A Christian Braun se le come la lengua el gato y parece que no rompa un plato. Imberbe, peinado a un lado sin extravagancias, virgen de tatuajes, el definitorio envoltorio de novato, como mandan los cánones del ‘rookie’. Llegó a la NBA sin hacer ruido como número 21 del draft no tampoco lo hace en el vestuario, sentado tímido en silencio en un rincón con su móvil, sin articular palabra y ajeno a la música. Y lleva una mochila de Frozen. No puede ser más chiquillo.
-¿Que qué me pide el coach? Sólo que traiga, energía, jugar duro. Es mi trabajo-, respondía Braun en conversación con MD antes de los playoffs. Vaya sí lo hace.
Braun, el diablo disfrazado de ángel, lo puso todo patas arriba en el Game 3 con unos imprevistos 15 puntos, 4 rebotes y 1 asistencia en 19 minutos que se salieron de los cálculos de los Heat, mucho más que los abundantes triples-dobles de Nikola Jokic y Jamal Murray. El niño, hasta intentó un mate por encima de Bam Adebayo que acabó con falta personal. Noche de estreno como estrella en el desenfreno de la noche de Miami para dejar patidifuso a alguien tan difícil de cautivar como el mismísimo Joker.
“Siempre hablo de él como un campeón, como un ganador. Siempre está haciendo jugadas ganadoras. Creo que tiene futuro en esta liga”, destacaba el doble MVP, del que el joven escolta de 22 años intenta calcar su ética de trabajo. “Le tengo que dar mucho amor. Es un ‘rookie’ y ha estado fantástico, agresivo, fuerte, con confianza… Ha sido impactante y fue divertido verle”, subrayaba un absolutamente impresionado Michael Malone, quien quiso hacer una mención especial tras hablar de Jokic y Murray.
“Siempre hablo de él como un campeón, como un ganador”
“Sólo he hecho jugadas”, señalaba Braun, real la modestia que aparenta el chaval, más que un factor X. “El crédito va para Murray y Jokic, me dejan ser yo, y eso es lo que aprecio de este equipo. Pero todavía no hemos hecho nada”, añadía el escolta, tan perfecto y diligente con un 7/8 en tiros de campo, sumando también una asistencia.
Tiene mucho Braun de eso, de lo que transmite su pinta de estudiante aplicado. El alumno con una trayectoria exitosa, tres campeonatos escolares y uno nacional después de ganar la NCAA el curso pasado con Kansas. El estudiante que respeta la herencia familiar, jugadora de baloncesto su madre en Missouri y jugadores de baloncesto sus seis hermanos -tíos de Christian-. Jugador de college su padre. El modélico alumno de padres exigentes:
Braun, anotando una ventaja ante Robinson
“Mi madre es más crítica. Su crítica no es constructiva ni lo es la mayoría de las veces. Es la más crítica del grupo”, confesaba el número 21 del último draft en conversación con Tim Reynolds. Y, pese a que aires de santo y ‘rookie’, sus compañeros le respetan hasta tal punto de no haberle hecho novatadas.
“Ves a muchos chicos en la liga haciendo cosas graciosas, haciendo a los jóvenes cantar y bailar, pero no he tenido que hacer ninguna de esas cosas… ¡todavía! Agradecimientos a mis veteranos por eso. Pero llevo una mochila de Frozen, así que tengo una mochila de Disney que llevo por ahí, lo cual es bastante gracioso. La llevo en todos nuestros viajes”, contaba el escolta a Brett Siegel para Sports Illustrated este curso.
Braun fue casi multado un día por aparcar en el sitio del dueño de los Nuggets
Pero, en un reflejo de ese punto cierta de rebeldía y osadía al que da rienda suelta en la pista, Christian Braun fue casi multado en abril por aparcar en el sitio…¡de Stan Kroenke, dueño de los Nuggets!
Y a la chita callando, puede entrar a formar parte de un selecto club: el sexto jugador de la historia en ganar la NCAA y la NBA en años consecutivos. Sólo lo han hecho Arnie Ferrin, Bill Russell, Henry Bibby, Magic Johnson y Billy Thompson. A ellos quiere unirse ese muchacho tan adorable a la vista pero volcánico en la pista en la noche en la que se desvirgó en Miami.