No importa cuánto tiempo pase. Cada vez que el Athletic visita Mallorca, a la memoria zurigorri se viene aquel infausto partido del 6-1 con los pantalones verdes. En abril se cumplieron 20 años. Para muchos el recuerdo está fresco. Los leones vuelven a Palma siete años después. No lo habían hecho antes por causas de fuerza mayor. Los bermellones han vagado por Segunda e incluso tuvieron un caminar puntual por la categoría de bronce.
El 6-1 se quedó grabado a fuego. Sin embargo, el Athletic no ha tenido malas experiencias en Mallorca en sus visitas más recientes. Cuatro victorias, cuatro empates y dos derrotas en los últimos diez desplazamientos ligueros.
El último, en la campaña 2012-13, se solventó con un inapelable cabezazo de Aduriz tras un centro de Susaeta. Una fecha especial para Aymeric Laporte. Fue su primer encuentro como titular en Liga. Con el 38 a la espalda. En la anterior jornada había entrado ante el Celta en el descuento para perder tiempo y amarrar el triunfo. También había participado en un par de citas europeas cuando el Athletic ya se sabía eliminado. Pero la primera fotografía en el once inicial en Liga para el de Agen fue en Son Moix.
Mallorca se puede considerar como la isla afortunada para el conjunto bilbaíno. Así lo fue en los dos cursos del bienio negro. Los leones llegaron con el agua al cuello y se impusieron en sus dos visitas. Firmaron un 1-3 en la temporada 2006-07. Doblete de Urzaiz y diana de Etxeberria. Era el quinto compromiso de Mané en el banquillo. En la campaña anterior fue un 0-1 con un libre directo lejano de Prieto. Era el tercer compromiso de Clemente, que había relevado a Mendilibar, y sumó su primer triunfo en tierras baleares en un año de lo más complicado.
Resultados positivos que no tapan lo acontecido un 25 de abril de 1999. El Mallorca, que tres días antes se había clasificado para la final de la Recopa, pasó por encima del Athletic y le endosó un set. Una derrota de las que hacen daño aderezada con una disparatada anécdota.
El colegiado Fernández Marín obligó a que los leones cambiaran sus pantalones habituales porque eran negros, como los de la escuadra local. El Athletic no tenía más, creía que con una permuta de medias bastaba, y pidió unos de recambio al Mallorca. Solicitó los blancos, los de la segunda indumentaria balear. Pero no disponían de ellos en el Lluis Sitjar y terminaron por prestarles a los bilbaínos unos calzones verdes que utilizaban en los entrenamientos. La imagen fue dantesca. A todos los niveles.
La película tuvo un segundo episodio la siguiente temporada. De nuevo con la problemática en los pantalones. Los del Athletic eran azul oscuro y Turienzo Álvarez no dio el OK, de modo que había que cambiarlos otra vez. Pero Luis Fernández sacó su vena supersticiosa y se negó, así que los bilbaínos acabaron jugando con los que traían de casa. El trencilla expulsó al técnico de Tarifa en los minutos finales y, acto seguido, decretó un penalti de Patxi Ferreira sobre Lluis Carreras. Diego Tristán acertó desde los once metros para convertir el definitivo 2-1 con el que se impuso el Mallorca.
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