Barakaldo, concurso de acreedores y el riesgo de convocar elecciones


La Junta Gestora del Barakaldo, quedan solo cinco integrantes, ha ofrecido una rueda de prensa para explicar el estado de las cosas. Por un lado, confirma que solicitaron el pasado jueves la entrada en concurso de acreedores. Por otro, reitera su intención de dejar el club ante lo que se abren dos vías. Una, la llamada ‘cooptación’, es decir la entrada de nuevos directivos sin necesidad de convocar elecciones. Y esa sería la segunda opción, pero con un gran riesgo. Ya se ha llamado a las urnas en dos ocasiones y no se ha presentado nadie. La tercera supondría la disolución del club.



Además, hay que recordar dos cuestiones más que importantes. Una, la multa de la Seguridad Social con un importe total por tres expedientes de 1.099.130 euros. Que se desglosa en 573.958 en concepto de falta más recargo y de 525.172 por la multa. Que se tendría que haber satisfecho de inmediato. Y dos, las cuentas de la temporada 2018-2019 volvieron a ser rechazadas en la asamblea de noviembre. El resultado fue de 95 votos en contra, 62 a favor y 12 abstenciones. Lo que impide una vital conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD).

En cuanto sea oficial su entrada en el concurso de acreedores, un administrador podrá negociar con la Seguridad Social el aplazamiento de la deuda e, incluso, alguna quita. “La inmensa mayoría, por no decir prácticamente todos, salvo algunos casos en los que no se ha querido salvar el club, sino ir a liquidarlo, ha salido adelante. Eso nos hace estar esperanzados sobre la viabilidad y la garantía de futuro de supervivencia del club”, manifiesta Orlando Saiz, cabeza visible de la Junta Gestora.

Además, aclara que en cuanto a los pagos en la entidad gualdinegra “todo el mundo está al día y hay dinero en caja. El presupuesto no se ha desviado, sigue su curso y habría dinero hasta el final de la temporada”. Aunque los componentes de la Gestora llevan tiempo queriéndose marchar. No cuentan con el respaldo de los socios fabriles. Explica la razón de no hacerlo ya. “Es una responsabilidad, una obligación legal ahora mismo. Aunque el cuerpo y el entorno más cercano nos puedan pedir la dimisión de manera irrevocable ahora mismo, no lo haremos por responsabilidad”. Y añadió: “¿Si lo hiciésemos, quién recogería el papel del juzgado cuando llegue? ¿Quién estaría aquí para tomar decisiones?”.

Una opción es la ‘cooptación’. Que cualquier socio con más de un año de antigüedad pueda entrar en la junta para hacerse cargo sin convocar elecciones. Solo haría falta que en la siguiente asamblea se incluya el punto para que sea ratificado. Si no, planean las urnas en enero. Con ese riesgo de disolución si nadie diese el paso al frente.


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