Carey y Brown estarán en el Circuit este viernes por el Coronavirus


El inicio de la temporada de Fórmula 1 2020 sigue siendo toda una incógnita. La constante expansión del Coronavirus por todo el mundo, que en Europa afecta con especial fuerza en el norte de Italia, país que ya cuenta con 14 fallecidos y 400 contagiados por dicho virus, deja el ‘Gran Circo’ en un mar de dudas para la disputa de las primeras carreras del año en Australia, Bahrein y Vietnam, por ahora, en duda. El medio ‘Auto motor und Sport’ aseguró que este jueves y viernes, Liberty Media y la FIA debían reunirse en Barcelona para tratar el tema de máxima urgencia para analizar la situación, pero finalmente, será este viernes cuando aparezcan por el paddock del Circuit de Barcelona-Catalunya el máximo mandatario de la F1, Chase Carey, y el director técnico de la F1, Ross Brawn, para reunirse con los equipos.



De momento, este jueves, los conjuntos no mantuvieron ningún encuentro, pero sí fueron hablando entre ellos en el paddock, a la vez que todos ellos se mantenían informados de cualquier novedad con una actualización constante de los acontecimientos para conocer si algunos de los gobiernos relacionados con las primeras citas tomaba una decisión que pudiera afectar a los planes del ‘Gran Circo’.

No obstante, el punto fuerte de este asunto llegará este viernes, con Chase y Ross manteniendo un encuentro con los responsables de los 10 conjuntos. Está claro que sin una decisión en firme de los gobiernos de Australia, Bahrein y Vietnam, la F1 no estará dispuesta a cambiar sus planes, pero sí puede empezar a trazar un ‘Plan B’ para prevenir en caso de tener que suspender o cancelar alguna de las tres primeras citas del año, como ya pasó con la cuarta, la de China, todavía sin fecha.

En Australia, reunión clave por el plan nacional de emergencia

No obstante, hay un punto clave que podría marcar el futuro de la primera cita del curso, en Australia, prevista para disputarse el próximo 15 de marzo en Melbourne, y es que según apuntó a ‘The Guardian’, este viernes en Australia se debatirá el plan nacional de emergencia en una reunión de ministros de salud estatales y federales en Melbourne. Por ello, debido a la diferencia horaria, Carey y Brawn podrían hablar con los equipos ya conociendo las medidas que haya decidido implantar Australia, que podrían afectar desde la prohibición de vuelos procedentes de países con muchos afectados como Italia, a otros aspectos. Y es que como apuntó a ‘The Guardian’ el jefe de salud del estado de Victoria, región en la que se encuentra el trazado de Albert Park, “es muy probable que se declare una pandemia”, por lo que “docenas de personas” habrían estado elaborando los planes de contingencia del estado durante meses.

Por ahora, los equipos siguen expectantes, pendientes de todas las informaciones y cualquier cambio, y como destacó Zak Brown, CEO de McLaren en una entrevista a TV3, lo primero es la seguridad y que, obviamente, acatarán lo que se decida.

El tema es muy complejo y hay que resolver muchas incógnitas. Hay muchos elementos que pueden derivar en complicaciones. El primero, el de la salud, por supuesto. Pero entre ellos está el tema logístico de los equipos. La mayoría de ellos tienen previsto empezar a viajar ya desde el domingo de la semana que viene al trazado y sobre todo les preocupa el envío de monoplazas, piezas y todo el material, algo por lo que habría que encontrar un consenso lo antes posible para que cada conjunto sepa cómo actuar, puesto que el martes que viene todos deberán enviar sus monoplazas y materiales hacia Australia, y no quieren hacerlo sin la seguridad de que posteriormente las cosas cambien y los miembros del conjunto no puedan aterrizar en Melbourne.

El dinero manda

Las noticias que se reciban desde Australia antes de la reunión de la F1 y los equipos deben ser la base del encuentro de este viernes. Pero al margen, estará el tema de la segunda y tercera carrera del año, en Bahrein y Vietnam. Puede suceder de todo, y lo más normal en estos casos es que las declaraciones que se hayan realizado durante estos días desde la F1 y Liberty Media o desde el país sede del Gran Premio sean positivas. Nadie quiere hablar en negativo. Y es que, obviamente, a ninguna de las partes le interesa dar el primer paso para la cancelación por puro tema económico. Ni a la Fórmula 1, ni a los promotores de cada país, les interesa pedir la cancelación porque ello podría suponer (en función de los contratos) el hacerse responsable de los elevados costes de un Gran Premio. Ni a la F1 le interesa perder el pago del multimillonario cánon. Ni al promotor pagarlo y que la carrera no se dispute. Eso está más que claro. Algo que cambiaría si fuese el propio país el que prohibiera su celebración por causas mayores.

No es de extrañar pues que Chase Carey, CEO de la F1, asegurase el miércoles en una teleconferencia con inversores de Wall Street que la F1 iría a Australia, Bahrein y Vietnam. Solo palabras para no desestabilizar más el mercado. Pura economía. Y es que lo que dijo Chase el miércoles bien podría quedar en nada este viernes o en unos días.

También desde Australia había argumentos para pensar en positivo. El ministro de deportes del estado de Victoria, Martin Pakula, dijo que la carrera continuaría según lo planeado. “Melbourne es la única ciudad del mundo en albergar una carrera de Fórmula Uno y un torneo de tenis Grand Slam, y esperamos con ansias el Gran Premio que celebra 25 años en Albert Park el 15 de marzo”, dijo Pakula a la prensa. También Andrew Westacott, el director ejecutivo de la corporación del Gran Premio de Australia (promotor), recordó que si la carrera se disputa sería importante para el gobierno, aunque se puso a disposición de las autoridades australianas. “Los funcionarios gubernamentales y de salud analizarán las cosas desde el punto de vista médico y económico y evaluarán el riesgo”, expresó, y es que se recalcó el hecho de que el Gran Premio de Australia de 2019 tuvo la asistencia la más alta desde 2005, unos 324.100 espectadores durante el evento de cuatro días para una carrera por la que el promotor recibe fondos del gobierno por un valor de unos 60.2 millones de dólares australianos.

Australia podría quedar muy tocada

La responsable de Industria y Turismo del Consejo Victoriano, Felicia Marini, recalcó la importancia de la disputa del Gran Premio en un año tan devastador para Australia debido a los fuertes incendios que han golpeado al país. “El turismo victoriano y Victoria, que ya se tambalea bajo el peso de los incendios forestales y ahora el Coronavirus, difícilmente puede permitirse el daño a la reputación y económico que supondría un Gran Premio cancelado o reducido”, expresó Marini en un comunicado al ‘Guardian’ de Australia.

“Victoria depende de eventos internacionales distintivos como el Gran Premio para impulsar las visitas, inyectar fondos muy necesarios en su economía y ayudar a reconstruir el sector turístico fuertemente afectado. Sin embargo, la seguridad es primordial, y si se llega al punto de la cancelación, la industria necesita prepararse y estar preparada para responder en consecuencia”, finalizó.


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