Me espera Lázaro con los brazos abiertos y el último chisme en la punta de la boca. El año 2023 acaba de comenzar y, cuenta mi amigo, hoy en las calles de Cuba la obsesión nacional es sólo una: encontrar un patrocinador en Estados Unidos para largarse del país luego de que la Administración Biden cambiara drásticamente las reglas del juego migratorias. “Cerrada la vía de cruzar fronteras, ahora sólo queda buscarse un padrino en territorio norteamericano que ampare al candidato a emigrante”, explica Lázaro, que trae la noticia de una página que acaba de abrirse en Facebook (bautizada “Patrocinadores EE UU”) en la que pueden leerse mensajes como el siguiente: “Hola, busco un patrocinador para dos adultos, ambos profesionales, y un niño de 5 años. No tengo dinero pero podría pagar por cuotas mensuales por el tiempo que dure el patrocinio… Somos personas responsables que buscan una ayuda de alguien que nos permita un cambio de vida. Ojalá esta publicación toque el corazón de alguien bondadoso”, escribe una cubana llamada Marlén Rodríguez. Otra persona ofrece casa y coche en La Habana a cambio de patrocinio, y un tercero está dispuesto a poner 10.000 dólares encima de la mesa al alma caritativa que le respalde en Estados Unidos. “Así están las cosas”, dice Lázaro.
El pasado 5 de enero, el presidente norteamericano anunció de forma sorpresiva un cambio radical de la política migratoria con el fin de detener la entrada masiva de emigrantes ilegales por la frontera mexicana. Por un lado, estableció una oferta de cupos legales de admisión para hasta 30.000 emigrantes mensuales procedentes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití, que como condición sine qua non deberán tener un patrocinador en EE UU que se haga cargo de su manutención. Por otro, anunció que los que a partir de ese momento trataran de entrar de forma ilegal por la frontera serían deportados de inmediato a México –con quien Washington acaba de cerrar un acuerdo que establece que ese país aceptará 30.000 deportados al mes-, aclarando que los repatriados no podrán volver a aplicar para ingresar legalmente a EE UU en un plazo de cinco años.
Opina Lázaro que, aunque en principio parezca generoso, el cambio de política norteamericano en realidad cierra las puertas a las crecientes ansias de emigrar de sus compatriotas, asfixiados por la situación económica desesperada que vive el país y la falta de esperanzas. “Desde que en noviembre de 2021 Nicaragua eliminó el visado para los ciudadanos cubanos, más de 270.000 se marcharon y entraron a EE UU por México después de cruzar diversas fronteras centroamericanas, en la llamada ‘ruta de los volcanes”. Señala que se trata de un éxodo sin precedentes, y observa que aunque esta travesía era muy riesgosa y podía costar entre 8.000 y 10.000 dólares por persona (entre billetes de avión, transporte, pago a coyotes y sobornos), era una “vía expedita” para largarse, pues al llegar a EE UU en pocos días eran liberados por las autoridades migratorias y comenzaba el proceso para regularizar su situación, beneficiándose de las leyes que privilegian a los cubanos. “Ahora no, ahora los cubanos tienen que entrar por el aro y buscarse un patrocinador, algo que no es tan sencillo”.
Al anunciar su nueva política, que ha sido criticada por asociaciones de defensa de los derechos de los emigrantes y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Joe Biden fue tajante: “Mi mensaje es este: si usted está intentando salir de Cuba, Nicaragua o Haití, no se presente en la frontera. Quédese donde está y haga la solicitud de forma legal”.
El nuevo procedimiento establece que, obligatoriamente, los trámites ha de iniciarlos un residente en EEUU -que no tiene porque ser familiar del interesado-, quien tendrá que presentar avales económicos, ser fiscalizado y cumplir una serie de requisitos, y de igual modo el beneficiario habrá de someterse a diversos controles para ser “elegible”. En caso de ser aprobado, el afortunado tendrá derecho a establecerse en EEUU por un periodo de dos años y obtener permiso de trabajo.
“Cerrada la ruta de los volcanes, ahora comienza la lucha por conseguir un patrocinador, y a ver quién da más”, bromea Lázaro, que se mete de nuevo en la página de marras de Facebook. “Mira esto”, dice. Un tal Jean Manuel Mejias escribe: “Doy buena casa con todo adentro, dos cuartos por patrocinador para dos personas, tengo familia allá que se hace responsable de nosotros”. “Al que me patrocine le doy 15.000 dólares allá trabajando”, propone otra persona, y un tercero pone la foto de su viejo Plymouth 1947, que ofrece una vez los trámites concluyan. Mientras, Mary Laura Pérez, ruega: “Yo también busco patrocinador. Por favor, si me pueden ayudar….”.
La ola de memes no se ha hecho esperar: “Busco patrocinador; lavo, plancho, cocino, friego, saco los perros a pasear, contactar al privado”, dice uno. En otro se ve el mapa de Cuba, y arriba, como título, “República Patrocinada del Caribe”. “¿Niño, que quieres que te regale por tu cumpleaños?, pregunta una madre a su hijo. Y este le responde: “Un patrocinadorrrrrr”.
Mi amigo afirma que en situaciones abrumadoras como la actual el sentido del humor es terapéutico, pero considera que la cosa no tiene nada de gracia. “Lo que está ocurriendo en Cuba es un verdadero drama. La gente no aguanta más, no tiene esperanza, no ve futuro aquí y la mayoría quiere largarse cuanto antes. Es muy triste”, dice. Como siempre, Lázaro aporta datos: en el año fiscal 2021 entraron a EE UU por la frontera mexicana 39.303 cubanos, mientras que en 2022 lo hicieron 224. 607, seis veces más. “Suponiendo que esta tendencia se mantenga, y que de los 30.000 visados mensuales para cubanos, nicas, haitianos y venezolanos, a Cuba le tocara una parte proporcional (7,500, es decir, 90.000 al año), queda claro que la oferta es muy inferior a la demanda y que la gente va a seguir buscando vías alternativas para pirarse”. Entre estas, asegura, la que está “más de moda” es la “vía Zulueta”.
Lázaro llama vía Zulueta -nombre de la calle de La Habana donde se encuentra el Consulado General de España- a la de hacerse ciudadano español acogiéndose a la nueva Ley de Memoria Democrática, aprobada en octubre pasado y conocida en Cuba como la “ley de nietos”. Gracias a la anterior ley de Memoria Histórica, 120.000 cubanos obtuvieron la nacionalidad española. Ahora, con la nueva normativa, mucho más permisiva y que posibilita obtener la ciudadanía a “los hijos o nietos nacidos fuera de España de padre, madre, o abuelo/abuela española que fueron exiliados y salieron de España por motivos políticos, ideológicos o de creencia o de orientación sexual”, se calcula que más de 300.000 cubanos podrían presentar expedientes de nacionalización. De cumplirse este pronóstico, en pocos años más del 4% de la población cubana (11 millones de habitantes) tendrá la ciudadanía española, con todos los derechos que ello implica, incluido el del voto.
Lázaro llama a la calle Zulueta “la fábrica de españoles”, y para demostrar el ansia que hay por salir de la isla como sea cuenta lo que acaba de suceder con los sellos de timbre en las oficinas de correos. “Resulta que la gente se ha abalanzado a comprar estos sellos, que son indispensables para realizar estos y otros muchos trámites oficiales, y el país se ha quedado sin existencias, semiparalizando las gestiones de legalización de documentos y tramitación de pasaportes”. Hasta han tenido que salir a la palestra directivos de Correos de Cuba a dar explicaciones, comenta.
“Los estudios de mercado para la producción en Cuba de los sellos ISD ( impuestos sobre documentos), incluida la reserva que siempre se prevé, fue superada varias veces por la demanda a partir de las nuevas normativas internacionales y nacionales puestas en vigor que no se previeron, como la llamada “Ley de nietos” de España y otras aprobadas en el país, que generaron una demanda muy superior a lo concebido de este tipo de sellos y, en consecuencia, se creó la crisis”, reconoció esta semana el director de comunicación de Correos, José Manuel Valido. Poniendo en evidencia el caos general que se ha apoderado de la isla debido a la crisis, el funcionario añadió: “A eso hay que sumarle que el pasado año el país no pudo disponer de las divisas necesarias para adquirir en el exterior todo el papel moneda que se requería para producir en Cuba la oferta de sellos ISD demandada; ello generó el déficit y, en consecuencia, sucedió lo mismo que sucede en Cuba con todo producto deficitario (ilegalidades, corrupción, etc)”. Así, clarito, clarito.
Mientras bebemos y hablamos de lo divino y lo humano en una coqueta –pero vacía- paladar de la Habana Vieja, vemos dos noticias recientemente aparecidas en internet. Una es un comunicado de la embajada de EE UU en La Habana (emitido ayer mismo) en el que la legación diplomática informa que ya han sido concedidos los primeros permisos legales a cubanos con patrocinador. En la segunda, un joven que hace semanas presentó los papeles en la embajada española informa muy contento de que le acaban de notificar que ya es ciudadano español y que puede presentar los documentos para pedir el pasaporte. “Ahora el lío va a ser para que consiga el papel timbrado”, suelta el animal de Lázaro, y concluye: “aquí no va a quedar ni el Tato”.
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