En una operación conjunta, las unidades de Asuntos Internos de Policía Nacional y Guardia Civil han detenido este miércoles a seis agentes, cinco policías (el grupo de Estupefacientes de Mérida) y un guardia civil de la comandancia de Badajoz, por la presunta relación de los funcionarios con un delito de tráfico de estupefacientes, según informan fuentes policiales.
“Hacían la vista gorda y daban protección” a un grupo de narcotraficantes, detallan otras fuentes próximas al caso, que aseguran que “pudieron advertirles de investigaciones en curso”. En el operativo han sido detenidas en total 22 personas, entre presuntos narcotraficantes y agentes de la autoridad. Pero la delegada del Gobierno de Extremadura, Yolanda García, ha elevado ese número a 25 posteriormente y, después, la Guardia Civil lo ha subido a 28.
La investigación, conducida por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) e iniciada por un grupo ECO (Equipo de Investigación Contra el Crimen Organizado) del instituto armado en Alicante, trata de esclarecer la relación de los agentes con un entramado criminal dedicado a la producción y tráfico de marihuana. La planta que se ha convertido en el recurso de muchos de los grupos del crimen organizado por el amplio margen de negocio que ofrece su venta en el extranjero y el escaso coste de su mantenimiento, aparte del bajo reproche penal.
Varios grupos
Las actuaciones están enmarcadas en la llamada operación Peces, con la que ha sido desarticulada una “compleja organización criminal asentada en la provincia de Badajoz”, señala la nota de prensa enviada desde las direcciones generales de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.
Según los investigadores, serían varios los grupos que interactuaban entre sí para dedicarse presuntamente al “cultivo, procesado, manipulación y posterior distribución de marihuana en dicha provincia”.
Los agentes realizaron más de 20 entradas y registros en domicilios, tanto en Madrid como en la provincia de Badajoz y Alicante.
Al mismo tiempo, se localizaron y desmantelaron cuatro plantaciones de marihuana en interiores con un total de más de 3.000 plantas incautadas, y se intervinieron gran cantidad de útiles para la instalación de las mismas, como lámparas, halógenos o consolas de aires acondicionados, así como diversos vehículos, según explicaba la nota de la Policía Nacional.
La investigación, que se encuentra declarada secreta, aún no se ha dado por concluida por lo que no se descarta la implicación de más personas y, en consecuencia, de nuevas detenciones. Las actuaciones están bajo la dirección de un juzgado de Torrevieja (Alicante).
En los últimos años se han producido diversas detenciones de guardias civiles y policías nacionales presuntamente corruptos y ligados, en la mayor parte de los casos, a asuntos de tráfico de drogas. Casi siempre en las zonas en las que se encuentran más asentadas las organizaciones de narcotraficantes, como la Costa del Sol y el Levante.
Concretamente, en la zona de Algeciras, se cuentan por decenas los agentes detenidos. Algunos han sido casos sonados como el del capitán de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Algeciras, Joaquín Franco, detenido en julio de 2019; y dos de los agentes que estaban bajo su mando, Trinidad y Miguel Ángel, por su supuesta implicación con el famoso narco Abdellah El Haj Sadek, conocido como el Messi del hachís.
El Ministerio del Interior reforzó la seguridad del Campo de Gibraltar con un Plan Especial, que fue ampliado en 2020, cuando —en solo dos años— la Guardia Civil, había acumulado 27 miembros del cuerpo detenidos en la zona por estar supuestamente implicados con el tráfico de drogas.
Fuentes policiales aseguran, no obstante, que “los casos de corrupción de agentes son anecdóticos, pero un solo caso hace mucho daño en las investigaciones, porque tira al traste grandes esfuerzos colectivos, de ahí la importancia de erradicarlos cuanto antes, como en este caso”.
Source link