Condenada a diez años de cárcel una yihadista alemana acusada de haber dejado morir de sed a una niña yazidí

La condenada Jennifer W., a su llegada al tribunal de Múnich este lunes.
La condenada Jennifer W., a su llegada al tribunal de Múnich este lunes.Sven Hoppe (AP)

La Audiencia Territorial de Múnich ha condenado este lunes a una yihadista exmiembro del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) a 10 años de cárcel, acusada de haber dejado morir de sed a una niña yazidí de cinco años esclavizada en Irak. El juicio comenzó en 2019, cuando las autoridades acusaron a Jennifer W., de 30 años, de haber observado impasible cómo su marido encadenó a la niña a una ventana bajo el sol como castigo por haberse orinado sobre un colchón y la dejó morir de sed. La Fiscalía exigía cadena perpetua para la mujer por el delito de asesinato por omisión en relación con la muerte de la menor, entre otras acusaciones. El caso en uno de los primeros procesos en el mundo sobre los crímenes de guerra contra los yazidíes ―una minoría perseguida por los yihadistas en Irak y Siria―.

De acuerdo con las investigaciones de las autoridades, los hechos ocurrieron en 2015, cuando la mujer y su marido compraron presuntamente a la niña yazidí y a su madre, y las convirtieron en esclavas en su casa al oeste de Bagdad, la capital iraquí. La madre de la niña estuvo representada en el juicio, en calidad de acusación particular, por la activista y abogada Amal Clooney. Además de la complicidad en el intento de asesinato de la menor, la mujer ha sido acusada de pertenencia a una organización terrorista y, tentativa de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Sin embargo, su defensa había pedido una pena exclusiva de dos años de prisión.

De acuerdo con las investigaciones, entre 2014 y 2015, Jennifer W. ya formaba parte de ISIS como miembro de la conocida como “policía de la moral” en las ciudades iraquíes de Mosul y Faluya. En ese entonces, su tarea consistía en vigilar que las mujeres de la comunidad se vistieran de acuerdo a los cánones fundamentalistas ordenados por el grupo terrorista. De acuerdo con un comunicado del tribunal de Múnich en 2019, la mujer “entró a formar parte de la estructura paramilitar y de toma de decisiones del ISIS”.

Su captura fue realizada gracias al trabajo de los servicios secretos alemanes y el FBI, que le tendieron una trampa cuando intentaba salir de Alemania con rumbo hacia Siria. En enero de 2016, Jennifer W. visitó la embajada alemana en Ankara (Turquía). Al abandonar la legación diplomática fue detenida por agentes turcos y más tarde deportada a Alemania, donde quedó en libertad. Desde entonces, asegura la justicia alemana, regresar a Siria se convirtió en su principal objetivo. En junio de 2018, la acusada fue detenida en Alemania. Se había subido a un coche en Lohne, en Baja Sajonia, que debía llevarla hasta Siria o Irak a través de Grecia. Jennifer W. le confesó al conductor del coche en el que viajaba su pertenencia y contribución a las acciones del ISIS y contó lo que había sucedido con la niña yazidí. La conversación que la mujer sostuvo en el vehículo fue grabada por los servicios de inteligencia y se convirtió en la pieza clave del juicio, que comenzó en abril de 2019.

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