Brandon Ingram, primera víctima del virus FIBA con el Team USA

Brandon Ingram, primera víctima del virus FIBA con el Team USA

Brandon Ingram está acostumbrado a ser protagonista y brillar en cada uno de sus partidos como profesional. En la NBA, es uno de los referentes de los New Orleans Pelicans, donde ha encontrado un hogar que le permite liderar. En cambio, en su primera experiencia al máximo nivel internacional con el Team USA, su papel en el esquema de Steve Kerr le ha descolocado y convertido en el jugador más perdido del combinado nacional.

“Esto es totalmente diferente a lo que estoy acostumbrado”, comentaba el alero de 25 años a The Athletic en Manila. “El equipo está ganando, así que no puedo ser egoísta pensando en mí mismo. Está siendo un poco frustrante para mí, estoy buscando la manera de ser efectivo”, añadía.

En el debut de la selección de Estados Unidos en el Mundial 2023, una victoria por 99-72 sobre Nueva Zelanda, Ingram tan solo pudo aportar 2 puntos con una serie de 1 de 4 en tiros de campo en 15 minutos de juego.  Durante la preparación, nunca lanzó más de ocho tiros por encuentro y su tope de anotación fue de 11 puntos.

“Esto es totalmente diferente a lo que estoy acostumbrado… está siendo un poco frustrante para mí”


Brandon IngramAlero del Team USA y New Orleans Pelicans

Son números muy alejados de su verdadero potencial. El curso pasado, lastrado por una lesión, promedió 24,7 puntos y casi un 40% de acierto en tiros de tres. El número 2 del Draft 2016, All Star en 2020 y Jugador con Mayor Progresión esa misma temporada, se ha consolidado como un alero de alta capacidad ofensiva en sus últimos cursos en la liga estadounidense. En estos tres años, ha superado los 22 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias de media cada temporada.

Kerr le quita hierro al asunto y piensa que el jugador debe persistir en su empeño. “Nada ha ido a su favor, no ha tenido demasiadas oportunidades, pero creo que eso cambiará. Su momento llegará”, opinaba el técnico en la previa del encuentro de hoy contra Grecia (14:40h, Gol Mundial y Courtside). “Lo que he aprendido del baloncesto FIBA es que cada noche pertenece a alguien distinto. Nunca hubiera imaginado que Paolo sería nuestro líder anotador en el primer partido, pero los 12 son tan talentosos que solo necesitan un par de canastas para calentarse. Eso le pasará a B.I.”, argumentó.

Ingram ha jugado en su carrera al lado de LeBron James y Zion Williamson. Está acostumbrado, por lo tanto, a compartir el foco de atención y no ser el primer plato. El problema es que en los últimos años, ha jugado de base-alero y ha tenido el balón en sus manos. En el Team USA, ese papel está en manos de Brunson, Edwards y Haliburton. “Normalmente, cuando juego de la manera correcta, los dioses del baloncesto me dan todo lo que necesito“, reflexionaba.

En FIBA, los dioses mutan respecto a la NBA. El juego físico, los períodos más cortos y la importancia de cada partido convierten el escenario internacional en un universo distinto: “Sé quien soy. A veces puedo encallarme y pensar que mi estilo es el mejor. Pero aquí estoy aprendiendo… puedo ver a todo el mundo trabajar, sus fortalezas y debilidades, y llevarme todo eso en la mochila, ser inteligente”. 

Con Ingram sintiendo el virus de la FIBA, Kerr necesita hoy una reacción de sus pupilos después de la abultada victoria acompañada de malas sensaciones en su debut mundialista. Grecia, sin Giannis, no debería ponerles en demasiados apuros, pero será su primera prueba de fuego en las Filipinas.




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