La presidenta de Perú, Dina Boluarte, no viajará a Brasil para la toma de posesión del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva el próximo 1 de enero porque el Ejecutivo está pendiente de un proyecto que propone que el titular del Congreso la reemplace en caso de un viaje al exterior, según adelantó este miércoles el ministro de Justicia.
El titular de Justicia, José Tello, hizo una pausa en su participación en el Consejo de Ministros para anunciar a la prensa que “la presidenta de la República no va a viajar a la toma de mando de Lula da Silva en Brasil” porque en el Gobierno están “atentos al debate” en el Congreso sobre el proyecto de resolución legislativa presentado por el Ejecutivo.
El aludido proyecto plantea que Boluarte pueda ser reemplazada en el cargo, de forma temporal y al no contar con vicepresidentes, por el presidente del Parlamento, José Williams, en caso de que necesite viajar al exterior, una iniciativa que ha generado controversia durante el debate del mismo en la comisión de Constitución y que ha sido postergado.
“Somos respetuosos a la separación de poderes y somos claros que el diálogo es derrotero de este Gobierno y somos bastante concertadores, en el sentido que, lo que decida el Congreso será lo que nosotros seguiremos como lineamiento hacia el futuro”, explicó Tello.
Dado que Boluarte era la vicepresidenta del destituido presidente Pedro Castillo, no hay actualmente un funcionario, elegido en votación popular, que pueda quedar a cargo de la Presidencia de la República en ausencia de la mandataria.
La asistencia de Boluarte a la asunción de Lula da Silva había sido calificada como “muy importante” por el propio ministro de Justicia y por la canciller Ana Cecilia Gervasi por la necesidad de restablecer la presencia de Perú en el escenario internacional.
A raíz de las tensiones con el Parlamento, Castillo no recibió autorización para viajar fuera del país en tres ocasiones, la última de las cuales fue para la cumbre presidencial de la Alianza del Pacífico, en noviembre pasado, donde Perú debía recibir la presidencia pro témpore de ese grupo regional.
Sin embargo, este miércoles, Tello aclaró que “lo más prudente” es ahora dar espacio al debate en el Congreso para que todos los actores políticos tengan “tranquilidad” respecto a la propuesta del Ejecutivo.
Hay que ser bastante claros en que la Comisión de Constitución ha decidido suspender el debate, entonces ya son los tiempos del Parlamento, hay que ser respetuoso de eso.
Por otro lado, el Congreso de Perú aprobó una moción parlamentaria en rechazo a “los constantes actos de intromisión en los asuntos internos” del país andino por parte de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Colombia, Gustavo Petro.
La moción fue aprobada con 61 votos a favor, de entre 130 parlamentarios con los que cuenta el Congreso peruano y se produce días después de que ambos mandatarios, junto a los de Bolivia, Luis Arce, y Argentina, Alberto Fernández aseguraran que el exmandatario Pedro Castillo es “objeto de un tratamiento judicial (…) violatorio” y pidieran que se respete la “voluntad ciudadana” expresada en las urnas por el pueblo peruano.
La moción plantea “expresar el rechazo a los constantes e inaceptables actos de intromisión en los asuntos que son de la jurisdicción interna del Perú por parte “de López Obrador y Petro”.
También consideran que sus declaraciones constituyen “una violación al derecho internacional en perjuicio” de Perú y exhortan al Ministerio de Relaciones Exteriores “a que eleve la presente moción” al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy, quien fue expulsado del país por el gobierno de la presidenta Dina Boluarte.
También pidieron que la Cancillería lleve la moción aprobada al embajador de Colombia en Perú, Eufracio Morales.
El pasado 15 de diciembre, el Gobierno peruano llamó a consultas a sus embajadores en México, Colombia, Argentina y Bolivia, por lo que considera una injerencia en sus asuntos internos por parte de dichos países, al cuestionar la sucesión presidencial en Perú.
El primer ministro peruano, Alberto Otárola, pidió seis días después a López Obrador que “pare de referirse a Perú”, horas después de que el mandatario dijera que el Ejecutivo del país andino es “muy cuestionado” por “optar por la represión”.
“Hacemos un llamado a que el señor López pare de referirse al Perú, porque hemos conseguido con mucho esfuerzo que nuestro país esté en paz y no vamos a permitir que personas que no tienen ninguna relación con el Gobierno de Perú puedan manifestarse causando incesante intromisión en los asuntos de Perú”, dijo Otárola en una rueda de prensa.
López Obrador había dicho en su conferencia de prensa diaria que el Ejecutivo peruano es “muy cuestionado en su conjunto por su proceder, sobre todo por optar por la represión y no buscar al conflicto de Perú una salida mediante el diálogo y con el método democrático de convocar a elecciones lo más pronto posible para evitar que haya una situación de inestabilidad política”.
El mandatario mexicano consideró que, esta inestabilidad, afecta “fundamentalmente al hermano pueblo de Perú”.
“Sabemos distinguir muy bien entre lo que es el pueblo de Perú, un pueblo hermano, y la actitud de la llamada clase política, de los grupos de poder económico y político del Perú que son los que han mantenido esta crisis en ese país por sus ambiciones personales, sus intereses económicos”, subrayó.
El Gobierno mexicano ha dado asilo a la esposa e hijos del expresidente Pedro Castillo, así como al exmandatario, quien se encuentra preso en Lima tras su fallido autogolpe de Estado.
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