Charlène de Mónaco: “Estoy a mil por ciento con mi marido”


Charlène de Mónaco habla poco con la prensa y, cuando lo hace, es para repetir casi siempre el mismo mensaje: su apoyo firme al príncipe Alberto, con quien lleva casada ya más de nueve años pero cuyo enlace y relación siempre ha estado rodeada de rumores y dudas. En la nueva entrevista que ha concedido, a la revista francesa Point de Vue, la antigua nadadora sudafricana no cambia de táctica y asegura, en la misma línea, estar “a mil por cien con su marido” y su trabajo y que “siempre” lo acompañará en esa tarea. Algo más esquiva se muestra ante la pregunta directa de si es feliz: “Hay momentos más o menos fáciles, como le sucede a todo el mundo. Pero soy feliz tal como soy, colmada con lo que vivo, sé que soy muy privilegiada”, responde antes de acotar que, como “creyente profunda” que es, “agradece a Dios cada día” que le concede.

La princesa de Mónaco conoce al dedillo su papel institucional y lo cumple cada vez que tiene que representar su papel. De hecho, la ocasión de la nueva entrevista, muy breve, es la presentación del nuevo retrato oficial de la familia, en la que posa sentada, con su marido de pie a su espalda y abrazando a sus hijos gemelos, Jacques y Gabrielle, que acaban de cumplir seis años. En la imagen, Charlène luce una melena corta con flequillo. Nada que ver con la imagen “punk” que mostró a mediados de diciembre, cuando se dejó ver en un mercadillo de Mónaco con una parte de la cabeza rapada. Si sigue manteniendo ese look, lo disimula a la perfección para la nueva foto oficial del Principado. Y aunque reconoce que a su marido le costó en un primer momento acostumbrarse —”una vez que pasó el efecto sorpresa, el príncipe lo comprende y también le gusta”, dice—, asegura no lamentar su cambio de imagen.

“Ese corte de pelo fue mi decisión. Parece que ha provocado todo tipo de comentarios. Pero resulta que tenía ganas desde hace tiempo, el estilo me gusta, eso es todo. Es verdad que, probablemente, de todos los miembros de familias reales, soy la que ha intentado más peinados diferentes, pero seguiré haciéndolo, es mi decisión”, reivindica.

En la entrevista, asegura también que el príncipe Alberto le cuenta sus problemas del día a día del Gobierno de un mini Estado en el que pese a su pequeño tamaño viven, recuerda, personas de casi 140 nacionalidades. Y ella le da en esos momentos su respaldo. “Suceda lo que suceda, pase lo que pueda pasar, estoy a mil por ciento contigo”, cuenta que le responde a su marido. “Te apoyaré hagas lo que hagas, tanto en los buenos como en los malos momentos. Antes de que nos casáramos, eras mi amigo, mi guía, me protegiste. Cuando llegué a Mónaco, tuve que adaptarme a un nuevo ambiente. Aprendí escuchando, observando, pero eres sobre todo tú el que me has ayudado, el que me ha mostrado el camino. Siempre estaré a tu lado, te protegeré”.

Al heredero del Principado que tanto le costó dar el paso de casarse y fundar una familia le sienta muy bien el papel de padre, agrega Charlène. “Adora cada instante que pasa” con sus hijos, que son “el amor de su vida”, asevera. Y sus hijos le responden porque Alberto de Mónaco “tiene mucho humor, los niños se divierten mucho con él”, aunque sea “estricto en materia de disciplina”, más que ella, reconoce.

Estas declaraciones intentan combatir los rumores que siempre han circulado alrededor de este matrimonio. Desde días antes de su boda, celebrada el 1 de julio de 2011 su amor ha estado bajo sospecha. Primero fueron los rumores de que Charlène había intentado huir del Principado días antes de su boda y que finalmente terminó por firmar un acuerdo prematrimonial según el cual se comprometía a pasar cinco años al lado de Alberto y darle un heredero. Después las noticias confirmadas por el mismo príncipe, de que ambos habían pasado su luna de miel en hoteles diferentes “por motivos prácticos”. Él asistía a una reunión de COI en Sudáfrica mientras ella visitaba a su familia en el país.

Sea lo que sea lo que ha pasado entre las dos partes esta popular pareja, después de 14 años juntos parecen haber encontrado el equilibrio.


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