Cristina Gutiérrez (24 de julio de 1991, Burgos) lleva dando pasos al frente año tras año desde que en 2017 debutó en el Dakar. Desde entonces, no dejó de hacer historia. En 2017, con 25 años, se convirtió en la primera mujer española en acabar el Dakar en coche, y tras aquella edición, logró acabar 3 veces seguidas más antes de dar el salto a los Side by Side.
En su debut en la clase T3 en el Dakar 2021 se convirtió en la primera mujer española en lograr un triunfo en el Dakar, la única al margen de Jutta Kleinschmidt que lograba ganar una etapa de la prueba más dura del mundo y la primera mujer en conquistar un triunfo en dicha clase. El año pasado (2021) logró convertirse en la primera mujer en ganar un mundial Cross-Country FIA. Este año, en el primer Mundial de Rally-Raid FIA W2RC, luchó por el título hasta el final pero unos problemas mecánicos le alejaron de la corona, acabando 3ª. Y terminó el año a lo grande, proclamándose campeona de la Extreme E formando equipo con Sébastien Loeb en el equipo de Lewis Hamilton.
El siguiente paso lo quiere dar en el Dakar 2023, donde por primera vez admite que va a por el triunfo. “Claro que pienso en la victoria. Es cierto que cada año hay más competitividad, y ahora viendo todos los gallos que hay en el mismo corral, pues va a ser complicado. Pero es verdad que pienso en la victoria porque soy competitiva, me lo estoy demostrando y creo que el perfil de conducción que tengo en el Dakar es beneficioso para este tipo de carreras”, apunta a MD. Se refiere a su estrategia de ir “día a día”, sin tomar riesgos excesivos, pilotando con cabeza, de forma constante y rápida y sobre todo, sin darse nunca por vencida.
Llegó a pensar en dejarlo, pero arriesgó una vez más
Uno de los mejores ejemplos de su perseverancia es cuando en 2018 pilotó tres días seguidos sin dormir y alimentándose a base de agua y plátanos, llegando a la meta final de forma heroica. O lo que ocurrió el año pasado. Varias averías mecánicas, especialmente un problema en el motor de su vehículo, le dejaba casi sin opciones de podio, a más de hora y media del tercero. Pero continuó creyendo que era posible y finalmente, logró otro hito histórico: su primer podio en el Dakar en T3 en 2022.
Pero sin duda, el mejor ejemplo fue el camino que le llevó a la oportunidad de participar en la Extreme E y en el equipo Red Bull. En 2020, por la pandemia perdió patrocinadores y pensó en dejar de correr. Ahí, decidió arriesgar una vez más con una “locura”, como dice la propia Cristina. Pidió un crédito para competir con un MINI en la Baja Andalucía para que alguien se fijara en su talento. Brilló y le escribió el mánager de Lewis Hamilton para ofrecerle un volante como compañera de Sébastien Loeb, 9 veces campeón del mundo de rallies, para participar en la Extreme E en el equipo que tiene el piloto de F1.
Allí conoció a Loeb, que al enterarse de que Cristina no tenía patrocinadores para ir al Dakar, llamó a Red Bull. Acto seguido, Red Bull le ofreció un test en Dubai. Lo bordó y ahí empezó su aventura con en vehículos ligeros. El resto es historia.
“Imaginar lo que me está pasando es imposible porque todo lo que ha pasado en los últimos años está siendo increíble de vivir. Como estar en el equipo de Extreme E con Loeb. Es que ni siquiera podía existir la posibilidad de juntar a Lewis Hamilton con Loeb y yo estar ahí. Imposible”, expresó a MD.
“Imaginar lo que me está pasando es imposible porque todo lo que ha pasado en los últimos años está siendo increíble de vivir.
“Empecé en el Dakar para ir a probar, para ir a acabarlo, cada año era un objetivo diferente. Pero era siempre muy realista con lo que iba y mis objetivos. Disfruté cada año como tocaba. Y ahora miro atrás y veo que todo lo que hice en el pasado y todo lo que me pasó me está valiendo para tener esa experiencia o para afrontar estos Dakar de tan alto nivel de otra manera. Siempre es importante hacer ese camino desde el principio para saber dónde estás y valorarlo”, añadió la burgalesa.
Nueva arma con mayor fiabilidad
Ahora, Cristina afronta el Dakar 2023 consciente de que puede ser su mejor oportunidad. Los problemas mecánicos de su anterior prototipo deberían quedar atrás, ya que Red Bull ha cambiado de fábrica para unirse a Can-Am con un coche fiable y rápido. Eso da una seguridad mayor a una ‘Tortu’ (así la llaman sus amigos) que sigue rompiendo moldes.
Con los pies en el suelo: No dejará su trabajo de ortodoncista
Será su 7º Dakar y su futuro tiene la mejor de las pintas. Pero pese a ello, sigue manteniendo los pies en el suelo. Lo demuestra al seguir trabajando de odontóloga y ortodoncista en la clínica familiar.
“No lo puedo dejar. No debo dejarlo. Tengo pacientes y el mundo del motor es muy complicado y hoy estás ahí y mañana, no. Hasta que pueda mantenerlo, lo voy a hacer. Hago una semana al mes y me puedo organizar porque es ortodoncia y las visitas suelen ser mensuales. Así que me organizo, Con mucha locura porque vivo en Barcelona y trabajo en Burgos y es una locura total, pero hasta que aguante el cuerpo, tiraré para adelante”, apunta Cristina antes de afrontar el que puede ser el Dakar de su vida. Ha pasado de ir al Dakar apretando los dientes, a sacar los colmillos. Va a por todas.