La revolución de la 'generación Z'

Cuando el 23% es más que el 77%

No fue una ‘manita’ porque faltó un gol, pero sí vino a ser una bofetada con la mano abierta que, aunque dolorosa, puede que fuese necesaria. España encajó ante Japón un golpe de los que, si se asimilan como es debido, fortalecen. Apenas cinco minutos después del pitido final Aitana Bonmatí lo dijo muy claro. “A veces necesitas un palo de estos para crecer y para ser más fuerte que nunca”. Ella, clarividente como la que más cuando rueda el balón, demostró serlo también cuando el cuero ya se ha detenido.

Las de Jorge Vilda y el propio seleccionador experimentaron este lunes que, guste o no, esto del fútbol no va solo de lo que ocurre cuando tienes la pelota. Porque España disfrutó del 77% de la posesión de balón, pero a Japón le bastó con el 23% restante para equilibrar la balanza en cuanto a peligro generado y desequilibrarla por completo en lo que respecta al tanteo final. España no alcanzó la fluidez necesaria con la pelota y se mostró extremadamente vulnerable cuando la tuvo Japón y tuvo que correr hacia atrás.

Dicho todo esto, la nota positiva de la derrota sufrida es que, a diferencia de lo que pasaría en eliminatorias, no conlleva una eliminación. España tendrá la oportunidad de resarcirse del revolcón y de demostrar que ha aprendido la lección. Será pronto, el próximo sábado (7.00 hora española) ante una Suiza que en fase de grupos no ha encajado un solo gol. El escenario de partido ante Crnogorcevic y compañía apunta a ser parecida al experimentado ante Japón. En las manos de España está corregir los errores para ser más fuertes y conseguir que el resultado sea diferente.




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