De Johor a Valencia: el príncipe malayo interesado en el Valencia FC

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El príncipe heredero del sultanato de Johor –uno de los nueve de la monarquía constitucional malasia- no quiere limitarse solo a sus tareas reales. Tunku Ismail Sultán Ibrahim, de 36 años, busca “hacer historia”. Y para ello ha puesto la mirada en el Valencia CF, del que su íntimo amigo, el singapurense Peter Lim, es el máximo accionista. Aficionado a los deportes, el hijo del sultán Ibrahim Ibni Almarhum Sultán Iskandar asegura que no es el dinero lo que le motiva, sino “la gloria”.

“No soy nuevo en el fútbol”, ha escrito en su cuenta de Instagram, en la que dio indicios de su interés de convertirse en socio capitalista del club español, para lo que tiene que cerrar un acuerdo con su amigo Lim, que mantendrá el 51 por ciento de las acciones y por lo tanto el control de la entidad, según la televisión autonómica À Punt. El príncipe es el propietario del equipo campeón de la liga malaya, el Johor Darul Takzim FC, que ha ganado 16 títulos en los pasados ocho años.

Los triunfos del Johor Darul Takzim FC parecen haber dado a Tunku Islamil Sultán Ibrahim la confianza para lanzarse a aventuras más internacionales. Tunku Islamil SultánSin vínculo conocido con España, sería su amistad con Lim la que ha servido de puente para encontrar nuevas oportunidades de inversión. El príncipe se dedicará también a gestionar la parcela deportiva de la entidad como director general, y podría incluso llegar a relevar en la presidencia al desgastado Anil Murthy. Tunku Islamil Sultánson y Peter Lim son íntimos –en parte por la cercanía geográfica de sus estados ya que Johor linda con Singapur– y han aparecido juntos en público en numerosas ocasiones.

La vida del futuro sultán que podría pasar a formar parte del Valencia CF no es muy conocida. Es el primogénito de los seis hijos del vigésimo quinto sultán de Johor, Ibrahim Ibni Almarhum Sultán Iskandar. De su padre ha heredado la pasión por los deportes, pues su progenitor es el fundador de un evento de motociclismo anual en el estado –muy rico en petróleo-, el Kembara Mahkota Johor. Nacido el 30 de junio de 1984, está casado con Che Puan Khaleeda, una década más joven que él y también vinculada familiarmente a la realeza del estado meridional malasio, que tiene una población de casi 3,5 millones de personas. Juntos han tenido tres hijos –de 5, 4 y 2 años–, de quienes la bella Che Puan Khaleeda, muy popular en las redes sociales, cuelga idílicas imágenes familiares, ya sea en su lujoso apartamento, a bordo de un yate o montando a caballo.

Como su padre, ambos combinan una imagen tradicional –el sultán es el máximo representante del islam en su estado, religión profesada por la mayoría de la población malasia– con otra más moderna. El pasado año, el príncipe fue nombrado el encargado de liderar las actividades para la juventud en Johor, con el objetivo de unir a la población, con independencia de raza, religión o inclinaciones políticas, mientras Malasia, como la vecina Indonesia –el país con más musulmanes del mundo– vive un periodo de radicalización religiosa. En el país del sudeste asiático habitan importantes minorías: china (24% de la población) e india (7%). En su cuenta de Instagram le gusta posar con ropa deportiva con atrevidos estampados, pero también ataviado con trajes tradicionales en actos oficiales o en uniforme militar.

Aficionado también a los coches de lujo y el polo, es presidente de la Federación de Fútbol de Malasia. “Quiero expandir mi imperio, extender mis alas y entregarme a nuevos retos. No soy alguien que vaya a cambiar el logo o la tradición del club… Estoy aquí para la gloria, el éxito y la historia”, declaró en las redes sociales.

Heredero de una fortuna familiar tasada en 750 millones de euros, según la revista Forbes, el príncipe no podrá en cualquier caso desatender las cuestiones palaciegas. Está llamado a suceder a su padre, de 63 años, que ocupó el trono de Johor en 2010. Aunque se trata de un rol con poderes supeditados al del ministro jefe estatal, todavía tiene bajo su mando una fuerza militar independiente y, junto a los otros ocho sultanes del país, se suceden en el cargo de agong o jefe de estado de Malasia cada cinco años, desde que el país se convirtió en una monarquía parlamentaria y rotatoria.

Desde enero de 2019 Malasia tiene un nuevo rey, el sultán Tergku Abdulán Sultán Ahmad, de 59 años, del estado central de Pahang, cargo que ocupará hasta 2024. El soberano reemplazó a Mohamed V, que ese mismo mes renunció súbitamente al trono tras apenas dos años en el cargo, un hecho sin precedentes. Ocurrió tras la publicación en los medios de unas fotografías que apuntaban a que la decisión del exrey de Malasia tenía que ver con su deseo de casarse con la rusa Oksana Voevodina, antigua miss Moscú, de quien se separó solo siete meses después de su boda.




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