Cómo se fraguó el cambio del Madrid en Sevilla


El profundo cambio que realizó el Real Madrid en Sevilla con respecto al que se vio en París no nació de manera espontánea. Tras la debacle ante el PSG, la preocupación se instaló en todos los sectores del club desde la presidencia hasta el vestuario. El encuentro ante el Sevilla era todo o nada para los blancos en este inicio de temporada. Los jugadores asumieron las culpas de lo que pasó en París –dicen las malas lenguas que para que siga Zidane y no llegue Mourinho– y así se lo hicieron saber a su entrenador y al presidente.



El técnico no ocultó su enfado tras el 3-0 y no dudó en criticar a sus jugadores públicamente tras el encuentro. Algo que es complicado de ver en un Zidane que siempre que puede elogia a su plantilla.

Tras el desastre parisino llegó la hora de reflexionar, de hablar y eso es lo que sucedió en los días siguientes en Valdebebas. Reuniones entre jugadores, con los técnicos que no llegaron a la categoría de charla, de reprimenda, pero sí que sirvieron para que todos se dieran cuenta de lo que estaba en juego. Sergio Ramos expresó en sus redes sociales lo que pensaba la plantilla. Puso una foto con un texto en el que estaba tachada la palabra hablar al lado de actuar. Eso es lo que quería la plantilla, corregir errores, implicarse, tener esa famosa intensidad que pedía Zidane. Sevilla era la cita en la que los jugadores deseaban demostrar que estaban con su entrenador e implicados en el proyecto.

Florentino Pérez no les dio la charla en París tras el encuentro. Estaba muy enfadado y prefirió callarse. No lo hizo el pasado viernes cuando fue a Valdebebas a hacerse la foto oficial con el equipo. El presidente blanco no echó la bronca ese día, pero sí que pidió a todos que reaccionaran, que en Sevilla lo diesen todo desde el inicio hasta el final. Y es que Florentino Pérez no quería vivir otro bochorno como el de París y mucho menos, ver como la crisis se instalaba en el Madrid para repetir la mala temporada anterior.

Todas las charlas, las reuniones que se vivieron en Valdebebas sirvieron para que el Real Madrid acabara ganando en el Sánchez Pizjuán mostrando una intensidad, una complicidad defensiva que parecía imposible tras el 3-0 encajado por los blancos en París. Una muestra de la reacción de todos los jugadores fue el trabajo defensivo de Hazard y Bale durante todo el encuentro que el Madrid celebró casi como si fuese un título y no tres puntos en Liga.


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