Covax, una promesa de equidad rota

by

in


En enero de 2021, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo que las disparidades en el acceso a las vacunas estaban poniendo al mundo al “borde de un fracaso moral catastrófico”. Un año después, ya no estamos al borde, sino que nos hemos caído por el precipicio.

Los líderes mundiales han denunciado la reprobable desigualdad en el acceso a la vacuna contra la covid-19 y han prometido miles de millones de dólares en donaciones de dosis. Aunque esos fondos se necesitan urgentemente, hará falta mucho más que esfuerzos caritativos para acabar con la terrible injusticia que supuso que los países ricos acapararan vacunas mientras los más pobres quedaban relegados a la cola. “Apostamos por el mecanismo Covax para generar equidad. No puedo quedarme callado; Covax no ha funcionado”, decía Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay.

Como punto de partida, los líderes mundiales deben reconocer clara y abiertamente las razones fundamentales por las que Covax, la plataforma de adquisición y asignación equitativa de vacunas a nivel mundial, ha fracasado. GAVI, la alianza que gestiona este mecanismo, culpa de los mediocres resultados principalmente a los países ricos por acaparar dosis y a las empresas farmacéuticas por no venderles a ellos.

Aunque es cierto, no es la historia completa. Covax fracasó por varias razones interconectadas, algunas dentro del control de GAVI y otras no. Para empezar, en lugar de confiar en un proceso legítimo dirigido por los gobiernos para desarrollar el mecanismo, la responsabilidad esencial fue asumida por GAVI, que es una asociación privada-pública para la salud mundial. Es cuestionable que esta alianza tenga la responsabilidad o la supervisión más amplias necesarias para un mecanismo que sirva al mundo entero.

Aunque era lógico que GAVI desempeñara un papel en la adquisición de vacunas contra la covid-19 para los países en los que ya había estado realizando este trabajo, la ampliación de su alcance para atender la respuesta mundial al coronavirus iba mucho más allá de su mandato. Esta falta de gobernanza adecuada al principio del proceso tuvo efectos perjudiciales en el rendimiento de Covax.

En ausencia de una mayor supervisión, GAVI diseñó Covax con un pequeño grupo de asesores afines, principalmente filántropos, académicos y consultores del Norte global. En particular, faltaron las perspectivas críticas de organismos regionales como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África y cualquier representación importante de los países de ingresos bajos y medios.

El hecho de que los gobiernos que más dependerían de la plataforma de distribución de las vacunas tuvieran una oportunidad mínima de ayudar a dar forma e informar sobre su estructura no solo restó protagonismo a estos países, sino que también socavó su capacidad de éxito.

Únicamente con pensadores afines en la sala, GAVI se aferró a lo que sabía y estructuró este mecanismo para operar en el paradigma actual de la dinámica del mercado, un enfoque poco adecuado para una pandemia global que requiere compartir los frutos de la innovación médica de manera equitativa en todo el mundo. La covid-19 hizo que todo el mundo necesitara vacunas al mismo tiempo. Así que, además del reto de garantizar su distribución equitativa, el problema que había que abordar era la sobredemanda.

La forma de satisfacer esta demanda es ampliando la fabricación de las dosis mediante medidas como la transferencia de tecnología de vacunas y las exenciones de propiedad intelectual, pero Covax no abordó el problema del exceso de demanda. Se trata de un reto al que GAVI se ha enfrentado antes: lo que ocurre inevitablemente en este tipo de acuerdos es que los actores del sector privado farmacéutico tienen la sartén por el mango, y los socios del sector público no están dispuestos a desafiar su poder y a presionar para que se establezcan condiciones que puedan garantizar un mayor acceso.

La exclusividad que caracterizó el diseño de Covax también se refleja en sus procesos de toma de decisiones y de gobernanza. La naturaleza insular de GAVI y su resistencia a aceptar el asesoramiento de personas ajenas a la organización ha conducido a decisiones políticas cuestionables que han socavado aún más al mecanismo.

La más notable fue su decisión inicial de confiar en el Serum Institute de India como principal proveedor de vacunas para los países de bajos ingresos. En marzo de 2021, justo cuando Covax arrancaba, India detuvo todas las exportaciones de vacunas para hacer frente a su propia ola de covid-19. Las entregas cesaron, dejando a Covax y a los muchos países que dependían de él, con las manos vacías.

GAVI tampoco tuvo en cuenta realidades políticas evidentes. La premisa de formación de mercado de Covax —que al agregar la demanda mundial de futuras vacunas de covid-19, sería el cliente más atractivo para la industria— dependía de que los países de altos ingresos participaran como socios autofinanciados. Esto proporcionaría la financiación necesaria para poder llegar a acuerdos de compra anticipada con los fabricantes y mitigar el acaparamiento de vacunas por parte de los países de altos ingresos.

GAVI debería crear una hoja de ruta clara para 2022 en consulta con los organismos regionales, los expertos en adquisiciones y los fabricantes, y proporcionar de forma transparente actualizaciones continuas sobre el progreso respecto a los objetivos

Pero no fue así. En agosto de 2020, los ricos ya habían encargado por adelantado más de 2.000 millones de dosis de las futuras vacunas covid-19 en acuerdos bilaterales y tenían pocos incentivos para comprar a través de Covax que, de entrada, se encontró compitiendo contra los mismos países a los que estaba cortejando, y sin los fondos necesarios para resultar interesante a las farmacéuticas. Al competir con los más pudientes, Covax perdió. Que GAVI vinculara el éxito de este mecanismo a la suposición de que los países ricos no pondrían las necesidades de sus poblaciones por encima de todas las demás resultó ingenuo, en el mejor de los casos, o irresponsable, en el peor.

“Nos engañaron, nos engatusaron; llegamos a diciembre creyendo que el mundo se unía en torno a las vacunas sin saber que nos acorralaban en un pequeño rincón mientras otros corrían a asegurar los suministros […]”, declara Strive Masiyiwa, enviado especial de la Unión Africana para la respuesta a la covid-19 y coordinador del African Vaccine Acquisition Trust.

Entonces, ¿a dónde vamos a partir de aquí para corregir los fallos actuales y evitar que se repitan en futuras pandemias? Hay ajustes inmediatos en el mecanismo que podrían ayudar a mejorar el acceso a las vacunas covid-19. Esto incluye la reestructuración de los procesos de gobernanza y toma de decisiones de Covax, de modo que los países de ingresos bajos y medios, los organismos regionales y la sociedad civil tengan una inclusión e influencia significativas en sus decisiones. GAVI también debería crear una hoja de ruta clara para 2022 en consulta con los organismos regionales, los expertos en adquisiciones y los fabricantes, y proporcionar de forma transparente actualizaciones continuas sobre el progreso respecto a los objetivos.

Más allá de estas medidas inmediatas, hay cambios sistémicos más amplios que deben abordarse finalmente si el mundo quiere evitar repetir estos errores en el futuro. El primer paso es mitigar las limitaciones y debilidades inherentes a los enfoques de la salud mundial basados en la colaboración público-privada, y evitar utilizarlos en la medida de lo posible. Lo que se necesita es reequilibrar la dinámica de poder entre el sector privado, impulsado por el mercado, y el interés público, impulsado por la salud, y entre los países de ingresos altos y los de ingresos bajos y medios.

La OMS y los gobiernos deben asegurarse de no repetir los errores del modelo Covax en futuras respuestas a la pandemia. Si no, la equidad en el acceso a los medicamentos seguirá siendo difícil de alcanzar durante esta pandemia y más allá.

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.




Source link