Bruselas ofrece otros 3.000 millones de euros a Turquía para contener el éxodo sirio


La Comisión Europea propone entregar otros 3.000 millones de euros a Turquía para renovar el pacto que garantiza el blindaje de las fronteras con Grecia y contribuye al mantenimiento de casi cuatro millones de refugiados sirios en suelo turco. La multimillonaria oferta al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan será analizada este jueves en la cumbre europea que se celebra en Bruselas y forma parte del plan europeo para contener los flujos migratorios provocados por una década de guerra en Siria. El trasvase de recursos europeos desde el inicio de la crisis migratoria en 2015 alcanza ya los 7.400 millones de euros y podría elevarse a más de 10.000 millones hasta 2024.

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“La continuidad del apoyo de la UE durante los próximos años va en nuestro propio interés estratégico”, señala el documento oficioso, al que ha tenido acceso EL PAÍS, elaborado por la Comisión Europea con vistas al Consejo Europeo del jueves y viernes. El documento propone establecer una partida de 5.700 millones de euros “para los refugiados y las comunidades de acogida en Turquía, Jordania, Líbano y Siria”.

El incremento de la ayuda a Turquía coincide con la ofensiva de la UE para aumentar la colaboración de los países de origen y de tránsito de la migración irregular. Y llega pocas semanas después de que Marruecos provocase una grave y repentina crisis en la frontera europea de Ceuta al permitir la salida de miles de personas sin ningún control.

El borrador de conclusiones de la cumbre europea señala que “el Consejo Europeo condena y rechaza cualquier intento por parte de países terceros de instrumentalizar a los migrantes para objetivos políticos”. Fuentes diplomáticas indican que esa advertencia no se refiere a ningún país en particular ni responde al caso concreto de Ceuta sino más bien a una política general de la UE. Una política que acompaña al blindaje de fronteras con la concesión de ayudas millonarias o de medidas de gracia como la facilitación de visados para la entrada legal en territorio europeo.

Turquía absorbería 3.000 millones de la dotación propuesta hasta 2024 y Jordania, Siria y Líbano, 2.200 millones. Turquía cuenta, además, con los 535 millones que ya se están desembolsando como parte de un programa puente desde el plan de ayudas para el período 2016-2019 y el nuevo programa, pendiente de aprobación.

La Comisión cree que esas dotaciones “pueden cubrir las necesidades más urgentes de los refugiados y las comunidades de acogida, en particular en servicios sanitarios y educación, protección social, desarrollo de habilidades y creación de oportunidades de trabajo”, según el texto oficioso que ha circulado entre las delegaciones de los 27 países de la Unión en vísperas de la cumbre.

El documento de la Comisión recuerda que Turquía alberga 3,7 millones de refugiados sirios, a los que mantiene en parte con ayuda del instrumento europeo para los refugiados en Turquía, puesta en marcha en 2016 y dotada con 6.000 millones de euros.

Presión turca

Ese instrumento, que ya ha desembolsado 4.100 millones de euros y tiene el resto comprometido para los próximos años, cubrió el período 2016-2019 y el Gobierno turco reclama desde hace meses una ampliación de la partida. Ankara redobló a principios del año pasado la presión para obtener nuevas concesiones, aflojando el control de las fronteras.

Como consecuencia del tira y afloja entre el Gobierno de Erdogan y la Comisión de Ursula von der Leyen, en enero y febrero de 2020 las llegadas irregulares a Grecia desde Turquía aumentaron un 49% y un 22% respectivamente. En marzo, las autoridades turcas incluso anunciaron que dejaban de controlar las fronteras, lo que provocó una oleada de 25.000 refugiados que en cuestión de días se asentaron junto al territorio griego.

La UE respondió al desafío con el despliegue de fuerzas de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) para ayudar a las autoridades turcas a proteger sin contemplaciones los límites de su territorio. La repentina crisis remitió. Y el pulso entre Ankara y Bruselas quedó congelado por la declaración en marzo del estado de pandemia y la drástica caída de todos los movimientos, incluidos los migratorios.

La tensión entre la UE y Turquía se trasladó a otros terrenos, en particular, a los contenciosos sobre aguas territoriales con Grecia y Chipre o a la presencia de armas y paramilitares en Libia procedentes, según sospecha Bruselas, de Turquía. El deterioro de la relación bilateral se mantuvo hasta finales de año, cuando el Consejo Europeo lanzó a Erdogan una oferta de entendimiento que, de ser rechazada, podría llevar a un choque comercial potencialmente muy dañino para la economía turca.

Ankara ha templado desde entonces su actitud, no solo por la oferta europea sino también en respuesta al realineamiento geoestratégico que ha desencadenado la llegada a la Casa Blanca del presidente Joe Biden en sustitución de Donald Trump. “Esperamos que la desescalada iniciada por Turquía a principios de este año continúe y reafirmamos nuestra oferta de una agenda positiva siempre que haya disposición por su parte”, apunta una fuente diplomática a unas horas del inicio de una cumbre marcada, entre otras cosas, por las relaciones con Turquía y Rusia.

Fuentes comunitarias aseguran que la cumbre no se pronunciará oficialmente sobre la propuesta de la Comisión para dotar con otros 3.000 millones de euros el apoyo a Turquía en la gestión del éxodo sirio. Pero apuntan que se encomendará al organismo de Von der Leyen que presente ya los proyectos legislativos necesarios para desarrollar ese programa de ayudas y seguir los trámites de aprobación por parte del Consejo de la UE y del Parlamento Europeo.

La propuesta, si sale adelante con una dotación de 3.000 millones hasta 2024, elevaría a casi 10.500 millones los fondos transferidos hacia Turquía para contener la crisis migratoria desde 2015. A los 6.000 millones de la Facilidad (mecanismo de financiación de la UE para la ayuda a los refugiados) puesta en marcha en 2016 se suman los 345 millones concedidos previamente por la Comisión; y 1.070 millones entregados en 2020 como parte de ayuda humanitaria y de apoyo a asistencia de emergencia y a los servicios educativos.


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