Nuestro pajarito de la semana pasada, al revolotear dentro de su jaula, parecería que liberará de su peso su platillo de la balanza; pero la presión del aire que lo sustenta empujará el fondo de la jaula hacia abajo con una fuerza equivalente al peso del pájaro, por lo que no habrá una variación significativa en el estado de la balanza (salvo alguna leve oscilación si es muy sensible). Si imaginamos un colibrí suspendido inmóvil en el aire, en el interior de la jaula, es más fácil visualizar el efecto, pues lo sostiene una columna de aire apoyada en el fondo.Pero lo anterior solo sería totalmente cierto si la jaula fuera hermética o muy grande; de lo contrario, parte de la presión del aire impulsado por el pájaro “saldría” entre los barrotes y se ejercería sobre el suelo o la mesa en la que estuviera apoyada la balanza, con lo que sí se apreciaría una leve disminución del peso, aunque muy inferior al peso del pájaro. Sin embargo, durante la fracción de segundo en que el pájaro cae desmayado, sí libera de su peso a la jaula.En el caso del pez, en el momento en que salta para salir de la pecera la balanza detectaría un ligero aumento aparente de peso debido a la reacción del impulso del salto. Pero mientras el pez estuviera en el aire, quedaría liberada momentáneamente de su peso y el platillo correspondiente se desplazaría levemente hacia arriba.El tema de la balanza y el pajarito suscitó un amplio e interesante debate (ver comentarios de la semana pasada). Un lector imaginó la variante de un monito trepando por una cuerda suspendida del techo de la jaula, lo que me recordó un atípico “clásico” del maestro Lewis Carroll:Una cuerda cuelga a ambos lados de una polea. En un extremo de la cuerda hay una pesa de un kilo, y agarrado al otro extremo hay un mono que también pesa un kilo, con lo que el sistema está en equilibrio. ¿Qué pasará si el mono empieza a trepar por la cuerda?Lo de “atípico” es porque casi todos los acertijos de Carroll son de lógica o matemáticas, y este es de física.Más moneríasHay numerosos acertijos protagonizados por monos, probablemente porque el carácter travieso y enredador de estos animales tan humanos se presta a utilizarlos en situaciones jocosas o burlescas. Veamos a continuación tres muy conocidos, pero por eso mismo inevitables al hablar de monos “enigmáticos”.Un conejo vio seis elefantes mientras se dirigía al río. Cada elefante vio dos monos que se dirigían al río. Cada mono sostenía un loro en sus manos. ¿Cuántos animales iban al río?Cinco marineros y un mono naufragan y llegan a una isla desierta en la que solo hay cocos para comer. Los marineros pasan el primer día recogiendo cocos. Por la noche, uno de ellos se despierta y decide separar su parte. Divide los cocos en cinco partes iguales, coge la suya y, como sobra un coco, se lo da al mono. Al cabo de un rato, se despierta otro marinero y hace lo mismo. Al dividir los cocos en cinco partes, vuelve a sobrar uno y también se lo da al mono. Uno tras otro, los demás marineros hacen lo mismo. Al día siguiente, dividen los cocos en cinco partes iguales, y como sobra uno se lo dan al mono. ¿Cuántos cocos recogieron el primer día?Como curiosidad, uno oral y muy “fonético”, especial para andaluces y argentinos:Siento cincuenta monos en ciento cincuenta sillas, ¿cuántas sillas me quedan?Y, uniendo monos balanzas, uno inédito para subir nota:En una báscula de precisión hay un mono que pesa un kilo. El mono salta un metro hacia arriba y vuelve a caer sobre el plato de la báscula. ¿Cuánto marca la báscula en el momento del salto? ¿Y mientras el mono está en el aire? ¿Y en el momento en que cae de nuevo en el plato?Carlo Frabetti es escritor y matemático, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado más de 50 obras de divulgación científica para adultos, niños y jóvenes, entre ellos ‘Maldita física’, ‘Malditas matemáticas’ o ‘El gran juego’. Fue guionista de ‘La bola de cristal’.Puedes seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aquí a nuestra newsletter
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