Carlos Fernández ya ha elegido regalo de cumpleaños

Carlos
Fernández no juega desde el pasado 22 de abril. Casi un mes en el dique seco para un delantero cuya musculatura dijo basta en el partido contra el Celta
en
Anoeta, cuando vivía su mejor momento en la Real. Entre una cosa y otra, sus primeros pasos como txuri urdin no habían sido sencillos y, cuando más continuidad había logrado, sumaba cuatro partidos consecutivos como titular e incluso había marcado su primer gol, se volvió a lesionar. El sábado, en El
Sadar, no sólo se cumple un mes desde su último encuentro sino que es el cumpleaños del guzmareño. Fernández soplará las 25 velas de la tarta y ya ha elegido regalo: poder terminar la temporada jugando algún minuto en El
Sadar.

El delantero sevillano se incorporó a los entrenamientos con el grupo el lunes, en la primera sesión de la semana, y hoy ha vuelto a repetir trabajo con normalidad por lo que pocas dudas hay de que Imanol podrá reclutarlo como parte de la tropa que desplazará el sábado a Iruñea para jugarse la Europa
League en el último partido de la campaña. Salvo sorpresas de última hora, la Real sólo tendrá las bajas de Mikel
Merino, Sangalli y Aihen para la cita en El Sadar.

Fernández, en buena lógica, partirá desde el banquillo, como en ocho de los doce partidos que ha disputado hasta la fecha, los ocho primeros. Debutó en el encuentro de Copa ante el Betis el 26 de enero jugando media hora y, a partir de ahí, fue sumando pequeños minutajes en Liga y en la final de Copa, hasta que Alguacil le dio su primera titularidad en el derbi contra el Athletic posterior a la final. Tras cuatro partidos jugando de salida, con un gol ante el Sevilla incluido, el guzmareño sufrió una contractura
en el glúteo
izquierdo -en febrero también se perdió el partido contra el Alavés por un problema en el biceps femoral- que le ha impedido jugar los últimos cinco partidos de Liga. Ahora lleva toda la semana entrenando para terminar la temporada con buenas sensaciones.

La ausencia de Carlos
Fernández ha ido más allá de perder a un futbolista por el que la Real apostó fuerte en el mercado de enero pagando 10
millones. En el período posterior a la final de Copa, en el que varios jugadores cayeron lesionados tras forzar para estar en La
Cartuja, Imanol encontró en el sevillano una pieza muy útil que le dio otra variante táctica. Ubicándole como tercera altura en el trío del centro del campo, casi como segunda punta, el andaluz ofreció muy buenas prestaciones jugando por detrás de Isak lo que amplió una amalgama táctica que, con su regreso el sábado, se puede recuperar.


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