Carlos Sainz tiene claro su siguiente paso en Ferrari

Carlos Sainz es un piloto muy analítico. De su padre ha heredado la disciplina, la capacidad de trabajo, la planificación metódica y su obsesión por mejorar cada décima que puede. Es por ello que, cuando comete un error o sabe que debe mejorar en un punto concreto, no descansa hasta lograrlo. El español suele ‘comerse el coco’ en ese aspecto, no tanto en el lamento, sino pensando en qué hacer mejor la próxima vez para aprender de ello y progresar. Sin ir más lejos, en Mónaco ni ser segundo le quitaba el cabreo que arrastraba desde el día anterior, cuando vio como el accidente en clasificación de su compañero Leclerc le dejaba sin opciones de intentar hacer la pole o lograr una primera fila posible. Aquello no fue su culpa, así que imagínense lo que le debe estar pasando por la cabeza tras un GP de Azerbaiyán en el que un error suyo le costó muchas posiciones.

Carlos Sainz pasó de la alegría de Mónaco por su primer podio con Ferrari, a vivir una carrera difícil en Bakú, donde cometió su primer fallo vestido de rojo. Lo admitía sin que se le cayeran los anillos, ya habiendo realizado un rápido análisis de la situación para saber cómo no volver a repetir su acción. Al salir con la goma dura de boxes, con el neumático frío, bloqueó los neumáticos y se fue largo en la curva 8, bajando hasta la 15ª posición. Pedía perdón a su equipo por radio, daba marcha atrás y, pese a los problemas que seguía teniendo para calentar las gomas, lejos de hundirse, canalizaba su rabia para enmendar su error. Lo hacía exhibiendo un mejor ritmo que Charles Leclerc, algo que el propio jefe de Ferrari, Mattia Binotto, tomaba como referencia de las cosas positivas que extraer del Gran Premio en la rueda de prensa posterior. A partir de ahí, pese a un mal día, pudo sumar puntos acabando octavo. Aunque sabía que esa no debía ser su posición. Tenía que estar más arriba.

En ese momento, Carlos ya sabía cuál debía ser su siguiente objetivo en su rápida adaptación al Ferrari: Trabajar para comprender las gomas, entender cómo mejorar sus sensaciones con los neumáticos fríos y saber cómo calentarlos. Esa es su próxima meta para seguir buscando su mejor versión en Ferrari, aún por llegar. Y es que como decía tras la carrera: ”Hay que intentar mejorarlo porque está claro, como habéis visto hoy, que el proceso de adaptación no está del todo completado. Sigue habiendo cosillas que hay que mejorar y a seguir con ello”.

Sainz, en Bakú
Sainz, en Bakú

“Quizás es uno de los únicos puntos débiles que tengo ahora”

“Quizás uno de los únicos puntos débiles que tengo ahora mismo con este coche son esas resalidas, ese ‘feeling’ con el neumático delantero, con el freno cuando el neumático está un poco frío, lo que me está costando alguna posición en la salida, la resalida, me está costando bloquear los neumáticos y luego dejarlos un poco planos para el resto del stint. De todos modos he debido perder un poco la concentración ahí en la curva 8 porque ha sido un error demasiado grande como para ser el ‘feeling’ del neumático. Pero es lo que hay. No todos los días son fiesta, hay que saber aceptarlo y mejorar para la siguiente”, decía tras la carrera a ‘DAZN F1’, palabras que repetía en la rueda de prensa del equipo.

“El ritmo no ha sido un problema”

“Me costaba sentir el neumático de delante. Me ha costado bastantes posiciones. El ritmo no ha sido un problema. Creo que mi ritmo ha sido fuerte todo el fin de semana, creo que he estado al nivel de Red Bull y Mercedes, así que ha seguido siendo muy fuerte. Personalmente me sigo quedando con lo positivo, el ritmo del coche es muy bueno, pero tengo que mejorar en ese terreno, con el ‘feeling’ con el neumático frío y los bloqueos de los neumáticos delanteros, y esto me ayudará a poner todo el fin de semana junto. Estoy seguro que de aquí a la próxima carrera lo analizaremos todo y volveremos más fuertes y más confiados en estas condiciones”.

Carlos Sainz, en Bakú
Carlos Sainz, en Bakú

Y es que precisamente, lo que le falta a Carlos Sainz es poner todo un fin de semana perfecto junto. Es decir, unas buenas sesiones de libres, una buena vuelta en Q3 y una carrera perfecta. Por ahora, ha podido brillar más en carrera, siempre exhibiendo un gran ritmo y dando pasos al frente en cada Gran Premio en su adaptación.

El español sigue aún en ese proceso. Ha avanzado a pasos de gigante en estos meses, siendo considerado por todos como el piloto que mejor se ha adaptado a su coche de todos los que han cambiado de monoplaza este año.

Sainz, un constante progreso

Carlos ha ido comprendiendo su bólido y adaptando su pilotaje a lo que necesita el monoplaza, algo muy complicado. Para ello trabajó muchísimo durante el invierno para aprenderse todos los procedimientos del equipo, incluso trasladándose a vivir a Maranello para estar cerca de la fábrica.

Señalaba en las primeras carreras que debía progresar en clasificación, brillando con sectores sueltos, necesitando ponerlos todos juntos en una buena vuelta de Q3. Parece que ya está preparado para hacerlo, pero en Mónaco y Bakú las banderas rojas no le permitieron mostrar su paso al frente en este terreno. En Barcelona decía que debía mejorar con el sistema de salida del coche, algo que demostró haber hecho en Mónaco con un buen arranque. Y ahora, la siguiente meta es el rendimiento del coche con los neumáticos y frenos fríos. La mejor manera de mejorar es tener clara la siguiente estación para poner el foco en un ámbito. Detectar los problemas para solventarlos. Carlos ya sabe lo que debe hacer para seguir en busca de su mejor versión.


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