Las motos del equipo Repsol Honda trabajan desde hace años en la incorporación de combustibles renovables con buenos resultados, aunque actualmente el campeonato no exige su uso. Sin embargo, la próxima temporada (2024) el reglamento de MotoGP requerirá incluir al menos un 40% de componentes no fósiles en los combustibles utilizados por las máquinas de competición.
Y, en base al compromiso de Dorna -la empresa organizadora del campeonato-, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y la International Road-Racing Teams Association (IRTA) de reducir la huella de carbono generada en los circuitos, tan solo tres años más tarde el 100% de los combustibles deberán ser renovables.
Con el fin de que esa rápida transición sea posible, en el centro de innovación Repsol Technology Lab -ubicado en Móstoles (Madrid)- se están desarrollando biocombustibles avanzados que se utilizarán en las siguientes ediciones del Mundial de MotoGP. Estos se producen a partir de residuos biológicos de distintos orígenes: forestal, agroalimentario o procedentes de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, entre otros.
“En esencia es el mismo trabajo que veníamos haciendo cuando diseñábamos un combustible de competición convencional, donde el foco estaba en la optimización de una receta de ingredientes para maximizar la entrega de potencia en el motor, solo que ahora ponemos además el foco en la materia prima y su huella de carbono”, explica Dolores Cárdenas, experta en Desarrollo de Combustibles en Repsol.
Así, los combustibles renovables diseñados y producidos en Repsol Tecnology Lab son “compatibles con las motorizaciones existentes y con los sistemas de repostaje y logística existentes”, según Cárdenas. Por tanto, una gran ventaja de este tipo de combustible renovable frente a otras soluciones no fósiles es que no precisa ningún cambio en la logística (repostaje, distribución…) ni tampoco en los motores de las distintas clases de vehículos.
Además, son cero emisiones netas: las emisiones de CO2 que se producen en su uso en el motor son las mismas que las que antes tuvieron que retirarse de la atmósfera para poder producir dichos combustibles. Por tanto, se presentan como una de las soluciones disponibles para alcanzar la neutralidad climática.
Así se producen y se prueban
Estos nuevos carburantes están fabricados a partir de residuos de biomasa que cumplen los criterios de sostenibilidad recogidos en la Directiva de Energías Renovables Europea. Esa biomasa, gracias a la fotosíntesis, se encarga de manera natural de retirar el CO2 de la atmósfera. Como detalla Cárdenas, “nos permiten reducir la huella de carbono del combustible y nos apoyamos en la economía circular usando residuos que pueden estar disponibles a nivel local. Para asegurar este origen, la planta donde fabricamos los combustibles de competición renovables está certificada para trazar la sostenibilidad de los mismos”.
Para la próxima temporada de MotoGP se emplearán aproximadamente 10.000 litros de combustible renovable procedentes del Repsol Technology Lab, donde además disponen de un motor monocilíndrico de investigación. Se trata de una réplica del motor de cuatro cilindros que lleva la moto, prácticamente única en el mundo ya que solo hay otra en la sede de Saitama (Japón).
“Las formulaciones de gasolina se evalúan en este motor para comprobar su comportamiento antes de enviarlas a Japón para la validación de Honda y posterior puesta en los circuitos en la temporada siguiente”, explica Cárdenas, quien añade que Repsol Technology Lab constituye “un banco de pruebas excepcional para evaluar nuestros combustibles renovables en las condiciones más extremas y con cuyo aprendizaje mejoramos aquellos que llevamos al mercado”.
En los próximos meses se pondrá en marcha la planta de biocombustibles avanzados de Repsol en Cartagena, con una capacidad industrial de producción de 250.000 toneladas al año. Un paso fundamental para expandir el uso de los biocombustibles mucho más allá de las competiciones deportivas. Y es que los ensayos iniciados hace una década en los circuitos permiten acelerar los ciclos de desarrollo del producto para cualquier tipología de vehículo de uso cotidiano.
Iguales prestaciones que los combustibles tradicionales
Los pilotos de Repsol Honda han podido comprobar en diversas ocasiones que los biocombustibles avanzados tienen las mismas prestaciones en competición que los tradicionales. Y, además, son absolutamente necesarios para que el campeonato sea sostenible. Como asegura Marc Márquez “en los tests que he realizado en pista, no he notado diferencia al utilizar el biocarburante, que al final es el objetivo: mantener el rendimiento en las máximas prestaciones“.
Su compañero de equipo, Joan Mir, valora que “pensar en biocombustibles avanzados es pensar no solo en el futuro, sino también en el presente. El trabajo de Repsol es fundamental para ser competitivos y marcar diferencias respecto a los demás rivales del Mundial, y también para que en un futuro se puedan llevar las mejoras que logramos en los circuitos a todos los usuarios de la calle”.