Diez minutos malos y ochenta menos malos de los leones

La derrota del Athletic ni puede ni debe justificarse en los diez minutos malos a los que apelaron al término del encuentro tanto Gaizka Garitano como Balenziaga y algún otro jugador. Los primeros compases del segundo tiempo, cierto es, fueron determinantes para el desenlace del partido porque el Granada marcó los dos goles que a la postre le valieron la victoria. Los ochenta minutos restantes del Athletic, en cualquier caso, tampoco fueron como para tirar cohetes.

En Los Cármenes, a modo y manera de lo que sucedió en la última jornada de la pasada Liga, se jugó siempre a lo que quiso el equipo de Diego Martínez. Los locales optaron esta vez por jugar más replegados en el primer periodo, apretar el acelerador a la vuelta del descanso y, una vez conseguidos sus dos goles, volverse a meter atrás de nuevo. Los leones, mientras tanto, completaron un desquiciante ejercicio de quiero y no puedo. Sus carencias creativas y rematadoras volvieron a salir a escena a las primeras de cambio y, para colmo de males, la defensa hizo aguas en cuanto el empuje de los locales creció en intensidad.

El Athletic ha disputado un total de 13 partidos, con el del pasado sábado incluido, desde la semifinal de Copa del 5 de marzo de 2020 hasta hoy, tres de ellos contra el Granada en Los Cármenes. El conjunto nazarí ha ganado los tres. El 2-1 del torneo del KO, eso sí, no le bastó para meterse en la final ante la Real.

Nueve de sus titulares en aquel duelo copero repitieron en esta primera jornada de la Liga 2020-21 frente a los leones. Garitano, por su parte, eligió entonces a siete de los leones que también formaron el sábado de salida. Si la comparativa se realiza respecto al enfrentamiento liguero de la campaña anterior, el número de ‘repetidores’ en los locales es de siete y en los visitantes de seis.

La principal similitud en estos tres encuentros, circunstancia que volvió a repetirse por tercera vez consecutiva en el estadio nazarí, es que en todos ellos se jugó a lo que quiso el Granada.

El conjunto de Diego Martínez apenas sufrió atrás y cuando más apretó sobre el marco bilbaíno acabó encontrando portería y goles, marcados por Yangel Herrera y Luis Milla. El dominio de los leones en este último choque entre ambas escuadras, dicho de otra manera, fue a todas luces infructuoso. Un cúmulo de buenas intenciones y un canto a la impotencia de cara al marco rival que no sirvió para sumar.

Ahora ya no están ni San José ni Beñat ni Rico ni incluso Iturraspe para buscar culpables a la hora de justificar el derrumbe rojiblanco, achacable desde hace algún tiempo al derrumbe en el medio del campo y la falta de creatividad. El problema persiste con Dani García, que no ha tenido un buen arranque de campaña, Vesga, Unai López y compañía. Y las carencias van aumentando a medida que se trata de acercarse y llegar al marco rival.

Garitano apostó por Morcillo de salida porque el extremo zurdo se había ganado a pulso la titularidad durante la pretemporada. El chaval, que fue de más a menos, cumplió y, lo más importante de todo, demostró desparpajo y personalidad. Lo que hoy se aprecia como una virtud, eso sí, mañana puede considerarse como un defecto, puesto que tiene tendencia a abusar de la individualidad.

Visto lo visto a lo largo de los 90 minutos del choque de Los Cármenes, lo cierto es que tampoco Vencedor ni Zarraga hubiesen desentonado en el once titular del Athletic. A veces da la sensación de que el técnico deriotarra insiste en alternativas para la medular en las que ni él mismo cree. Algunos de los titulares en Granada no habían hecho méritos durante la pretemporada para serlo.


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