De padres a hijos: la ley generacional de LeBron James en la NBA

De padres a hijos: la ley generacional de LeBron James en la NBA

Quien escribe estas líneas roza la treintena y empezó a ver NBA hace más de quince años. Recién aterrizado en Estados Unidos como un adolescente aficionado a la pelota naranja, esos extraterrestres le asombraron tanto que todavía ahora sigue sintiendo ese mismo gusanillo de entonces cada vez que los ve jugar. Muchas estrellas han pasado por una liga que ha cambiado enormemente durante estos años, pero una constante se ha mantenido firme: la NBA del Rey.

A lo largo de tres lustros un servidor ha soñado con Kobe Bryant y sus Lakers, alucinado con el juego colectivo de los San Antonio Spurs y ha visto cómo las nuevas generaciones han irrumpido con más fuerza que nunca en una liga que ya es suya. O quizás no, porque la liga sigue siendo del Rey. Lo era en 2008 y lo sigue siendo hoy.

Por aquel entonces LeBron aún jugaba en Cleveland, había alcanzado unas Finales de la NBA y se disponía a cuajar un año que le brindaría su primer MVP de la temporada regular. Hoy, quince años más tarde, bien podríamos decir que sigue siendo un candidato más que válido para hacerse con ese galardón en su vigésimo curso en la liga.

Una longevidad insólita

James está a apenas unos días de superar una de esas marcas que jamás pensamos que nadie lograría alcanzar. 38.387 puntos en una carrera son muchos puntos, tantos que tan solo Kareem Abdul-Jabbar los ha logrado en la historia. Hoy, menos de 160 tantos separan a la leyenda en activo de otra de los grandes mitos angelinos. Lo conseguirá este mismo mes de febrero, en cuestión de jornadas, si no hay un cataclismo en los próximos días.

¿Y entonces qué? ¿Qué le queda a un hombre que ya lo ha logrado todo, que ha roto prácticamente todas las barreras del tiempo en la mejor liga del mundo? Apenas unas madrugadas atrás James anotó 47 puntos en la derrota de los Lakers ante sus vecinos angelinos. Esa actuación frente a los Clippers le valió para poder decir que los treinta equipos de la liga han recibido 40 puntos del Rey en al menos una ocasión. Tan solo Kobe lo había logrado, sin contar a sus Lakers, claro.

En el nombre del padre y del hijo

Hace unas semanas resultó curioso, aunque anecdótico, ver a Jabari Smith Jr., uno de los flamantes rookies de esta última generación, dirigirse a LeBron durante el encuentro que enfrentó a Rockets y Lakers. “¡Oye! Tú jugaste contra mi padre en tu primer partido en la liga… ¿Te sientes viejo, no?”, le dijo el jugador de Houston a un James que se partía de risa.

El padre de Smith no llegó a vestirse de corto con los Kings en la noche del debut de LeBron, pero lo cierto es que este encuentro, veinte años más tarde, muestra mejor que nada la durabilidad del Rey en la liga. Y, sin embargo, los Smith no son los únicos que han tenido que sufrirle durante su reinado.

Gary Payton se retiró en 2007 con una exitosa carrera a sus espaldas. Para entonces se había enfrentado a LeBron en numerosas ocasiones, algo que jamás pensó que le ocurriría a su hijo, Payton II, el año pasado vistiendo la camiseta de Golden State Warriors. Algo parecido puede contar Rick Brunson. Quizás su caso sea algo distinto, puesto que su hijo Jalen ya ha demostrado más que lo que su padre jamás pudo. Eso sí, ambos han tenido que medirse con LeBron James en un parqué de la liga.

Los ejemplos siguen y siguen… Desde Kenyon Martin, pasando por Glenn Robinson, Samaki Walker, Adrian Griffin o Gary Trent, todos ellos sufrieron durante sus carreras al jugador más impactante del siglo XXI y tuvieron que ver cómo sus hijos pasaban por lo mismo. Dos décadas de dominio en la NBA, dos décadas de triturar jugadores pasados y presentes.

LeBron quiere compartir equipo con su hijo Bronny de aquí a dos temporadas

Otras Fuentes

Un MVP desaprovechado

El problema ahora es otro. Los Lakers están desaprovechando una de las mejores temporadas de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Con 38 años, LeBron está promediando más puntos que nunca y sus estadísticas de rebotes y asistencias tampoco se quedan lejos de sus topes personales. No obstante, los angelinos no están ni cerca de los playoffs.

Es cierto que el Oeste está más apretado que nunca y que apenas un par de triunfos separan al noveno clasificado, con billete al play-in, del equipo de Los Angeles, pero la sensación es la de una franquicia que se agarra a la magia de su jugador más veterano para sobrevivir noche tras noche.

Al Rey le quedan pocos récords por batir, menos aún que demostrar y, sin embargo, sigue dándolo todo cada madrugada. Kareem encontró en Magic Johnson el motivo perfecto para alargar su carrera. Los Lakers seleccionaron a Magic en el Draft cuando el pívot tenía ya 32 años y los angelinos venían de una temporada con más pena que gloria. La llegada del mago del baloncesto le brindó las fuerzas suficientes para construir una dinastía inolvidable.

A LeBron no le importan las marcas personales y sabe que pocos le recordarán por ello. La historia recuerda a los ganadores, a todos los que llenan sus dedos de anillos y escriben su nombre con letras de oro en los anales de la liga. ¿Son cuatro títulos suficientes para ser considerado el mejor?

Cinco es mejor que cuatro, eso debe de pensar James, que sigue trabajando cada día para seguir engordando su palmarés. Mientras se esfuerza por alcanzar ese objetivo, pasa el tiempo esperando a que su hijo Bronny también tenga la oportunidad de jugar en la liga más prestigiosa del mundo. En lugar de enfrentarse a padres e hijos en distintas épocas, James quiere ser el primer jugador en compartir equipo con su heredero. Al ritmo que vamos, quizás tengamos que añadirle alguna página más a su libro de leyenda y, mientras tanto, solo cabe proclamar: larga vida al Rey.




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