Carlos Fernández vuelve a su reino

“Fue mi trampolín, el sitio idóneo para dar el siguiente paso y seguir creciendo, una temporada increíble, maravillosa, sobresaliente”. Así definió en MD Carlos Fernández su paso de un año, el pasado, por Granada, un equipo, una ciudad y una afición que le dejaron una huella imborrable a modo de tatuaje emocional. El ahora orgulloso realista vuelve al que fue un sultanato, un reino, su reino, donde continúa siendo un ídolo, pese a que decidió ya el pasado verano tomar otro camino y y asentarse al otro lado del mapa.

Carlos Fernández celebra un gol con el Granada
Carlos Fernández celebra un gol con el Granada

Fernández jugará el domingo su segundo partido oficial en Los
Cármenes esta temporada, ya que allá disputó uno de sus cinco encuentros ligueros de este curso con el Sevilla. Y perdió (1-0), seguro que en una cita compleja para él por su carga emocional. Fue uno de los dos partidos en los que jugó de salida con el cuadro de Lopetegui. Con la Real ni siquiera ha estrenado la condición de titular: ha disputado 57 minutos, menos de una hora, divididos en cinco envites distintos.

Al de Castilleja
de
Guzmán le encanta relatar la historia del Granada, “un recién ascendido que consiguió meterse en Europa y llegó a las semifinales de la Copa”. A ello contribuyeron decisivamente sus 14 goles y cuatro asistencias en 40 partidos. Le costó hacerse con un sitio, lo hizo desde final de año y después del confinamiento explotó y se convirtió en un arma de destrucción masiva nazarí: “El colectivo funcionó y todos, incluido yo, subieron su valor”. Catapultó al Granada a la séptima plaza.

Carlos
Fernández conserva el cariño a todos los estamentos del club andaluz y se considera, además, una especie de ahijado del ‘hombre milagro’ del Granada, Diego
Martínez, que fue su maestro y entrenador en los juveniles y el filial del Sevilla antes de coincidir en Los Cármenes. Carlos dijo en MD que el técnico vigués es el que más le ha marcado en su carrera.

Quisieron su cesión

El Granada intentó hasta el final del pasado mercado de verano -que acabó en octubre- lograr de nuevo su cesión. No podía permitirse abonar los 12 millones de euros que pedía el Sevilla y además sus opciones mermaron cuando apareció la Real, con la que comenzó a hablar allá por la primavera pasada y llegó en otoño a un acuerdo hasta 2027, cristalizado en un contrato tres meses y medio después, en enero.

El club nazarí desistió y fichó a Luis
Suárez. Abonó seis millones de euros por el 50% de sus derechos y abonará un millón más cada año, renunciando al sueño húmedo de recolocar en el trono a Carlos.


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