Diecisiete productos por los que valdría la pena confinarse


El año va llegando a su fin y empiezan las listas de “tus mejores momentos del año”, “las canciones y artistas que más escuchaste” y un largo etcétera. Como no íbamos a ser menos, en el equipo Comidista hemos decidido hacer un repaso por los productos -gastronómicos, claro- que más nos han gustado este año. Esta lista bien te podrá servir para conocer nuevas marcas y productos como para afrontar ese momento que llega en Navidad, adorado por muchos y temido por otros tantos, de elegir lo que le regalarás a tus allegados. La comida, en la mayoría de los casos, es un acierto seguro y un regalo agradecido que te ahorrará ese “ay, qué bonito, me encanta, muchas gracias” nada sincero que puede llevarse una camiseta, colonia u objeto acumula-polvo que puedas obsequiar. Toma nota.

Quesos

Para los fieles a Cheesus, buenas noticias, este año nos han gustado unos cuantos quesos. Mikel López Iturriaga se declara fans de los quesos de El Bosqueño. “Esta marca es la prueba inapelable de que en Andalucía se hacen quesos extraordinarios”, comenta. En especial siente debilidad por el emborrado de cabra, un queso curado elaborado en la Sierra de Grazalema (Cádiz) con leche de cabra payoya y cubierto de salvado de trigo con aceite de oliva. “La combinación del sabor tostado del cereal con el del queso, suave pero profundo, lo convierte en un éxito inmediato”, explica. Y recomienda también, para los amantes de lo exótico, el queso curado con ron añejo, “que ha ganado la medalla Supergold al mejor queso de oveja con aditivos en los World Cheese Awards de este año”. Precio: 10,50€/0,5 kg, a la venta en su tienda online.

De Andalucía a Galicia, porque Mònica Escudero recomienda El Cebreiro de Castelo de Brañas, por ser un queso “muy particular y deliciosísimo”. Se elabora con leche de vaca pasteurizada, es de pasta blanda y granulosa y lo reconocerás por su forma de hongo nuclear o de gorro de cocinero. Mònica define su sabor como “muy lácteo y con un punto de acidez”. Y además, apunta cómo comerlo: “desde con pan solo o un poco de mermelada hasta en ensalada con un montón de hojas verdes y uvas o tomate seco, pasando por hacer de topping en una crema de verduras o un plato de pasta”. Precio: 7,50€/0,5 kg, a la venta en la tienda online Comprar al productor.

De la lluviosa Galicia nos vamos a la soleada Gran Canaria, gracias al amor que profesa Clara Pérez Villalón por el Flor de Guía de El Cortijo de Caideros, un tipo de queso del que ya habló largo y tendido nuestra compañera Rosa Molinero. Este en particular está elaborado con leche cruda de oveja y cuajo vegetal, similar a la Torta del Casar o el queso de La Serena. Uno de sus puntos fuertes, comenta Clara, es que “evoluciona en casa que es una maravilla”. Precio: consultar en sus puntos de venta.

Yogures

En 2018 Mònica Escudero ya hizo una lista de diez yogures para tocar el cielo, pero este año tres yogures más han tocado nuestro corazón. Patricia Tablado recomienda uno de cabra, en concreto el natural de Goshua, una empresa Navarra que elabora yogures y postres lácteos. “Los venden en pack de a dos, tienen un sabor muy suave incluso para los que no están acostumbrados al yogur sin azúcar ni nada. Riquísimos”, comenta. Precio: ronda los 2€ el pack de dos yogures de 125 g, a la venta en Carrefour y Alcampo.

Si no te va el yogur de cabra, siempre puedes recurrir a uno de los favoritos de Mikel, el natural de leche de vaca Carrefour BIO. “No, no creo que los productos con sello ecológico sean más sanos o más sabrosos por definición, pero tampoco caigo en el talibanismo de negar que algunos están muy bien hechos”, aclara. Este yogur elaborado sin trampas, solo con leche y fermento, “tiene consistencia, sabor y un grado de acidez equidistante entre lo soso y lo agrio”. “Es un poco peligroso porque se vende en frascos grandes, y si te dejas ir puedes devorar uno entero sin enterarte”. Precio: 2,40€ el envase de 420 gramos.

Otro que te podrías zampar en loop sin problemas es el yogur de turrón de Pastoret, del que es devoto Jordi Luque. A juzgar por su empaquetado, muy cuqui por cierto, cree que está disponible solo por Navidad. “Y es una pena”, se lamenta. “A mi yogur favorito del súper le añaden turrón de Jijona, en lo que resulta una mezcla que combina lo mejor de la grasa y la acidez láctea con lo mejor de la grasota de las almendras”, cuenta. “Tiene una textura homogénea, sin tropezones y a pesar de lo que pueda parecer, no destaca por su dulzor. Además tiene un sabor que dura y dura”. ¿Suena a buen postre navideño? Suena a buen postre navideño. Precio: aproximadamente 1,50€ el yogur de 100 g, a la venta en diferentes puntos físicos y online.

Dulces

A nadie le amarga un dulce, dice la sabiduría popular. Y apuesto que a casi nadie le amarga que se lo regalen. ¿O acaso rechazarías unas trufas de chocolate como obsequio estas navidades? Las de Pequeña Repostería son otro de los productos favoritos del año de Patricia. Están elaboradas por monjas en La Aguilera (Burgos) y la caja contiene mitad de ron y mitad de whisky. “Antes solo se podían comprar en el convento pero ahora las encuentras en la zona gourmet de El Corte Inglés” cuenta Patricia, y nos advierte también que en la web oficial son un pelín más baratas. Precio: 11,50€ la caja de 300 g.

Otro dulce que no amarga -o igual un poco sí, pero bien- es la mermelada de naranja con nueces de Elasun, la mejor que he probado este año, y eso que no soy forofa de la naranja en mermeladas. Se elabora sin colorantes ni conservantes y tienen el sello de Calificación Artesanal del Servicio Provincial de Agricultura y Alimentación de Aragón. Lo dulce y lo amargo están bien equilibrados y las nueces dan un toque muy interesante en cuanto a sabor y textura. Es perfecta para acompañar productos lácteos suaves como yogures o quesos frescos, o para untar en un pan, claro. Aparte de probar esta, recomiendo indagar entre los variados y originales sabores de sus otras mermeladas y gelées. Precio: aproximadamente 5,50€ el tarro de 350g, a la venta en Alcampo y diferentes tiendas online.

Las mantecadas de Salinas son la última perdición de Mikel López Iturriaga, que aunque dice no ser muy afecto al dulce encuentra difícil controlarse ante estas delicias navarras. “Son el polvorón llevado a la delicadeza máxima. Resulta increíble que una masa de harina y manteca pueda poseer semejante levedad. Para mí pertenecen a esa categoría de dulces que ya no hace prácticamente nadie, y estaré eternamente agradecido al periodista Mikel Soto, del diario Gara, por descubrírmelas”. Precio: la caja de 20 unidades cuesta 13,50 euros.

Para rematar el mundo dulce, este año me declaro hincha del dulce de leche La Concha. Si tienes un amigo o familiar latinoamericano nostálgico, regálaselo. Se le piantará un lagrimón, como decía Carlos Gardel, e inevitablemente le hará gracia su inteligente nombre “La Concha, como el de tu madre” (hago desde aquí un llamamiento a Masters of Naming). Este dulce de leche está producido por el grupo La Franco Argentine en la región de Picardía de Francia, donde las vacas pastan a sus anchas. El resultado es bueno y deja atrás el sabor a caramelo quemado y la consistencia líquida que muchas veces caracteriza a los dulces de leche que se encuentran por aquí. Precio: 3,50€ el tarro de 250 g, a la venta en su tienda online. También se puede encontrar en puntos físicos especializados en productos latinoamericanos.

Conservas

Este año han triunfado las buenas conservas entre el equipo. A Rosa Molinero le han robado el corazón los mejillones en escabeche grandes de Serrats. Según comenta, lo tienen todo: “son de las Rías Gallegas, jugosos, muy muy muy mullidos, el escabeche es perfecto y, a mi parecer, son los que tienen mejor relación calidad-precio: a unos 5,75€ la lata”. Tanto para utilizarlos en recetas como para comerlos como aperitivo, son un manjar, y como bien añade Rosa, “te hará quedar como un rey si los llevas a cualquier celebración que se precie (o si te los abres en tu casa cuando te de tu realísima gana)”. Precio: 3,83€ cada lata de 120 g, comprando una caja de 12 latas en la web oficial. También se pueden comprar de forma individual en diferentes puntos de venta online rondando los 4,85€/lata.

A Inma Garrido le han conquistado las sardinas de Paco Lafuente. “Las descubrí por este artículo de Capel donde hablaba de la caducidad o no de las sardinas en conserva, de las añadas de la sardinas y la maduración”. Las sardinas en cuestión proceden exclusivamente de la costa gallega y se preparan en diferentes modalidades: en escabeche, en tomate, en aceite de oliva y en aceite de oliva ecológico. “Son muy melosas, saben mucho a sardina y el proceso es artesanal y eso se nota en el aspecto que tienen cuando abres la lata”, afirma. Y además nos comenta que, si quieres hacerte una bodega de conservas un poco especial, puedes conseguir alguna de su gama de milesimadas, para que vayas controlando la añada. Precio: aproximadamente 3€ la lata de 3/5 piezas (87 g de peso escurrido), a la venta en su tienda online y en supermercados.

Otra conserva de pescado que ha gustado este año, en concreto a Clara Pérez Villalón, es la de filetes de lubina de Doña Tomasa. En Santoña (Cantabria), elaboran esta conserva utilizando lubina de crianza ecológica y aceite de oliva virgen extra también ecológico. “Son sedosos y deliciosos para cualquier momento”, comenta Clara. Precio: 6,30€ la lata de 80 g (perso escurrido), a la venta en su web.

Pasando a las conservas vegetales, Jordi recomienda los espárragos blancos a la brasa de Navarrico. “Se trata de unos espárragos cortos, yo diría que casi puntas, de calibre medio tirando a pequeño. Están marcados en parrilla y cocidos lo justo para que queden crocantes en lugar de blandurrios, como suele suceder”, nos cuenta. Además, están aliñados con aceite de girasol, aceite de oliva virgen extra, vinagre, sal, zumo de limón, vino blanco y azúcar. “Me parecen la quintaesencia de las conservas”, concluye Jordi. Precio: el frasco con 12/16 espárragos (310 g) ronda los 14€. A la venta en El Corte Inglés y otros puntos de venta online.

Por último tenemos las alcaparras menorquinas Mel i Untis, que Òscar Broc define como “las mejores putas alcaparras en conserva que he probado en mi vida”. Tanto es así que dice echarlas hasta en el Cola-Cao. Como bien comentaba Rosa en su artículo sobre encurtidos, “tanto sirven para picar como para potenciar una vinagreta, añadir a un guiso de carne o para darle otro matiz a una salsa para pasta”. “Mucha gente se queda con la sobrasada o el queso, pero en Menorca hay una cultura alcaparrera a reivindicar: oro verde”, reclama Òscar. Precio: 4,50€ el tarro de 100 g, a la venta en la tienda online el Paladar.

Salsas y aliños

2019 ha sido pródigo en salsas. Mikel se queda con las de Pepe Comala de México, elaboradas de manera artesanal y sin aditivos para potenciar el sabor. “Son rotundas pero frescas, picantes pero no abrasadoras, y bastante similares a lo que tú podrías obtener currándotelo en casa si tuvieras los ingredientes. Cosa que no suele pasar en España, donde chiles, nopales y tomatillos no suelen estar precisamente en la tienda de abajo”, explica. Sus favoritas son la mexicana y la de tomatillo verde, y confiesa que están tan buenas que se las acaba echando a casi todo. Precio: aproximadamente 7€ el tarro de 465 g, a la venta en diferentes tiendas online.

Hay otras salsas que declara se las pondría hasta de mascarilla facial: las mostazas de sabores de Amaiketako. Para prepararlas juntan mostaza con aceite de oliva virgen extra y otros ingredientes como boletus, tomate seco o especias ahumadas. ¿El resultado? “Una salsa diferente capaz de levantar la carne o las verduras más soporíferas”. Mikel afirma que son todas fantásticas, “pero si hay una de la que me he tenido que quitar para no ponérsela a TODO es la de pimentón de Espelette”. Precio: 4,95€ el tarro de 130 g, a la venta en su web.

Otra que va bien con todo, según Mònica Escudero, es el seeni sambol de Brutal Terrific Jams, una especie de chutney de cebolla típico en Sri Lanka. Se prepara con una mezcla de especias -canela, cardamomo, guindilla seca picada, pimienta, jengibre, clavo y comino- que Mònica califica como “increíble”, a la que se le añade, por supuesto, la cebolla y azúcar de comercio justo, aceite de oliva virgen extra, sal, ajo y lima. “Tiene el punto de picante que me gusta -subidito- y va bien desde para tunear una mayonesa hasta para rematar un estofado o comerlo con queso, como si fuera una mermelada”, expresa. Precio: 6€ el tarro de 200 g, a la venta en su web y en diferentes puntos de venta físicos.

Para Inma este año ha sido un descubrimiento el vinagre reserva de Jerez. “Hasta ahora cuando quería usar vinagre de Jerez, compraba uno normalico y ya. No le prestaba más atención porque pensaba que tampoco iba a notar la diferencia. Pero un día por curiosidad compré una botella de vinagre reserva y el salto es espectacular”, declara. Recomienda que lo prueben especialmente aquellos a los que les gusten los vinos de Jerez por las notas de oloroso que aporta a la comida. “Si se lo pones a una ensalada que lleve frutos secos o queso manchego curado, queda de muerte”, explica Inma. “El que yo tengo es de González Byass, pero pienso buscar más marcas y diferentes tipos”. Precio: 5,50€ la botella de 375 ml, a la venta en su tienda online.

Pasta

¿Existe alguna persona en la faz de la tierra a la que no le guste la pasta? Lo dudo mucho. Por eso una buena pasta siempre será bienvenida. “Cuando haces pop, ya no hay stop, y cuando pruebas la pasta Rummo, ya no vuelves a la Barilla, Gallo o similares”, dice Mikel. Está elaborada en Benevento, en la región de Campania de Italia, y como bien comenta, afortunadamente cada vez se ve más por los supermercados españoles. “Su consistencia, elasticidad y finísimo sabor a cereal son el perfecto colchón para cualquier tipo de salsa, y brilla incluso con un simple aceite de oliva y un poco de queso rallado”, aconseja. Y añade que está enganchado a los mafaldine, “perfectos para tomar con boloñesa o con salsas de pescado”. Precio: ronda los 2€ el paquete de 500 g. A la venta en supermercados y diferentes tiendas online.

Y hablando de pasta, si perteneces a ese pequeño colectivo que no tiene la máquina de pasta cogiendo polvo en la cocina y la usa de verdad, o si tienes un amigo o familiar de esta raza, te recomiendo que la próxima vez hagas tus tagliatelle con semola rimacinata Divella. Probablemente no estoy descubriendo América, pero yo que hasta este año utilizaba harina común y corriente (lo siento italianos que estéis leyendo esto), ya no la cambio por nada. Puede que haya otras marcas mejores pero esta se encuentra en España en tiendas especializadas en productos italianos. La pasta te quedará con un sabor y textura totalmente diferentes -más aún si también utilizas huevos de calidad- y conseguirás ese al dente perfecto tan buscado. Precio: 2,50€/kg, a la venta en Amazon y en tiendas especializadas.

Cerveza

Me gustan las cervezas con sabor y aroma medianamente intenso pero me echan para atrás cuando son tan densas que parece que te has comido un plato de potaje en vez de haber tomado una caña. Por eso conquistó mi corazón la Grevensteiner, una cerveza alemana rubia sin filtrar que, como bien se especifica en El Jardín del Lúpulo, tiene un aroma “de intensidad media-alta, fresco y agradable, con notas de malta y lúpulo reciente”. Perfectamente se puede disfrutar sola o acompañando una comida, es fácil de encontrar en España y el precio es más que razonable. Precio: aproximadamente 1,90€ la botella de 500 ml. A la venta en supermercados y tiendas online.




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