Colegiala


Ante la vuelta al cole y la necesidad de un pacto de Estado en educación, propongo el siguiente temario. Exégesis y trampa en la factura de la luz: técnicas de manipulación de contadores; Instrucciones para el acondicionamiento hogareño del hueco de ascensor; Cifrado jeroglífico de contraseñas para la compra de artículos en red y consulta bancaria; Corte y confección de la máscara para las interacciones sociales; Criterios de selección de buscadores de seguros de hogar, salud y automóvil con máster en reservas chollo de hoteles con encanto; Postecnología a partir de casos prácticos: montaje y desmontaje de mobiliario ―escriba cien veces “Hágalo usted mismo/a”―; Estrategias psicológicas burbuja para la erradicación del suicidio y el desarrollo de la autoestima al margen de los datos de paro juvenil; Gimnasia: defensa personal contra el bulling y el “Te arrastro de los pelos”; Recetas postapocalípticas para la participación en concursos gastronómicos con cursillo complementario en humillaciones y “¡Ave, Chef!”; Literatura y diabetes: qué bonito es leer; Actividades extracurriculares: relajación y consola “Ratatatatá, ¡Hay que matar a estos cabrones!”; Matemáticas y economía: cómputo de ovejitas y/ o rentabilización del insomnio; La fábula: humanización de la nutria que se lava la carita con agua y con jabón, y otras deformaciones antropomórficas de la fauna tiranizada en los risueños vídeos de Instagram; Ciencias naturales y dibujos animados: vivisección de Bob Esponja; Filosofía y música: Ya no puedo más, pero no soy estoica; Lógica formal (cátedra patrocinada por el PP de Madrid): en Madrid hay ataques homófobos, luego Madrid es una ciudad homófoba, pero Madrid no es una ciudad homófoba, luego en Madrid no hay ataques homófobos; Religión (obligatoria, ¡cojones!); Química aplicada a los cuidados: usos de la lejía; Moral: El capitalismo filantrópico, con máster en Quiero ser Marc Zuckerberg; Cuerpo humano: herpes, virus, pústulas; Egopublicidad y marketing: la siete diferencias entre prostitución y trabajo; Detección de ofertas de empleo temporal a través del scanning; Ciencias de la salud: autodiagnóstico dermatológico y maniobras de autoexploración de la mama; Estudio y multitarea: cómo escuchar reguetón, poner la lavadora, atender redes, preparar una clase y darle la papilla a la nena sin derramar un grumo; Videovigilancia y borrado de huellas en contextos reales y sedes virtuales; Lectura fácil: la eme con la a no es me; Biología cultural (asignatura interdisciplinar): una pera es una pera y una manzana una manzana (convalidable en el curso de tautología y poesía de vanguardia); Geografía y manualidades: Corta y pega de mapas mudos para la recomposición de una España rota; Literatura y sociología: el culebrón turco; Practicum: cómo exterminar toda la gelatina en Candy Crush; Inglés de excelencia y cuerpo humano desde una perspectiva de género: ovario se dice egg; Inglés para principiantes del sector terciario y estrategias parafrásticas del léxico específico: “Chipirón, calamar chiquitito, boquerón, sardina chiquitita”; Formación del espíritu nacional ―derivación Díaz Ayuso―: Usted puede hacer lo que le dé la gana mientras no se reúna, no se agrupe, no tome la calle, no se manifieste en compañía de sus correligionarios/as; Principios de etnografía cristiana (asignatura patrocinada por Vox): las razas del mundo y sus defectos insalvables frente al varón blanco occidental y el Cipote de Archidona que ahora es de Solsona; Historia inversa (seminario de especialización voxista e incultura general básica): las trece rosas violaban y mataban. Hay acuerdo, fijo.


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