Todos los negocios necesitan estar presentes en internet. La pandemia lo ha demostrado. Muchos han podido continuar con su actividad e incluso han descubierto nuevas oportunidades para crecer. Sobre todo las pequeñas y medianas empresas (pymes) han encontrado en el entorno digital un aliado para resistir el impacto de la crisis sanitaria. Ahora la gran pregunta es cómo lograr el objetivo final de las técnicas de mercado en la red: darse a conocer entre los clientes potenciales y fidelizar a los que ya tienen.
Según Rodrigo Miranda, director de la escuela de negocios digitales ISDI, el consumidor dedica mucho tiempo al mundo digital. Allí interactúa, comparte sus gustos y desarrolla buena parte de su vida diaria. Por eso, es el canal idóneo para acercarse a él. Pero para lograrlo hace falta establecer una estrategia y conocer cuáles son las herramientas digitales adecuadas, la mayoría fáciles de usar y que suponen una inversión mínima.
Cómo iniciar una estrategia de ‘marketing’ digital
Potenciar la presencia en Google. La mayoría de las búsquedas en internet se realiza a través de Google. Loreto Gómez, experta en marketing digital, lo corrobora con un dato: el 64% del tráfico directo que llega a una página web proviene de los buscadores. Es esencial, por tanto, que una empresa aparezca en Google, que es el rey de los buscadores. Este ofrece a las pymes la herramienta Google My Business, un sistema gratuito para crear un perfil del negocio en forma de ficha. En ella figuran todos los datos imprescindibles del negocio para que los consumidores lo encuentren con facilidad, de manera que, cuando un usuario busque restaurantes italianos en Google, le aparezcan los más cercanos a su ubicación.
Erik Rigola, especialista en estrategia y marketing digital de la consultora RocaSalvatella, que liderará el webinar Marketing digital para pequeños comercios: ventajas y claves para su puesta en marcha, organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell, destaca que Google premia a los negocios con las fichas más completas y actualizadas en el buscador, ya que tienen más opciones de aparecer en las primeras posiciones de los resultados de la búsqueda, justo debajo de las empresas más cercanas, lo que potencia el alcance de la pyme más allá de lo local. Esto se consigue fomentando que los clientes dejen valoraciones y comentarios. Una técnica para lograrlo es contestar siempre a los mensajes, incluso a los negativos, y resolver las incidencias en privado.
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Marketing digital para pequeños comercios: ventajas y claves para su puesta en marcha, con Erik Rigola, consultor en estrategia y marketing digital de RocaSalvatella. Organizado a través de HUB Empresa de Banco Sabadell. Cuándo: 4 de noviembre, a las 16.00
Crear una página web. La página web es la carta de presentación de cualquier negocio. Le permite tener presencia constante, sin horarios, a diferencia del establecimiento físico, y con infinitas posibilidades de diseño y prestaciones, como mostrar el catálogo de bienes y servicios y ofrecer contenido creativo a través de blogs.
No hace falta tener nociones de programación para crear un sitio web. Plataformas como WordPress, Shopify o Magento disponen de plantillas con las que diseñarlo y permiten, además, conocer datos sobre el tráfico. En el mercado hay planes por 20 euros al mes para crear y administrar una página web.
Escoger las redes sociales adecuadas. Las redes sociales, como Facebook, Instagram, TikTok y Twitter, ofrecen la oportunidad de llegar a los potenciales clientes. En España hay 27 millones de usuarios de entre 17 y 70 años que cuentan con un perfil en estas plataformas, según el último informe de IAB Spain. Tener presencia en las redes requiere la creación de contenido y el trabajo diario constante, por lo que hay que elegir muy bien en cuáles debe estar la compañía.
Gómez asegura que no es necesario estar presente en todas las redes sociales, sino que bastará con aquellas que mejor se adecúen tanto al púbico como al tipo de negocio y a los productos o los servicios que comercializa. Las dos más populares son Facebook e Instagram. En ellas, según los expertos, los ámbitos que más interacciones generan son la moda, los productos de belleza y el ocio. Si se venden zapatillas deportivas, por ejemplo, convendrá subir fotos y vídeos a Instagram, plataforma en las que prima la imagen, a través de la que mostrarán las características del producto, el tipo de prendas con las que encaja o las situaciones en las que es una buena opción llevarlo. Las oportunidades son casi ilimitadas.
Conviene explorar, además, nuevas aplicaciones, como TikTok, que destaca entre el público joven por sus contenidos cortos en formato videoclip. Miranda aconseja utilizar las redes sociales para contar historias al internauta. “La pyme ha de tener una narrativa. Al consumidor que acude a las redes sociales de una empresa de este tipo le gusta que haya un valor añadido”, argumenta. Tampoco hay que olvidar otra aplicación de uso muy común, WhatsApp Business, que abre una vía de comunicación con los consumidores en su versión para empresas. “No tiene coste y permite, incluso, vender productos”, precisa Rigola.
Alternativas a la tienda en línea: el marketplace. La mayoría de expertos entiende que lanzarse directamente a montar un espacio de comercio electrónico propio no es la mejor de las estrategias, pues requiere una gran inversión de capital. Por eso, una buena opción para iniciarse en la venta en línea es hacerlo a través de plataformas como Amazon o Correos que cuentan con tiendas digitales ya establecidas —conocidas por su nombre en inglés: marketplaces—. Estos espacios permiten comercializar productos y servicios por una determinada tarifa (en el caso de Amazon, por algo más de 40 euros al mes), sin necesidad de pagar el diseño del sitio web. La de Correos ofrece a productores locales y artesanos la posibilidad de comercializar sus productos. De esta manera, los pequeños comerciantes tienen la oportunidad de comprobar cómo funciona la venta en internet y con quién compiten, antes de dar el salto a la creación de una tienda en línea propia.
Existe otro tipo de plataformas, como Wallapop y Vinted, que permite la compraventa de productos de segunda mano entre particulares y que atraen a muchos comercios y productores. “Por ejemplo, si se tiene una pequeña tienda de artesanía, pueden venderse los productos por Wallapop”, sugiere Miranda.
Los comerciantes, avisa Rigola, deben llevar un control muy detallado de sus existencias para que no se produzcan desfases entre las ventas físicas y las digitales. Si no se dispone de un sistema de control de mercancías interconectado que regule los stocks es posible que descuadre el inventario. “Podría ocurrir que solo quede una chaqueta y haya un cliente comprándola en la tienda física y otro en la digital. Habría que decidir quién se queda sin ella, lo que crearía un problema de confianza en la marca”, concluye este experto.
El ingrediente final: la constancia. Desplegar una estrategia de marketing digital es una carrera de fondo que requiere un esfuerzo constante. No hay peor impresión en internet, determina Gómez, que encontrarse con un perfil abandonado o con una página web desactualizada. “Da la sensación de que esa pyme ha cerrado”, afirma. Si se ha dado el salto a internet y no se cuida la imagen, de nada servirá el trabajo realizado. Se perderá la inversión. Y las ventas no vendrán por este canal.
Contar con asesoramiento. Si la pyme desconoce por dónde empezar, una opción es acudir a consultoras externas especializadas en técnicas de mercado digital. Pese a que las tarifas varían en función de la complejidad de los servicios contratados, por una inversión inicial de entre 5.000 y 10.000 euros y alrededor de 500 euros mensuales es posible contar con una estrategia digital que genere contenidos, campañas personalizadas y posicionamiento web.
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