Dmitrovic brilla y el Eibar tiembla

Sus actuaciones en las últimas jornadas le han granjeado infinidad de piropos y titulares. Marko
Dmitrovic (Subotica, 1992) vuelve a estar en el centro de todas las conversaciones por su rendimiento de un tiempo a esta parte. Su seguridad bajo los palos, una constante desde el primer día que se puso a defender la portería del Eibar (fichó en julio de 2017), ya habían cautivado a más de uno. Sus últimas intervenciones, con acciones salvadoras ante Valencia y Real Sociedad, le han disparado al estrellato y han abierto un interesante melón: ¿está el serbio en el top-3 de porteros de la Liga?

La cuestión, que está calando hondo en los mentideros futbolísticos, también saca a relucir una realidad innegable. La relación entre Marko
Dmitrovic y el Eibar concluye el próximo 30 de junio, por lo que dentro de dos semanas, a partir del 1 de enero, el portero será libre para negociar su futuro. Visto lo visto, pretendientes no le van a faltar, algunos de ellos de primer nivel. Sevilla, Valencia y Betis están preparados para entablar conversaciones. En verano, el Atlético le tuvo en la agenda para acompañar a Oblak en el Metropolitano. No son los únicos que guardan informables favorables sobre su trabajo.

Desde la planta noble de Ipurua se mantiene una relación de lo más cordial con el jugador y su entorno, aunque eso no quita para que sobrevuele en el ambiente una resignación casi palpable. El Eibar es consciente de que será complicado retener a un guardameta que cada fin de semana deja su impronta y, para más inri, es indiscutible con la selección. Está cogiendo cada vez más relevancia en el escaparate y, a punto de cumplir 29 años, soplará las velas el 21 de enero, puede entender que está en el momento perfecto de su carrera deportiva para dar un salto definitivo y consagrarse como uno de los grandes.

Salvador de puntos

Después de un inicio sembrado de dudas, el Eibar cabalga ahora con mayor tranquilidad por la Liga. La llegada de Bryan
Gil y la constancia de Dmitrovic han cambiado la imagen de un equipo que se atascó demasiado durante las primeras jornadas, amén de una maldición en Ipurua que todavía no se ha conseguido romper.

Si en ataque es el barbateño el que comanda las operaciones, bajo los palos es Dmitrovic quien está salvando los muebles. En la última semana ha habido dos ejemplos claros de su relevancia para mantener un resultado favorable. En Ipurua, ante el Valencia, sacó el brazo con una fuerza inusitada para repeler una volea de Racic que fácilmente puede convertirse en la mejor parada del año. En el derbi de Anoeta evitó el 2-0 de la Real tras despejar un nuevo cañonazo de Barrenetxea.

De momento, y a la espera de conocer el desenlace de esta historia, Dmitrovic seguirá defendiendo el marco armero hasta el final de la presente temporada. Después de 12 jornadas, el Eibar es el cuarto equipo menos goleado del campeonato liguero con 10 tantos encajados por detrás de Atlético (4), Real Sociedad (6) y Sevilla (9). La labor del serbio y de la defensa es mantener ese notable registro. Y luego, que pase lo que tenga que pasar.


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