100 días han pasado desde que
Diego
Costa defendiese por última vez el escudo del Atlético
de
Madrid. Demasiado tiempo para la afición del Metropolitano. Volvió contra el Liverpool, en los octavos de la Champions
League. Su último partido había sido el 10 de noviembre del 2019 frente al Espanyol. Aquel día los rojiblancos vencieron 3-1 y el de Lagarto sólo jugó 11 minutos. Desde entonces decidió operarse para recuperar su mejor versión.
Saltó al campo en el minuto 76 y el estadio le ofreció una ovación que hace tiempo que no se recuerda en el Wanda. Impresionante. El público enloqueció con el regreso de un delantero del que tanto Simeone como los aficionados esperan mucho.
Estuvo poco más de cuarto de hora sobre el terreno de juego ante el Liverpool. Pero volvió a mostrar lo que caracteriza a un jugador de su talla. Mucha lucha, sangre y una casta que contagia al resto del equipo. Se le notó faltó de partidos, y tuvo dos ocasiones. Una no la pudo finalizar y la segunda la pegó como pudo desde muy lejos. Casi no llevó peligro a la meta contraria pero ahí quedó. Su primer disparo desde su recuperación.
Hace tres meses que decidió operarse de una hernia cervical. El objetivo era recuperar la mejor versión de Diego
Costa. Aquella que guió al Atlético
de
Madrid para conquistar la Liga de 2014 y le llevó hasta la final de la Champions
League. Un nivel que no ha recuperado desde que volviese al club en el verano de 2017.
Ahora, el Atlético
de
Madrid le espera como ‘agua de mayo’ porque el equipo ha sufrido mucho para hacer goles esta campaña, y saben que una buena versión de Costa puede aportarles mucho. Veremos que es lo que sucede en los próximos meses.
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