Bruselas avisa por carta a EE UU de los daños de una escalada arancelaria



Bruselas ha decidido dar un paso adelante y trasladar por carta a los Estados Unidos su malestar por la decisión de imponer aranceles por valor de 7.500 millones de dólares (6.900 millones de euros) a productos de la UE por las ayudas a Airbus. En la misiva, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, advierte de los “daños” que supondría para las empresas y el comercio mundial una nueva escalada, que solo serviría para “poner en riesgo puestos de trabajo a ambos lados del Atlántico” en “un momento delicado”. Por ello, la comisaria llama a EE UU a hallar una “solución justa”.
Los Veintiocho tratarán de dimensionar el próximo lunes el impacto que tendrán sobre Europa los aranceles que, tras recibir el aval de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Estados Unidos podrá imponer el 18 de octubre a las importaciones europeas en respuesta a los subsidios que los gobiernos de la UE concedieron a Airbus. El asunto fue incluido en la agenda del Consejo de Ministros de Agricultura después de que así lo reclamaran varios países, entre ellos España.

La carta de Malsmtröm al responsable de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthinzer, llega tras una semana en la que varios socios han hecho llegar a la comisaria su preocupación y le han instado a una reacción contundente. El golpe arancelario que ha preparado la Administración de Donald Trump se ceba sobre todo con Alemania, Francia, Reino Unido y España. En el caso español, las tarifas afectan a productos como el vino, el queso o el aceite de oliva. En total, a unas ventas que el Ministerio de Comercio cifra en 1.000 millones de euros.
El ministro de Agricultura en funciones, Luis Planas, se reunió el pasado miércoles con Malmström en Bruselas para abordar las consecuencias de la aplicación de aranceles por parte de Trump. Planas le pidió “firmeza hasta el último momento” para evitar esas “compensaciones, sanciones injustas para el conjunto del sector agroalimentario español”.
Malmström finalmente mandó este viernes una carta a Lighthinzer —con copia al irlandés Phil Hogan, actual comisario de Agricultura y futuro encargado de Comercio en el Ejecutivo de Ursula von der Leyen— en la que “lamenta” que EE UU “parece haber tomado la decisión” de imponer “contramedidas” a las exportaciones europeas por el contencioso de Airbus y le recuerda que eso “hará más difícil” poder alcanzar una solución negociada al conflicto.
El contencioso sobre los subsidios a la industria aeronáutica no es solo de una dirección. La OMC ha dado la razón también a la UE sobre su denuncia a Estados Unidos por las ayudas que dio a Boeing. Bruselas espera ahora que el organismo con sede en Ginebra dicte la cantidad de aranceles que puede imponer a productos norteamericanos. La UE reclamó que esas sanciones ascendieran a 12.000 millones de euros y tiene ya identificados productos por valor de 20.000 millones que podría gravar.
Bruselas prefería, no obstante, no llegar a ese choque y alcanzar antes un acuerdo con Washington. Pero en la carta, Malmström le recuerda a Lighthinzer que si el 18 de octubre decide establecer esos aranceles, “empujará a la UE a fijar contramedidas” cuando llegue la decisión de la OMC sobre el caso Boeing. “Creo firmemente que imponer tarifas adicionales en los dos casos sobre aeronáutica no es la solución. Eso solo infringiría daños a las empresas y pondría en riesgo puestos de trabajo en ambos lados del Atlántico, dañaría el comercio global y la industria de la aviación en un momento delicado”, sostiene.
Propuestas sin respuesta
En lugar de aplicarse sanciones mutuamente, Malmström aboga, en aras del “interés común” de ambos bloques, a “empezar negociaciones para hallar un acuerdo justo en los dos casos lo antes posible”. Al respecto, la comisaria recuerda al responsable de Comercio norteamericano que Bruselas ya remitió a Washington el pasado mes julio “propuestas concretas” para un “nuevo régimen de subsidios en el sector aeronáutico”.
La propuesta de Bruselas no solo englobaba a Europa y Estados Unidos, sino también a otras potencias pujantes, como Rusia o China. Además, como recuerda Malmström, implicaba abordar las obligaciones existentes. “Hasta la fecha, esas propuestas concretas siguen sin ser respuestas ni abordadas por parte de Estados Unidos”, lamenta la comisaria.
La misiva termina reiterando la voluntad de la Comisión de hallar un acuerdo amistoso para el contencioso de Airbus e insta a la Administración de Trump a arrancar “de manera urgente” las negociaciones para fijar un nuevo sistema internacional de subsidios en el sector aeronáutico, teniendo en cuenta sobre todo el desafío que supone la entrada en el mercado de “nuevos competidores fuertemente subvencionados”, en referencia a China.


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