¿Cuáles son las variedades de pan que mejor se conservan?

El pan es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo. Existen una gran variedad de panes, para todo tipo de gustos y preferencias, y hay algunas que se conservan mejor que otras. Depende en gran medida de los procesos de fermentación y de las materias primas. Como resulta lógico, cuanto peor sea la calidad del pan, se deteriorará a mayor velocidad.

Variedades de pan que mejor se conservan

Tal y como explican los expertos, las variedades de corteza gruesa se conservan muy bien ya que la miga se mantiene fresca y esponjosa durante mucho tiempo. Este tipo de panes se hornean lentamente, algunos incluso en horno de leña, y suelen estar elaborados con materias primas de muy buena calidad.

Los panes integrales de grano completo son excelentes porque, como contienen las tres partes del cereal (germen, endospermo y salvado), necesitan una mayor hidratación de la masa.

Observando con detalle la miga podemos hacernos una idea clara de cómo se va a conservar el pan. Cuanto más blanca, más refinada y, por lo tanto, menos saludable. Si la miga es muy elástica, significa que la harina es de rápida fermentación y de mala calidad.

El pan de masa madre suele conservarse muy bien. También los elaborados con aceite de oliva y los integrales, siempre y cuando la materia prima sea de buena calidad.

A la hora de comprar el pan, tenemos que fijarnos en la forma de la barra. Si es estética y no tiene ningún tipo de imperfección, es muy probable que se trate de un pan industrial de mala calidad. Mejor evitarlo.

Identificar las variedades de pan artesano es relativamente sencillo porque su peso es superior al de las variedades de pan industrial.

¿Cómo conservar el pan?

Para que el pan dure más tiempo en perfecto estado y no se ponga duro al día siguiente de comprarlo, conviene conocer algunos consejos pata conservarlo.

El pan siempre hay que conservarlo en lugar seco y oscuro, guardado en una bolsa de tela o papel, o en una caja de madera. Una bolsa de plástico no es una buena opción porque le impide respirar al pan  y lo reseca.

No es aconsejable meter el pan en la nevera. Aunque es verdad que el frío puede alargar su vida útil, cambia mucho su textura ya que tiende a resecarse. Para conservar el pan que no vayamos a utilizar, la mejor alternativa es el congelador.


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