EL PAÍS

Desafiante, polémico y falsario: Trump ofrece un anticipo de su campaña (y un recuerdo de su mandato)

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Donald Trump fue Donald Trump: desafiante, polémico, profiriendo falsedades. La CNN se apuntó un tanto de audiencia este miércoles con la comparecencia del expresidente para un turno de preguntas y respuestas en directo. Y el público tuvo al mismo tiempo un anticipo de lo que será la campaña electoral estadounidense el año próximo y un recuerdo en sus pantallas de lo que fueron los cuatro años de mandato del magnate inmobiliario.

El antiguo jefe de Estado de EE UU participaba por primera vez desde 2016 como invitado en un programa en directo de la cadena que durante su mandato consideró parte de la prensa enemiga. En horario de máxima audiencia y durante 70 minutos, en un formato muy favorable para él y muy criticado por quienes se le oponen. Contestaba a las preguntas de la presentadora Kaitlan Collins y de una audiencia de simpatizantes republicanos y votantes independientes que piensan participar en las primarias republicanas. Trump se explayó en sus opiniones -e inexactidudes, y falsedades- ante un público que le apoyó con aplausos y risas. Aseguró que su entrevistadora “es una persona terrible”, insistió falsamente en que él ganó las elecciones de 2020 y sostuvo sobre los participantes en el asalto al Capitolio en enero de 2021 que “muchos de ellos son una gente excelente”.

¿La resolución de un tribunal en una causa civil que consideró que abusó sexualmente de la escritora E. Jean Carroll y le obliga a pagar cinco millones de dólares como compensación? La autora es “una loca”, sostuvo el aspirante republicano a retornar a la Casa Blanca, entre las risas y aplausos de la audiencia presente en el estudio en el Saint Anselm College, en el estado de Nuevo Hampshire.

Como ha venido haciendo desde noviembre de 2020, insistió una y otra vez en que el verdadero ganador de aquellas elecciones fue él y los resultados oficiales, que dieron el triunfo al demócrata Joe Biden, estuvieron “manipulados”. Preguntado por Collins si aceptaría el resultado de las elecciones de 2024, aseguró que solo lo haría si opina que no se ha producido fraude en la votación. “Si pienso que son unas elecciones justas sí, absolutamente”, sostuvo.

El antiguo presidente se ajustó en todo momento a lo que fue el guion de su día a día durante sus cuatro años de mandato. No hizo ningún esfuerzo por mostrarse moderado en asuntos polémicos e insistió en que las encuestas le son favorables: “lidero sobre Biden por siete, 11 puntos… y por un montón por encima de Santurrón” (su apodo para Ron DeSantis, el gobernador de Florida del que se espera que también anuncie su candidatura presidencial y que se perfila como el principal rival republicano de Trump). Los analistas electorales, sin embargo, consideran que para regresar a la Casa Blanca el exmandatario necesitará ganarse el voto de los independientes, que pueden rechazar sus declaraciones más extremistas.

Trump se mostró elogioso con los asaltantes del Capitolio, pese a que una investigación del Departamento de Justicia investiga su posible papel como instigador del episodio que intentó impedir que el Congreso certificara el triunfo electoral de Biden. “Me inclino por indultar a muchos de ellos. No puedo decir que a cada uno porque un par de ellos, probablemente, estuvieron fuera de control”.

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En referencia al discurso que pronunció en el exterior de la Casa Blanca inmediatamente antes de que la muchedumbre se dirigiera hacia la sede del Legislativo estadounidense aquel día, aseguró: “Nunca he hablado ante un gentío tan grande, y eso fue porque pensaban que las elecciones estaban amañadas. Estaban allí con amor en sus corazones. Fue increíble y fue un día precioso”.

Todo lo elogioso que fue hacia los asaltantes lo fue crítico hacia la inmigración irregular. El jueves, cuando expirará el título 42, una medida sanitaria que permitía las expulsiones rápidas de solicitantes de asilo con el argumento de la lucha de pandemia, será “un día de infamia en Estados Unidos”.

Sobre las negociaciones entre el Gobierno demócrata y la oposición republicana para elevar el techo de la deuda nacional, el candidato instó a los legisladores de su partido a dejar que el país entre en quiebra técnica si la Casa Blanca no acepta recortes “masivos” en el gasto público.

Acerca de la guerra en Ucrania, se negó a declarar qué bando prefiere que gane, si el Gobierno del presidente Volodímir Zelenski o Rusia. “Quiero que todo el mundo deje de morir” y si regresa a la Casa Blanca “conseguiré eso en 24 horas”, aseguró. El jefe de Estado ruso, Vladímir Putin, es “inteligente” pero cometió “un tremendo error, el entrar” en Ucrania. “Nunca lo hubiera hecho si yo hubiera sido presidente”.

De vuelta al terreno de la política interna, y las investigaciones que se mantienen abiertas contra él, Collins le preguntó sobre los centenares de documentos clasificados que retuvo en Mar-a-Lago, su residencia particular en Florida tras su salida de la presidencia, pese a que la legislación estadounidense obliga a los presidentes y vicepresidentes a entregar los papeles relacionados con su mandato a los Archivos Nacionales para su custodia. “Tenía todo el derecho” de quedárselos, insistió falsamente. Y acusó a Biden de haber guardado “1.800 cajas” de documentación (los asesores del presidente entregaron una serie de papeles encontrados en su oficina y residencia particulares tras encontrarlos), “llevó algunas a Chinatown -el barrio chino en Washington- y la gente allí ni siquiera sabe inglés”.

La campaña electoral del propio Biden no perdió el tiempo. Apenas minutos después del fin de la comparecencia de su rival republicano, la cuenta personal del presidente en Twitter lanzaba un mensaje en el que aludía a la intervención de Trump, sin mencionarle por nombre: “es simple, amigos. ¿Quieren cuatro años más de eso? Si no, contribuyan a nuestra campaña”.

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