Cargar el móvil por el aire: los avances para que deje de ser una idea de ciencia ficción

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Imagina estar en casa y que el móvil, como por arte de magia, se cargase por el aire. Esta idea, que a priori puede parecer un tanto futurista, cada vez está más cerca de volverse realidad. Xiaomi ha presentado una tecnología que supuestamente permite a los usuarios cargar a la vez varios dispositivos electrónicos de forma remota, sin tener que recurrir a los tediosos cables o soportes de carga inalámbrica. Además Chen Jin, director general de la división de telefonía móvil de Lenovo en China, ha revelado en la red social Weibo un prototipo de tecnología llamada Motorola One Hyper que también permitiría cargar los dispositivos por el aire. Pero por el momento solo se trata de promesas y aún habrá que esperar para ver si finalmente se materializan en un producto comercial.

La nueva tecnología de Xiaomi se llama Mi Air Charge y, según la compañía, podría cargar varios dispositivos con una potencia de cinco vatios en un radio de varios metros. Fabio Arena, director de marketing de producto de Xiaomi en España, recuerda que esta tecnología “todavía está en desarrollo”. “No queremos que esta carga sea una tecnología exclusiva del smartphone sino que lo queremos llevarla a otros dispositivos”, señala. La marca china afirma que servirá para cargar relojes inteligentes, pulseras y otros wearables. De hecho, Xiaomi vaticina que pronto otros dispositivos como los altavoces o las lámparas de sobremesa también funcionarán sin cables.

Tanto la carga como la batería de los móviles han cambiado mucho en los últimos años. Roberto Vieito Raña, vicesecretario del Colegio Profesional de Ingeniería en Informática de Galicia (CPEIG), recuerda que los primeros móviles de uso generalista eran dispositivos con unas funcionalidades muy limitadas, “básicamente la de ser un teléfono portátil de reducidas dimensiones que además permitiera el envío de mensajes cortos de texto”. Por ello, según cuenta, su consumo de energía también era bastante limitado y posibilitaba el uso de baterías más básicas que las actuales y con menores requisitos técnicos en cuanto a características como la capacidad y la durabilidad.

En 1973 se produjo la primera llamada desde un teléfono móvil. Martin Cooper llamó a su mayor rival en el sector, Joel Engel de los Bell Labs de AT&T, desde una calle de Nueva York. El aparato era un prototipo de Motorola DynaTac 8000X que pesaba 794 gramos, tenía unos 33 centímetros de altura contando la antena y 8,9 centímetros de grosor. Este armatoste tardaba 10 horas en cargarse y sólo contaba con media hora de batería. “Algo que hoy en día resulta impensable”, afirma José Gandica, gerente de producto de Motorola Iberia.

Especialmente teniendo en cuenta que en la actualidad “es posible disfrutar de baterías de hasta 5.000 mAh, lo que significa que podemos tener una autonomía de hasta dos días en el móvil con una sola carga”. Gandica asegura que el Moto G9 Plus permite al usuario estar conectado hasta dos días sin necesidad de cargar el dispositivo e incluye un cargador con el que se puede obtener 12 horas extra de energía con tan solo 10 minutos de carga.

El paso de teléfonos móviles básicos a smartphones supuso un incremento enorme en la cantidad de energía necesaria para que estos terminales funcionaran. Vieito, que también es colaborador del Consejo General de Colegios Profesionales en Ingeniería Informática (CCII), explica que los teléfonos inteligentes incoporaban, entre otras características, procesadores que consumían más y pantallas de gran tamaño y resolución. Este salto generacional supuso la necesidad de contar con baterías “de mayor capacidad, menor peso, menor tiempo de carga y mejor resistencia a los ciclos de carga y descarga”. Las baterías de iones de litio cumplían con todos estos requisitos, motivo por el que se impusieron como el estándar y aún a día de hoy lo siguen siendo, según cuenta el experto.

Los fabricantes han ido adaptando las baterías a las necesidades de los usuarios. Por ejemplo, diseñando smartphones que cada vez se cargan más rápido. Terminales como el Reno Ace de Oppo o el Realme 7 Pro permiten llenar la batería en apenas media hora. Realme anunció hace unos meses estar trabajando en tecnologías de carga rápida de 125 W. Con ellas, según la compañía, un móvil 5G con una batería de 4000 mAh puede alcanzar una carga de un 33% en solo tres minutos. “Lo más importante es que este sistema de carga controla que la temperatura del smartphone esté siempre por debajo de los 40 grados para evitar sobrecalentamientos. La seguridad es muy importante y por eso desarrollamos un algoritmo de carga con cinco capas diferentes de protección de seguridad para que el hardware o se deteriore durante todo el proceso de carga y la vida útil de la batería”, afirman.

Uso inteligente de la batería

Pero además de una carga ultrarrápida y de contar cada vez con más miliamperios, los nuevos terminales se caracterizan por un uso inteligente de la batería. Santiago Izquierdo, responsable de tecnología y plataformas de Samsung Electronics, indica que el mayor logro es precisamente que nuestro móvil sea más eficiente según el tipo de tarea que realicemos. Pone como ejemplo lo que ocurre al usar los nuevos Galaxy S21. “Si estamos viendo un contenido que demanda una mayor frecuencia de actualización, el uso de la batería será mayor, pero esta siempre se adapta al tipo de tarea que estamos haciendo para una mayor eficiencia energética”, comenta. Los procesadores también han evolucionado para funcionar con menos energía: “El procesador del Galaxy S21 tiene cinco nanómetros, lo que supone un avance con respecto a modelos anteriores. El S10 y el S20 tenían siete nanómetros”.

¿Qué otros logros han conseguido los fabricantes de smartphones que hace unos años eran impensables? A día de hoy ya podemos llenar la batería de varios móviles utilizando la carga inalámbrica. Se trata de una tecnología de carga por inducción electromagnética. Basta con situar el terminal encima de una base para que comience a cargarse. Jesús Domingues, director técnico de producto de Huawei CBG España, considera que la carga inalámbrica entre dispositivos es uno de los hitos de la tecnología de carga que “ha pasado bastante desapercibido”.

“Hace unos años era prácticamente impensable que se pudiera cargar un terminal sin enchufarlo a la red eléctrica, pero a día de hoy es perfectamente posible ver cómo los distintos dispositivos puedan retroalimentarse de energía entre ellos en función de la conveniencia del usuario”, afirma. Por ejemplo, hay fabricantes que ya permiten cargar el estuche de los auriculares inalámbricos con solo situarlo en la parte trasera del móvil. Desde Huawei vaticinan que cada vez será más habitual la carga inalámbrica inversa universal entre todo tipo de dispositivos: “Por ejemplo, desde un PC a un smartphone o un wearable”.

Eliminar los cables

Ahora uno de los objetivos más claros es, según Domingues, que “de aquí a tres años seamos capaces de eliminar el cable del proceso de carga”. “Pero es algo que sólo podría ocurrir si manejamos una evolución hacia otro tipo de baterías en base a la mejora o sustitución de los materiales que las conforman actualmente”, añade. Diferentes compañías exploran la forma de hacerlo posible. Por ejemplo, el experto menciona que se están realizando estudios con materiales más ligeros o utilizando determinados compuestos líquidos.

Vaticinar cuándo será posible cargar el móvil por el aire es complicado. Así lo aseguran los expertos consultados, que coinciden en que se están produciendo avances en la dirección adecuada. Desde Realme indican que no parece que vaya a ser algo inminente: “Todavía queda mucho trabajo por delante para que este tipo de tecnologías sean 100% operativas y que sean eficientes en smartphones o gadgets de gran consumo, sobre todo cuando hablamos de productos de gran calidad y precio”.

¿Quizás llegue incluso el día en el que ni siquiera sea necesario cargar el móvil o baste con llenar la batería una vez al mes? Puede que esto nunca pase. Pero no hay que olvidar que en los últimos años se han conseguido algunos avances que hace décadas eran impensables. “Resulta difícil determinar cuándo será ese momento en el que no tendremos que cargar la batería durante todo el mes, pero estoy convencido que con los continuos avances en el mundo tecnológico estamos en el camino para que eso suceda algún día”, concluye Gandica.

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