Esta podría ser simplemente otra imagen de un fin de curso en cualquier instituto norteamericano. Pero en este caso, el tema va un poco más allá. Así lucían los pasillos de la Arlington High School de Illinois la víspera de que se clausurara definitivamente esta escuela. Dos años antes, la junta local había decidido que, debido al descenso de alumnos matriculados en las escuelas de la zona durante los últimos años, dos de ellas debían cerrarse.
Se creó un programa informático para decidir cuáles iban a ser las perjudicadas. Este algoritmo, o lo que fuera que se hiciera antes de Facebook, decidió que una de ellas sería la más céntrica y la más antigua: Arlington High School. Un grupo de vecinos se unió para frenar la decisión. Se contrató a un detective privado, y este logró la confesión de uno de los informáticos: el programa había sido manipulado para que esta escuela apareciera entre las perjudicadas. Se llevó el tema a juicio, y aunque el tribunal concluyó que existían suficientes pruebas que demostraban que se habían manipulado los datos, también asumió que no tenía jurisprudencia sobre el asunto.
Meses después de dejar de operar, las instalaciones fueron adquiridas por una entidad perteneciente a la asociación de escuelas cristianas por 1,5 millones de dólares. Desde entonces, es una escuela privada con más de 500 alumnos. Los equipos deportivos ya no visten de rojo. Van, claro, de azul.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aquí a la Newsletter.
Source link
