¿Cómo es la nueva ola europea de contagios que ya impacta en España?

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La nueva ola de coronavirus parece estar dividiendo a los países europeos en dos ligas: los que a pesar del repunte de contagios mantienen sus hospitales bajo control y los que no lo consiguen. Los datos sugieren que los lugares con más del 75%-80% del total de la población vacunada están resistiendo mejor a la nueva subida de casos; mientras otros, con tan solo 10 puntos menos de vacunación, han tenido que recurrir a medidas drásticas ante el inminente colapso de sus centros sanitarios. Aun así, los números de algunos países como Bélgica —con cifras de inmunizados cercanas a las de España—, y la fuerza de la nueva ola (a la espera de conocer el alcance de la nueva variante) invitan a la cautela ante el aumento de hospitalizaciones en varias comunidades: en Aragón o Navarra los ingresados por covid se han duplicado en el último mes.

Los contagios en el continente han comenzado a crecer en distintos momentos y a diferente ritmo. En los países bálticos o en Bulgaria y Rumania los casos parecen haber superado el pico y descienden en la dinámica a la que la pandemia suele responder. En Eslovaquia, Eslovenia, Austria o Países Bajos los positivos identificados han llegado a niveles nunca vistos en los últimos dos años. Alemania también ha marcado récord de contagios y los pacientes de covid han vuelto a alterar la normalidad de los centros sanitarios. En España, Italia o Dinamarca los casos han repuntado más tarde y de momento a una velocidad menor.

En los últimos meses, el indicador de hospitalizados es aún más importante, ya que la vacuna previene la gravedad de la enfermedad y los contagios por sí solos no abarcan la magnitud real de la ola. Esta cifra preocupa en algunos países. En Bulgaria, la situación es crítica: 100 de cada 100.000 habitantes están ingresados por covid —casi el doble que en el peor momento de España tras las últimas Navidades—. En Eslovaquia o Eslovenia, de camino a su pico de casos, los ingresos llevan creciendo semanas y los hospitalizados se elevan a 45 por 100.000 habitantes, cifras cercanas a las registradas en sus peores días, durante el invierno pasado. También tienen tendencias preocupantes Eslovaquia (55), República Checa (49) y Polonia (44). En Países Bajos, Dinamarca, Italia, Portugal o España el número de hospitalizados también ha comenzado a crecer, aunque aparentemente a un ritmo más lento. En ninguno de ellos la incidencia de ingresados supera los 10 por cada 100.000 habitantes.

En este escenario, ¿qué papel están jugando las vacunas? Polonia y Dinamarca representan un buen ejemplo. Las incidencias de contagios son parecidas, pero en los hospitales polacos ingresan seis veces más pacientes con covid que en los hospitales daneses. Es probable que influya la extraordinaria capacidad de Dinamarca de detectar casi todos los casos que hay (una positividad del 2,4%, frente al 24% de Polonia), pero también importa la diferente cobertura vacunal en estos países: en Dinamarca el 76% de la población ha recibido dos dosis; en Polonia, apenas pasan del 50%.

Este patrón se repite en más países, cuanta más gente está completamente vacunada menor es la incidencia en hospitales. Es lo que se observa en el siguiente gráfico: países como Eslovaquia, Eslovenia o Hungría, con alrededor del 50% de la población vacunada, tienen un mayor número de ingresados que países con mayor cobertura como Países Bajos o Bélgica, que ya han inmunizado a más del 70% de sus habitantes.

No hay que olvidar que estos países con menos vacunados han sufrido una mayor ola de contagios (el tamaño del punto en el gráfico lo indica) y esto ha provocado un mayor número de hospitalizados. Pero también es cierto que en países con un número de casos similares los hospitales han sufrido más donde menor era la cobertura de vacunación, algo que se observa comparando Francia con Dinamarca.

Enric Álvarez, investigador del grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos de Barcelona, señala que “en los países con el 75% o más de la población vacunada parece que no se vuelven a alcanzar incidencias cercanas a los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, algo que sí pasa en países con 10 puntos menos, como Austria, Eslovaquia o Eslovenia”. En el lado opuesto, explica, está Dinamarca: “Que es el país al que esperamos parecernos más”.

Se ve, por el momento, que los países con más vacunados tienen sus hospitales más vacíos, la gente cursa la enfermedad de forma menos grave. Como señala el epidemiólogo Óscar Zurriaga, “puede no parecer una diferencia enorme, pero pasar de un 65% a un 80% de vacunados son millones de personas, es mucha gente. Además, no siempre se distribuyen por edades de forma homogénea como en España: esto permite que la circulación no esté focalizada en determinadas franjas”.

España —abajo a la derecha en el gráfico de arriba— es buen ejemplo de esta relación. Pero hay excepciones, como Bélgica, que con el 75% de la población vacunada tiene el mismo número de hospitalizados por 100.000 habitantes que Austria. Es decir, si la incidencia se duplica, inevitablemente acaban aumentando los pacientes en los hospitales.

La vacuna por sí sola no basta para explicar esas diferencias. Primero, porque su efectividad baja con el tiempo. “Se barajan distintos escenarios de bajada de efectividad. Si las vacunas siguen en su trayectoria descendiente a la hora de frenar la transmisión, claro que puede volver a subir la situación en contagios y hospitalizados”, recuerda Álvarez.

También importa el comportamiento estacional: donde el frío llega primero, como en el centro de Europa, la vida vuelve a trasladarse a los interiores, y ahí es más fácil que se produzcan contagios. Finalmente, como recuerda Ortiz, “la relajación de medidas, que ha sido más rápida en otros países, ha influido mucho en la tendencia de algunas curvas de contagio”.

La bajada paulatina de esas restricciones seguramente influya también en que la situación en España esté lejos de la de otros países europeos. Además, la amplia vacunación podría proteger de una nueva ola de hospitalizaciones.

Aun así la situación es de calma tensa y en los últimos días los datos han empeorado en la mayoría de comunidades autónomas. En Aragón y Navarra los ingresados se han duplicado en las últimas cuatro semanas. En Cataluña, en la última semana han empeorado las cifras de incidencia de las personas de entre 60 y 80 años, algo que ha provocado un aumento significativo de la ocupación hospitalaria.

“El hecho de que haya comunidades subiendo es la demostración de algo que ya sabíamos: la vacuna no basta para eliminar la transmisión”, recuerda el epidemiólogo Óscar Zurriaga. “Por eso no es conveniente apostarlo todo a la tercera dosis: si impidiera la transmisión, sería clave ponerla, pero no es el caso. Siguen siendo clave tres conceptos: ventilación, mascarillas y vacunas”, añade.

Aun teniendo en cuenta estas subidas, la situación está muy lejos de como estaba hace un año. Cataluña tiene ahora una incidencia de casos parecida a la de comienzos de octubre de 2020, más de 220 por cada 100.000 habitantes a 14 días. Notificaba entonces, también con los contagios al alza, más de 1.500 ingresados en sus hospitales: hoy son casi la mitad, 720. El País Vasco tenía 520 ingresados entonces, con una curva parecida a la de ahora, cuando tiene menos de la mitad de pacientes covid (224).


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