Ángel Correa será una de las armas del Atlético de Madrid para tratar de derrotar este martes al Bayern de Munich en el Metropolitano, en un partido en el que el conjunto rojiblanco se juega la clasificación para los octavos de final. En función de los resultados en la capital española y en Moscú, el cuadro de Simeone podría lograr la clasificación o depender de sí mismo para la última jornada.
Sin Luis Suárez ni Diego Costa, el argentino está llamado a tener un papel decisivo en ataque. Ya lo está teniendo esta temporada, pero en el apartado de asistencias. Porque de cara a puerta, Correa no está lo acertado de otros cursos. De hecho, sólo suma un tanto desde que arrancara la temporada y, además, fue en la primera jornada de Liga, en la goleada frente al Granada.
Debe dar un paso adelante ‘Angelito’ en este sentido. Y más en Champions. Porque ha pasado mucho tiempo desde que el ‘10’ rojiblanco celebrara su último gol en esta competición. Hay que remontarse a septiembre de 2015 para encontrar su último y primer tanto en la máxima competición continental. Fue en su estreno en este torneo, ante el Benfica en el Vicente Calderón. Y el Atlético perdió ese partido.
Desde entonces, Correa ha jugado 39 partidos de Champions sin ver puerta. Mucho tiempo para un futbolista de sus características en una competición que no es propicia para él. Porque la relación del argentino con la Liga de Campeones es más de odio que de amor. El tiempo que lleva sin marcar, el penalti que hizo en Turín y que certificó la eliminación del Atlético en una noche negra, el positivo por coronavirus que le impidió estar hace unos meses en la final a ocho de Lisboa, ver la final de Milán desde el banquillo…
Ante el Bayern, Correa tratará de comenzar a reconducir su relación con la Champions.
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