Doncic se calienta y sus compañeros por fin le responden

Doncic se calienta y sus compañeros por fin le responden

Y el día del reencuentro con Jalen Brunson, Luka Doncic, en su estado natural (30 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias en sólo 29 minutos), vio cómo sus compañeros, en especial Tim Hardaway Jr (28 tantos), se dignaron a contestar a su llamada, celosos quizá de que se sólo se hablara del que se fue y no de todos los que permanecen en Dallas, que en el majestuoso Madison Square Garden contra los New York Knicks celebró por todo lo alto su retorno a la victoria tras 5 derrotas en los 6 partidos anteriores (100-121). 

“¿Emoción por enfrentarme a mis antiguos compañeros? Nah”, se atrevía a decir Brunson antes del partido. Sus ex, tampoco. En especial Luka, de risas con el que fuera su segundo a bordo. Estuvo apático en la primera parte -sólo 11 puntos con un 3/11 en el  en tiros de campo y un 1/5 en triples, pero simplemente se estaba guardando para soltarlo todo en el tercer parcial (19 con un 8/10 en lanzamientos y un 3/4 en triples en un 41-15 para Dallas) y hasta permitirse el lujo de descansar en el último cuarto con el 72-93. Cuando tiene uno de esos calentones, nadie le puede calmar.

Y eso que, más que indolente, se le vio desesperado al principio, con visibles aspavientos ante lo que estaba viendo, pues el primer cuarto fue un cúmulo de los vicios de Dallas. A veces hasta da la sensación que el nivel superlativo de Luka Doncic esta temporada ha malacostumbrado a sus colegas, esperando a que ‘papá Doncic’ tenga que asumir él todo los problemas. Acomodamiento del personal o ausencia de un plan colectivo desde el banquillo -o tardanza en ejecutarlo-, lo cierto es que el primer cuarto (20-32 para los Knicks) fue un despropósito por parte de Dallas, un galimatías en el que se perdió hasta el base, como pasmarotes sus compañeros en ataque, esperando quizá que Luka les dejara triples hechos tras penetrar y atraer.

Los Mavericks expusieron todos sus vicios en la primera parte, especialmente en el primer cuarto

Pero, aunque sea un genio, no siempre el esloveno tendrá la misma frescura para arremeter contra todo un equipo entero con sus entradas a canasta. Y por mucho que lo pueda todo, estar solo ante el mundo debilita a Doncic hasta el punto de que cualquiera sabiendo que en la variedad defensiva se halla la clave del éxito para humanizarle lo máximo posible. Como hicieron en muchos momentos los Pistons, los Knicks optaron por no cambiar en los bloqueos en muchas ocasiones, con el defensor de Luka intentando pasar las pantallas mientras un enjambre de jugadores esperaban al base. Sin recurrir a los 2×1, y como tantos otros rivales en esta mala dinámica de Dallas, los New York Knicks venían a hacerle una propuesta tan motivadora como complicada. “Venga, Luka, soluciónalo tu solo”. 

La menor envergadura de Quentin Grimes invitaba a Doncic a intentarlo desde el perímetro cuando se quedaba en el cambio, por el que optó a veces también el equipo de Tom Thibodeau. Igual que no siempre tendrá toda la energía necesaria para derrumbar a un equipo entero, es imposible mantener la inspiración para clavar triples sobre bote o ejecutar el indefendible recurso del ‘fade away’ en la media distancia.

Pero, igual advertidos por la discreta pero ‘sutil’ advertencia de Luka con sus lamentos, sus colegas cambiaron el relato tras el 59-52 de la primera parte, exponiendo su valía, el dominio de la pizarra de Jason Kidd. La zona empezó a funcionar, a los Knicks se les agotó el acierto desde el perímetro -acabaron con un 32%-, y Brunson (13 puntos) se vio incapaz de reconducirlo, quedándose su impacto en genialidades aisladas, insuficientes también Julius Randle e Immanuel Quickley pese a sus números finales (24 y 23 tantos). Doncic, ‘perezoso’ para penetrar con su fuerza habitual en el primer tiempo, se encendió, comenzó a clavar el aguijón de todas las maneras posibles, estimulado por la respuesta de su séquito.

El balón empezó a circular, Dallas a encontrar mejores posiciones para el triple con un 9/17 en estos tercer parcial y la ingeniería de la pizarra a hacer su efecto. La repetición con distintas variantes del ‘Spain Pick and Roll’ en el bloqueo directo confundió a la defensa de los Knicks y liberó a Luka (acabó con un 11/21 en tiros y un 4/9 en triples), quien, esta vez, sí, pudo terminar orgulloso de sus colaboradores, con también los 17 puntos de Spencer Dinwiddie, los 13 de Maxi Kleber y los 10 de Reggie Bullock en un día sin Christian Wood y con JaVale McGee quedando de nuevo en mal lugar en la pintura, ni cinco minutos en pista. 

Pero tan bien lo hicieron todos, que, finiquitada la faena al final del tercer cuarto (73-92), Luka pudo descansar en los últimos 12 minutos. Lo necesitaba. Ahora, a ver si sus compañeros siguen siendo capaces de descargarle de tanto trabajo. 




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