Crecimiento cero, consultas “patito” y polarización, lo más preocupante del gobierno de AMLO: Mesa Política

La politóloga Denise Dresser consideró que su gran pendiente es demostrar que el cambio que impulsa será para progresar y no para involucionar. Por su parte, el historiador Lorenzo Meyer comentó que “la incertidumbre es un elemento por un lado inevitable y por otro indispensable si se van a cambiar las cosas de fondo”.

A un año de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, la politóloga Denise Dresser señaló que existen sentimientos encontrados que van del entusiasmo a la duda, pasando por el aplauso y la crítica.

En la Mesa de Análisis de Aristegui En Vivo, Dresser argumentó que el gran triunfo de López Obrador en estos primeros 12 meses fue el haber sacudido al país, pero que su gran pendiente es demostrar que el cambio que impulsa será para progresar y no para involucionar.

“Para mí lo bueno de la Cuarta Transformación deriva en entender las ausencias y los abusos del Estado. Lo mejor de este año ha sido el viraje en favor de las víctimas, la Comisión de la Verdad sobre Ayotzinapa, las disculpas públicas a periodistas acosados”, dijo 

“Después de tantos años de negar la represión y las desapariciones, alienta saber que han llegado al poder personas conscientes del daño que el Estado autoritario ha dejado tras de sí”, añadió.

La académica calificó como lo más loable de la administración de López Obrador el reconocer la pobreza lacerante, la desigualdad indignante, como lo más aplaudible, el  colocar en el centro del debate público al México que muchos no quieren mirar, al que muchos le temen, al México de 53 millones de pobres.

No obstante, señaló que en contraste es preocupante escuchar cómo el presidente propone borrón y cuenta nueva con respecto a la corrupción del sexenio previo y que sugiere someter a consulta popular si se indagará al expresidente Enrique Peña Nieto.

“Ahí están las consultas populares ‘patito’ al margen de la normatividad constitucional, los ataques constantes en la mañanera al Poder Judicial, a los órganos reguladores, a la sociedad civil, a los periodistas”, refirió.

Criticó que por cuestiones de seguridad nacional se haya resguardado información sobre la construcción de un Aeropuerto de Santa Lucía, que hayan aumentado las adjudicaciones directas en los contratos asignados por el gobierno y el envío de ternas de incompetentes e incondicionales en los órganos reguladores.

Lo más preocupante o negativo es que ahora estamos en un escenario de crecimiento cero, lo cual genera incertidumbre porque la curva de aprendizaje de este gobierno está resultando muy empinada”, afirmó.

El historiador Lorenzo Meyer consideró que este primer año del gobierno lopezobradorista apenas es el principio de lo que él mismo Andrés Manuel López Obrador tiene como objetivo: un cambio de régimen y apuntó que ante esto, la incertidumbre era inevitable.

“La incertidumbre es un elemento por un lado inevitable y por otro indispensable, si se van a cambiar las cosas de fondo, ciertamente se va a enfrentar a situaciones inéditas y de alguna manera son decisiones que cuando se toman, no se sabe exactamente dónde van a ir a dar”, expresó.

Destacó que pese al efecto del crecimiento económico cero, López Obrador sigue teniendo el apoyo mayoritario, según diversas encuestas y que solo una parte del empresariado sigue manteniéndose hostil a su gobierno. “La otra trata de mandar mensajes de que no es para tanto, que ellos están dispuestos a cooperar, ya no es una tensión tan grande”.

“Sí hay incertidumbre y va a haber, no puede haber un cambio de gran envergadura sin incertidumbre. Su estrategia es de mediano y largo plazo, pero la exigencia, incertidumbre, miedo, coraje es del plazo inmediato y ahí tiene un problema, él dice que en un año va a sentarse el cambio, pero esto de la violencia y la incapacidad del Estado para imponerse al crimen organizado es un tema internacional para nosotros”, señaló.

Por su parte, el académico Sergio Aguayo habló sobre la polarización que se refleja no sólo en redes sociales, sino en la convivencia del día a día.

“Hemos entrado desafortunadamente en una dinámica que tiende hacia la descalificación del otro, hacía el rechazo a la empatía”, mencionó.

Indicó que el segundo nivel de la polarización es el familiar, “ahí se ha desarrollado la grieta que se ha ido ampliando y que ha ido agriando algunas relaciones. Lo que he observado a lo largo del año es la manera como hay dos tipos de reacciones, quienes asumen a plenitud la grieta y dicen yo ya no quiero hablar con nadie, sea fifí o chairo, o bien, aquellos que hacen un esfuerzo por buscar los puntos de encuentro comunes”.

“Finalmente, la que tiene que ver con quienes nos tenemos que expresar forzosamente con lo que sucede en la Cuarta Transformación porque forma parte de nuestro oficio. Ha sido fascinante observar la manera como diferentes medios de comunicación, diferentes colegas, han ido gradualmente ajustando sus posicionamientos en torno a estos temas”, sostuvo.

Para Sergio Aguayo, lo ideal sería que en 2020 los mexicanos entiendan que los verdaderos enemigos de México son la desigualdad, la corrupción, la violencia y Donald Trump, y que en torno a estos temas se haga una tregua para buscar puntos de confluencia y convergencia.




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