Cerca de un centenar de inmigrantes salta la valla de Melilla

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Uno de los inmigrantes subsaharianos que han logrado saltar la valla fronteriza de Melilla y han sido acogidos en el CETI de la ciudad autónoma.
Uno de los inmigrantes subsaharianos que han logrado saltar la valla fronteriza de Melilla y han sido acogidos en el CETI de la ciudad autónoma.Antonio Ruiz / EL PAÍS

Más de un centenar de inmigrantes subsaharianos (uno 150, según la Delegación de Gobierno) protagonizaron este martes un salto masivo hacia las 7.20 de la mañana “en la zona alta de Melilla”, confirman fuentes de la Guardia Civil de la ciudad autónoma. Un total de 87 han logrado franquear las tres vallas, contando la marroquí, que delimitan el perímetro fronterizo, según las mismas fuentes.

“Han saltado por la zona alta, la zona del río Nano, que es la parte en la que el Ministerio del Interior retiró la sirga tridimensional [una especie de gran ovillo espinoso de acero en el suelo] y aún no han colocado los peines invertidos que teóricamente debían coronar la valla tras retirar las concertinas”, señalan algunos de los guardias que trabajan en el control fronterizo de la verja.

Según los datos facilitados por la delegación del Gobierno de la ciudad autónoma, “78 de ellos han sido trasladados al CETI [centro temporal de inmigrantes], donde están siendo atendidos. El resto se encuentran en el hospital, por diversas lesiones”.

Los agentes de la Guardia Civil que se encontraban en la valla en el momento del salto han llevado a cabo la devolución (rechazo en frontera) de 12 inmigrantes y calculan que “aproximadamente una treintena” han sido interceptados por la policía marroquí.

La Guardia Civil asegura que “los 87 que lograron saltar″ se dirigieron en grupo, muchos de ellos heridos -según las mismas fuentes- hacia el CETI de la ciudad. Varios agentes “auxiliaron a un subsahariano con diversas lesiones, posiblemente [como] consecuencia del salto, que se encontraba en las inmediaciones del mismo y que ha sido evacuado en ambulancia al hospital comarcal”, señalaron fuentes de la delegación.

Uno de los guardias que se encontraba de servicio en la verja también resultó herido, presumiblemente con un esguince en el tobillo, al tratar de evitar la entrada de los inmigrantes.

El Tribunal Constitucional avaló recientemente las llamadas “devoluciones en caliente” de inmigrantes en la frontera tal y como están recogidas en la Ley de Seguridad Ciudadana, y que fueron motivo de recursos en el tribunal europeo y de polémicas políticas. De hecho, el PSOE se mostró inicialmente contrario a ese tipo de actuaciones policiales por considerar que vulneraban los derechos de los inmigrantes.

Fue el verano pasado cuando Interior comenzó a cumplir la que fuera la primera promesa del ministro Fernando Grande-Marlaska, tras tomar posesión de su cargo en junio de 2018, de retirar las concertinas y sustituirlas por “elementos menos cruentos” en Ceuta y Melilla. Sin embargo, ese objetivo, que el ministro convirtió en el emblema de un nuevo concepto de “seguridad humana”, no ha sido aún culminado.

Al mismo tiempo que se ha retirado la alambrada espinosa de la valla, Marruecos levantaba su propia verja de cuchillas y la alambrada española crecía varios metros mientras era coronada con una especie de peines invertidos “menos lesivos”. Presuntamente, esa corona metálica de 1,2 metros de diámetro, se habría colocado en los lugares donde se presuponía más riesgo de saltos masivos.

Los trabajos de sustitución de las concertinas, instaladas en 2005, se presupuestaron en 18 millones de euros (8,3 millones para Ceuta y 9,5 millones para Melilla). El proyecto se enmarca en un plan más amplio de refuerzo y modernización de los perímetros de las dos ciudades fronterizas, desarrollado por el anterior ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y ejecutado por el actual, con un coste de 32,7 millones de euros que incluye la instalación de un nuevo circuito cerrado de televisión con 66 cámaras, 14 de ellas térmicas, y sistemas de reconocimiento facial en los puestos fronterizos.

La reforma supone además elevar la altura de la valla un 30%, por lo que en algunos tramos llegará a alcanzar los 10 metros de altura. También suponía la eliminación de la sirga tridimensional de Melilla, conocida como la “tercera alambrada”, un entramado de cables de acero trenzado que discurre entre el vallado de los dos países. Precisamente ese escollo es el que ahora han sorteado los inmigrantes.

Las entradas terrestres por Ceuta y Melilla cayeron en 2020 cerca de un 50% respecto a 2019. En total, en ambas ciudades se registraron unas 1.300 llegadas, unas a través del salto o agujereado de la valla, pero otras muchas como entradas irregulares interceptadas en los puestos fronterizos.


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