Derrota del Real Madrid que se deja el liderato en Valencia

El Real Madrid lo hizo casi todo bien en el Ciutat de Valencia pero se olvidó de marcar y eso, el gol, es lo más importante en esto del fútbol. Ocasiones tuvo para aburrir, pero ni Benzema, no Modric, ni Hazard, ni….en fin, nadie del Real Madrid fue capaz de batir a Aitor, el meta del Levante. El partido fue un monólogo blanco desde el minuto 10 hasta el 67, cuando se marchó lesionado Hazard. Casi una hora de dominio que el Real Madrid no logró reflejar en el marcador y por ahí se le escapó el partido y el liderato.

Zidane sólo reservó a Mendy, por estar a una amarilla de la sanción, y a Valverde para la cita de Valencia en la que los blancos sabían que debían ganar para mantener el liderato en solitario. Con el regreso al 4-4-2, los blancos tuvieron el balón tras un buen inicio del Levante que sólo duró los primeros 10 minutos. A partir de ahí, todo lo hizo el Real Madrid con Isco, Marcelo y Hazard llevando el peso del ataque blanco. Los blancos encerraron al equipo granota pero no acertaron a batir a Aitor. Con ese quiero y no puedo del Real Madrid se llegó sin goles al descanso.

Nada cambió en el inicio del segundo acto. El Madrid seguía mandando y creando ocasiones pero no marcaba a un Levante que a la contra buscaba su gol. Los blancos reclamaron dos penaltis, pero Hernández Hernández no los concedió y el VAR no le corrigió.

Marca el Levante

Todo cambió en el minuto 67 de partido, cuando Hazard se marchó cojeando ostensiblemente.

Fue un golpe anímico para los blancos que se desconectaron completamente del partido. Eso lo aprovechó el Levante para ir a por el partido, a por la victoria y tuvo la recompensa con el 1-0 de Morales en el minuto 78 que aprovechó la desidia blanca para fusilar a Courtois que pudo hacer más en ese gol.

Al Real Madrid no le quedaba otra que apelar a la épica, como en los últimos partidos, para buscar la remontada. El Levante, por su parte, se defendió bien y buscó a la contra cerrar el partido. Los intentos blancos se quedaron en nada siguiendo la tónica de todo el partido, y el pitido final provocó la fiesta en las filas del Levante y la tristeza en las de un Real Madrid que ha visto como en siete días ha perdido el liderato justo antes de jugarse media temporada la semana que viene.

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