“Cuando lo leí dije soy yo”. De esta manera se manifestaba Óscar de Marcos ayer durante la presentación de su libro ‘Togo’, un entretenido y recomendable relato con tintes autobiográficos basado en dos experiencias muy contrastadas vividas en su primera campaña como jugador del Athletic. Por un lado sus reflexiones como profesional del fútbol, por otro su visita en solitario a África en calidad de cooperante al término de esa misma temporada.
La idea de proceder a esta publicación parte de la propia Fundación Athletic. Galder Reguera, miembro de la misma, le propuso la idea a De Marcos y este, tras un primer amago de negativa, acabó accediendo a la petición. A partir de ahí mantuvo una serie de entrevistas con José María Isasi, escritor y periodista que ejerce actualmente en dicha Fundación, de los que surgió ‘Tongo’.
En el origen de la idea para que fuese uno de los capitanes del Athletic el autor de este libro para la Fundación se tomó como referencia, según explicó el propio Reguera, la lectura elegida el pasado año por Mikel San José, ‘Open’ (una biografía de Agassi contada de una manera un tanto singular), de cara a un intercambio de impresiones sobre el mismo con los padres de los cachorros de algunos equipos inferiores del Athletic.
Gurpegi e Iraola, referencias
“Cuando me propusieron hacer este libro, por móvil les dije que no; pero luego, en una comida, me convencieron. Me costaba hacerlo por el hecho de que no me gusta tener que abrirme para contar cosas que he querido mantener en secreto”, reconoce el propio De Marcos.
El futbolista del Athletic admite también que “me he abierto demasiado porque me he sentido a gusto. Cuando lo leí terminado, dije ‘soy yo’. Me vi reflejado”.
El desarrollo de esta experiencia vital va entremezclando dos realidades del futbolista rojiblanco. Su experiencia personal en Togo, en la siempre complicada y sorprendente África, y su primer año como jugador del Athletic, fichaje incluido. Desde agosto de 2009, por tanto, a agosto de 2010.
De Marcos describe sus miedos y alegrías en ambas experiencias. Sus reflexiones al respecto. Dos baños de realidades de una persona que antes que futbolista es persona. De apenas 20 años en aquel entonces.
No es de extrañar, bajo tal perspectiva, que el jugador de Laguardia destaque y agradezca públicamente el apoyo recibido por su ama y su aita desde txiki ni que destaque como principales referencias dentro del vestuario que se encontró en Bilbao a Gurpegi e Iraola.
La lectura merece la pena. El libro engancha y refleja cómo puede cambiar la vida de un futbolista profesional por momentos y las distintas realidades de naciones africanas como Togo.
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