De cuando Rossi andaba como una moto

El miércoles trascendió la noticia del fallecimiento de Paolo Rossi, nada que ver con el genial piloto Valentino, aunque en el Mundial 82, en España, anduviese como una moto. Sus goles, sobre todo a partir del particular cuartos de final (triangular con la Brasil de Sócrates y Zico y la Argentina de Marad
ona), le encumbraron entonces a lo más alto del universo futbolístico al proclamarse campeón con Italia y ser además el pichichi del torneo.

Rossi ya había dejado patente su condición realizadora cuatro años antes en el Mundial de Argentina. En aquella cita fue el máximo goleador de la selección transalpina, con tres tantos. Él y Bettega, el delantero de la Juve que un año antes había privado al Athletic del título de la UEFA con su gol en San Mamés, tuvieron mucho que ver en el cuarto puesto de Italia en aquel Mundial 78.

Rossi se vio envuelto en la temporada 1979-80 en un escándalo de apuestas ilegales que le supusieron dos años de suspensión. Enzo Bearzot, seleccionador italiano, le convocó en medio de las críticas para el Mundial de España. Críticas que continuaron tras la fase de grupos y acabaron con su hat-trick ante Brasil, su dos tantos a Polonia en la semifinal y una de las dianas italianas en la final ante Alemania. Trapattoni le ‘explotó’ a partir de ahí en la Juve. Rossi, un señor killer.


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