Unas declaraciones de
Rafa Alkorta
sobre el contrato de
Unai Núñez
han vuelto a desatar críticas: “Tiene una cláusula de 30 millones y para ser un central es mucho. Eso se paga por otros centrales”. Vuelve a asomar el viejo fantasma de las cláusulas al calor de una afirmación que bien pudiera denotar tanto un exceso de confianza como cierta despreocupación con el caso. Quién sabe si como una fórmula de mantener una posición regia en plenas negociaciones. Aquellos que jaleaban arrogancias del pasado en unos cuantos ‘tira y afloja’, ahora se ofenden.
Este nuevo brote de culebrones económicos continúa en los últimos meses. ¿Qué afirmó Alkorta cuando renovó
Yeray
?: “No tengo duda de que equipos fuertes habrán pensado en él y no me extrañaría que hubieran llamado a su puerta”. El Atlético sonó con más fuerza. ¿Qué reconoció
Williams
un mes después?: “El club sabe que en navidades pudo haber una o dos ofertas de salir “. Y después el United. Algo parece haber cambiado. Antaño se ponderaba la madurez y el compromiso de no escuchar ofertas. Pobre de aquel representante que negociase en Ibaigane con otras ofertas bajo la manga. Eran pésimas influencias para los futbolistas. Desde las elecciones de diciembre, aquel planteamiento desapareció.
Núñez, Yeray y Williams. ¿Será casualidad tanta coincidencia? En el primer caso la historia viene de muy atrás. ¿Por qué aparecen tantos rumores en torno a estos tres jugadores? Hay un agente que no deja de moverles por Europa con el supuesto consentimiento de sus representados. El mismo de
Diarra
y el Basconia. ¿Por qué estos jugadores aceptan colocarse en el escaparate con contrato en vigor? ¿Habrá alguno más con el mismo representante, contrato renovado hace poco -por ejemplo hasta el 2024- y una cláusula misteriosa?
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