La Copa está siendo una montaña rusa para el Athletic. En su fase de clasificación, sufrimientos y alegrías casi en el más allá. Después de obtener el billete para la final estalló la pandemia del coronavirus. Aplazada. En el aire. Baile de fechas, especulaciones, puerta abierta, cerrada…Y hasta dudas sobre el escenario elegido, inicialmente y parece que sin cambio por el momento, La Cartuja de Sevilla. Con Mendizorroza e incluso San Mamés y Anoeta en distintas alternativas lanzadas.
Pero la última sacudida ha venido de la mano de la UEFA. Si la final no se juega antes del 3 de agosto, lo que abocaría a hacerlo sin público, la última plaza europea sería para el séptimo de la Liga. Agur al plus para los rojiblancos en el torneo del KO. Deportiva y económicamente. Se habla de siete millones para empezar…
MD ha dibujado un particular Consejo de Presidentes. Dos del Athletic, José María Arrate y José Julián Lertxundi. Ambos apuestan por la Copa con aficiones en las gradas hasta el final. Un partido único para la historia. Irán con lo que decidan los actuales regidores del club rojiblanco. El tercero es Iñaki Gómez Mardones, de la Federación Vizcaína y miembro de la Española, que defiende la decisión que tomaron con Rubiales a la cabeza de otorgar premio a esa batalla por el título en el torneo del KO. Toca mojarse.
En este complicado decorado, Lertxundi saca la fotografía que desearía ver en ese último choque por el título copero. “Me gustaría que fuese una final en su salsa, pero soy consciente de que hoy por hoy es imposible. ¿Cuál es la salsa? La previa, esos quince días anteriores de bullicio, de jolgorio de sorteo de entradas, de preparación de viajes, cuadrillas, familias, restaurantes…”, pone sobre la mesa antes de ir desgranando otros elementos: “Después de la previa, está la final, el partido. Me gustaría con 50.000 espectadores, pero sigue siendo imposible hoy por hoy”.
El que fuera presidente rojiblanco entre 1990 y 1994 añade que “si perdemos, como el Athletic ha ido en su historia a 40 finales y ha ganado 24, sabe lo que es perder y celebrar la derrota, porque el Athletic es un club distinto que sabe celebrar las derrotas. Con señorío. Y la victoria, es la gabarra. Y hoy por hoy es imposible”.
Lertxundi es consciente de que nos movemos en terreno de las hipótesis. “Estamos hablando de lo que me gustaría, que fuese todo normal, todo engalanado, viviendo toda la parafernalia y jugarla con 50.000 o con 80.000 espectadores, eso ya depende del estadio y es indiferente. Y disfrutar en caso de ganar y ser unos señores en el caso de perder”, dice.
“Una final conlleva una parafernalia especial. Si toda esa parafernalia no existe, es una final devaluada”
En ese encrucijada, puerta cerrada ahora con opción de UEFA o más tarde y sin acceso, valora que “es un tema que desconozco, no sé en qué tesitura está eso que se dice de la UEFA, que ha trascendido a la Federación Española que si no hay final, no hay premio. Creo que el tema de la final es muy gordo para el Athletic, para todos los clubs del mundo. Pero para el Athletic además de ser un tema muy gordo es muy familiar, y una final conlleva una parafernalia especial. Si toda esa parafernalia no existe, es una final devaluada. Es una pena, una tristeza, pero las circunstancias mandan. Y ahora mismo, cuando estamos estrenando una salida por tramos de las personas, estar hablando de la parafernalia de una final se me hace una entelequia imposible de evaluar”.
Lertxundi concluye que “lo que decidiría es una final en condiciones, esta vez con un público doblemente importante, porque nos toca jugar con los vecinos. Sería una apoteosis, esa final se preparaba como un hecho histórico y apoteósico. Y parece que no va a ser posible, por lo tanto no me queda sino esperar, confiar en la gestión del presidente y la Directiva del Athletic. Y lo que sea, sonará. Y aceptarlo. No veo otra opción”.
Arrate marca cierta distancia con lo que podríamos llamar ‘centro de poder’. Pero su idea es muy clara. “No estoy ahora en disposición de decidir, porque estoy en plan de aficionado. Y como aficionado, me gustaría tener más datos para poder opinar. ¿Cómo me gustaría a mí? Con público. Pero no tengo capacidad de influir en la decisión. Simplemente opino que los que están ahora en el Athletic, ya sabrán lo que tienen que decidir”, explica.
El máximo dirigente del Athletic entre 1994 y 2001, opina que “yo, esperaría hasta el final para poder jugar con público hasta cuando sea. Hasta cuando sea (reitera). Incluso sacrificaría la hipotética plaza de UEFA. Creo que es una ocasión única, que quizás no se volverá a repetir en la vida. Y esas ocasiones no hay que desperdiciarlas nunca”.
“Esperaría para jugar cuando sea con público, incluso sacrificando la plaza de UEFA”
Y remata apuntando que “si no tengo ninguna sanción o no me castigan por ello, esperaría para jugar cuando sea con público, incluso sacrificando la plaza de UEFA. Pero, en cualquier caso, lo que haga el presidente actual, el Athletic, por mí estará bien hecho. Punto”.
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