En cuanto le pillas el tranquillo al archifamoso plato hindú, es gloria bendita: lo mismo te sirve para un roto que para un descosido; te permite vaciar la nevera de remanentes de verdura y también darles marcha a los botecitos de especias que tienes medio abandonados en la despensa. Quizás estés más acostumbrado a los clásicos curry de pollo, cordero, gambas, espinacas o berenjena, pero el dulzor y la terrosidad de la remolacha combina a las mil maravillas con la cremosidad de la leche de coco y la fiesta de las especias.
La versatilidad de este curry es infinita, como los que se preparan en el subcontinente indio; que dependen mucho de cada región, casta, familia y casi, casi paladar. Si no tienes las especias que te proponemos, mantra Om y pa’lante porque son intercambiables. Semillas molidas de cilantro, hinojo o mostaza, fenogreco, cardamomo, cúrcuma, clavo, nuez moscada y canela también dan el pego.
El nivel de picante también lo eliges tú. Ya sabes cómo; usa cayena en vez de pimentón dulce, añade más chile y no les saques los nervios ni las semillas internas. Si eres de los que lo gozas muy mucho con las especias, sé generoso con la cantidad hasta cumplir tu misión gustativa. Si por el contrario las especias te gustan en dosis sutiles, echa solo media cucharadita de cada.
En caso de no disponer de mucho tiempo, ralla las remolachas y sustituye el tomate por concentrado de tomate y el jengibre y el ajo por sus versiones en polvo. Así conseguirás reducir bastante los tiempos de cocción y disfrutar de este reconfortante plato en un pispás, algo que también conseguirás si preparas el triple y congelas un par de raciones para días tontos.
Dificultad
No hay que encomendarse a Vishnu.
Ingredientes
Para 2-3 personas
- 500 g de remolacha (unas 3 medianas o 2 grandes)
- 1 cebolla pequeña
- 1 zanahoria mediana
- 2 tomates medianos
- 2 dientes de ajo
- Un trozo de jengibre del tamaño de un diente de ajo
- 1 chile verde pequeño
- 1 cucharadita de curry en polvo
- 1 cucharadita de comino en polvo
- 1 cucharadita de pimentón
- 200 ml de leche de coco
- Sal
- Pimienta negra recién molida
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Hojas de cilantro fresco
- ½ lima o limón
Para acompañar
Preparación
- Lavar la remolacha, pelarla y cortarla en dados del tamaño de un bocado.
- Pelar la cebolla y cortarla fina. Pelar y cortar la zanahoria en rodajas finas. Lavar los tomates y rallar su pulpa.
- Pelar los dientes de ajo y el jengibre y colocarlos en un mortero. Majar bien.
- Cortar el chile por la mitad, quitar las semillas y los nervios internos, picar muy fino y agregarlo al mortero junto con el curry, comino, pimentón, sal, pimienta negra y una cucharada de aceite. Remover hasta integrar todos los ingredientes.
- Calentar dos cucharadas de aceite a fuego medio en una sartén. Sofreír la cebolla y la zanahoria cinco minutos o hasta que estén doradas. Agregar el contenido del mortero y remover bien. Añadir pulpa de los tomates y sofreír otros cinco minutos o hasta que se reduzca y coja cuerpo. Triturar la salsa con una batidora de mano.
- Meter la salsa triturada de nuevo en la sartén, añadir la leche de coco y remover bien. Agregar los trozos de remolacha, cubrir parcialmente la sartén con una tapa y reducir un poco el fuego. Cocer durante unos 35-40 minutos o hasta que la remolacha esté tierna. Comprobar con una brocheta metálica. Si el curry se ve demasiado seco, añadir un chorrito de agua.
- Mientras tanto, cocer el arroz siguiendo las instrucciones del paquete.
- Cuando el arroz esté hecho, lavar y secar las hojas de cilantro.
- Emplatar el curry de remolacha junto con el arroz. Colocar las hojas de cilantro encima de la remolacha y exprimir zumo de lima por encima. Servir.
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