Charlas técnicas e historias de la …mili


No es un viaje cualquiera porque había muchos que ni siquiera habían pisado suelo africano en su vida. El desplazamiento a Ceuta pintaba a travesía complicada, de helicópteros y ferris, y fue un cómodo viaje para los realistas: 70 minutos de vuelo desde Iruñea a Tetuán y algo más de media hora de carretera entre la localidad marroquí y Ceuta, la ciudad autónoma de 85.000 habitantes y 18,5 kilómetros cuadrados, 23 si se tiene en cuenta el terreno ganado al mar .



Este enclave mediterráneo sugiere mestizaje, frontera, alguna sustancia para alegrar el día e historias de la… pura mili. Y precisamente uno de los directivos que viajó con la Real hizo el servicio militar 40 años atrás aquí y se vio obligado a contar alguno de sus inolvidables episodios.

Viajó la plana mayor de la Real: el presidente Jokin
Aperribay, el director general de fútbol, Roberto
Olabe, uno de los vicepresidentes, Mikel
Ubarrechena, y los directivos Fermín
Altuna y Joseba
Ibarburu. Tampoco faltó el presidente de la Federación Guipuzcoana de Fútbol, Juan Luis Larrea, invitado por la Federación ceutí a una cena el mismo sábado. El que no descansa ni viajando es Imanol
Alguacil, que aprovechó la estancia en el aeropuerto de Noain para tener una charla técnica con Mikel
Merino y voló en la parte delantera junto a Mikel
Labaka, seguro que departiendo sobre situaciones de partido.

Hay futbolistas de la Real que, a pesar de años de despegues, turbulencias y aterrizajes, siguen padeciendo un miedo atroz cada vez que se suben al aparato y no pueden contener gritos de pánico. Hubo alguno que no lo pasó bien en un aterrizaje muy movido a causa del viento, en el que al avión le costó equilibrarse tras entrar un tanto escorado a la pista.

Trecet, chef de la frontera

Tetuán acogió a los realistas con un sol luminoso que sucedió a una ligera lluvia. Y viento, mucho viento. En el trayecto por carretera desde Tetuán hasta Ceuta, custodiados por la policía marroquí y luego la española, lo más llamativo fue el paso por la frontera del Tarajal. Cientos de coches hacinados dispuestos a echarse unas horas para transferirla. Agitación, ruido. La expedición de la Real, de los periodistas y los invitados apenas tardó 20 minutos, atravesándola por un carril adjunto gracias, entre otras cosas, a la labor del delegado Juan
Trecet. El sanjuandarra, cargado de pasaportes y papeles, bajó del autocar, habló con las autoridades y estrechó la mano de decenas de agente de seguridad. Impresionante.

Ya desde el avión, se había divisado con nitidez el Peñón de Gibraltar y el inmenso paseo marítimo entre Ceuta y Tetuán al otro lado del Estrecho. Kilómetros y kilómetros de playas. El chófer de la ‘canallesca’, que presumía de nombre de cantautor, escritor de tebeos y realizador de televisión, Paco Ibáñez, indicó que pasábamos por el cuartel de Castillejos, último pueblo marroquí antes de la frontera, donde habían estado Francisco Franco y Julio Iglesias Puga, ‘papuchi’.

Minirelatos y batallitas de un desplazamiento que suena a odisea pero que en total tuvo una duración de cinco horas y media de Spotify y móvil para los jugadores


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