Costa dotó de su garra a un Atlético pero no pudo saldar una deuda de cinco meses


El Atlético de Madrid logró su tercera victoria de la temporada, en el partido de este domingo ante el Eibar. Lo hizo con una baja importante como la de Álvaro Morata, pero también con el regreso de Diego Costa al equipo cuatro meses y medio después de que jugase su último partido oficial con el equipo colchonero.



El de Lagarto había dejado unas sensaciones inmejorables en pretemporada, con partidos salvajes como el derbi contra el Real
Madrid en Estados Unidos o su buena actuación ante el MLS All Star.

Pero había que esperar para verle porque primero estaba sancionado para la primera jornada y luego se lesionó en la parte final de pretemporada. El Cholo tenía claro qué podía aportar Costa al equipo. “Ustedes saben el afecto que tengo a Diego, es un jugador muy importante para el equipo y para el club. Esperemos que esta temporada pueda darle al grupo lo competitivo y fuerte que es como delantero. Hizo una pretemporada buena y mañana le tocará arrancar LaLiga y seguramente estará con mucha ilusión”, señaló en la previa del choque ante el Eibar.

Pues dicho y hecho, el de Lagarto le dio precisamente eso al equipo. Fuerza, empuje e intensidad en un partido en el que lo necesitaba como nunca. Y fue determinante con una jugada que muestra lo que el delantero le puede dar al equipo.

Una combinación entre Costa y Félix, su nuevo socio, acabó en un cabalgada del ‘19’ a la portería de Dimitrovic. Le faltó velocidad pero le sobró inteligencia para conocerse a sí mismo y a sus virtudes. De tal forma que Sergio Álvarez chocó contra él para caer como un saco intentando frenarle en vano. Costa llegó ante Dmitrovic falto de ángulo y, esta vez sí, su entrega encontró a su nuevo socio en la delantera, un Joao Félix que no tuvo más que empuja el esférico al interior de la portería: 1-2.

El de Lagarto rozó el gol dos veces, de hecho anotó dos tantos, pero ambos fueron anulados por fuera de juego. Primero en un pase largo que le dejó solo y en el que el VAR tuvo que certificar que por centímetros no era gol legal. Y el segundo, tras un pase de Vitolo de es tacón, de locura, en el que desbordó a Dimitrovic y le batió. Desgraciadamente estaba en fuera de juego.

A la Pantera le faltó ese gol oficial que se le resiste desde el 30 de marzo pasado, cuando anotó contra el Alavés. Han pasado cinco meses y dos días. 156 días en total.


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