La democracia está sufriendo un profundo deterioro motivado por ideas, comportamientos, personas que la sitúan, si no en estado de coma, sí inmersa en una crisis. Nacionalismos exacerbados, auge de populismos, líderes políticos que pretenden atribuirse poderes absolutos, incluso dentro de sus sistemas democráticos, causan un grave problema dentro del mismo sistema que les sustenta. Donald Trump o Jair Bolsonaro no solo obviaron el resultado de las urnas, sino que incitaron a sus huestes a levantarse contra los poderes democráticos. Tampoco en España la democracia pasa por un momento dulce. La postura del PP en connivencia con Vox, lo que motiva en muchos casos una vuelta al pasado más rancio, con su permanente discurso de catastrofismo, y un PSOE que no termina de encontrar su línea maestra de actuación provocan con demasiada frecuencia alarmantes situaciones de insultos y descalificaciones desprovistas de mínimas normas de convivencia y respeto.
Manolo Romasanta Touza. Sigüeiro (A Coruña)
El virus que mata
Un día de esta semana, al levantarme, noté que mi cuerpo estaba enfermo: mareo, náuseas, cosquilleos en ambas manos, tensión de 20/10, miedo e incertidumbre. Llamé al 112; de siempre sé que ellos nos socorren. Tres horas después, aparecieron dos personas de emergencias: la doctora, eficaz, rápida y un pelín estresada, dirigió las pruebas pertinentes, diagnosticó, prescribió, alentó y se marchó rápidamente. Entonces vi claro y muy cercano el virus que nos amenaza: el de la incompetencia para distinguir lo esencial de lo accesorio. La sanidad pública necesita urgentemente nuestro reconocimiento y ayuda, nuestra justicia al fin. Su deterioro nos matará.
María Josefa Bello Crespo. Alcalá de Henares (Madrid)
Nacer fuera de Madrid o Barcelona
La situación de la juventud en España ha ido empeorando con el paso de los años y, aunque es una realidad perceptible en todos los rincones del país, en ciudades como Sevilla se observa con un gesto tan fácil como echar un vistazo al grupo de amigos del WhatsApp y ver cuántos viven en la ciudad y cuántos fuera de ella. En mi caso, de mi grupo de amigos de toda la vida, compuesto por ocho personas, solo quedamos tres en Sevilla. Por desgracia, nacer fuera de Madrid o de Barcelona conlleva tener que despedirte de tus amigos de manera indefinida en algún punto de tu juventud, pues o dejas tu pueblo o ciudad en busca de un trabajo digno, o te enfrentas a la más que posible precariedad laboral.
Jaime Rufino Campos. Sevilla
Problemas con mi bono cultural joven
Llevo meses intentando pagar algún producto con el bono cultural joven y no lo consigo. Ya sea la entrada de un festival de música o un libro, la compra no se completa. Llamé al número de atención al cliente que facilita el Ministerio de Cultura y me remitieron a otro que me deja en espera indefinidamente. Después, envié un mensaje al correo electrónico de contacto, donde también he sido ignorado. Sé que lo me ocurre es excepcional, pero tengo amigos en la misma situación. Por una mala gestión, no podemos aprovechar esta buena iniciativa del Gobierno.
Raúl Borreguero Zamora. Murcia
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