acumula decepción tras decepción y el pasado viernes, tras la última subida del diésel y la gasolina, volvió a amenazar con una huelga que paralice el país.

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